Hernández de Cos, seis años buscando rehacer la reputación del Banco de España
El economista pone punto y final a su mandato como gobernador del organismo supervisor
MADRIDPablo Hernández de Cos (Madrid, 1971) ya conocía las interioridades del Banco de España (BdE) cuando en mayo del 2018 el exministro de Economía del PP, Román Escolano, puso su nombre sobre la mesa para que fuera el nuevo gobernador en sustitución de Luis María Linde. Lo cierto es que llevaba más de veinte años aterrizado en la institución, en concreto en el Servicio de Estudios, y desde entonces no había dejado de escalar posiciones.
Este 11 de junio, seis años después de su nombramiento, Hernández de Cos pone punto y final a un mandato en el que rehacer la reputación del organismo, perdida después de la Gran Recesión y por casos como la salida a bolsa de Bankia, ha sido una máxima. "Un componente central [de la estrategia del BdE] es la transparencia, crucial para consolidar la confianza hacia el Banco de España", dice el propio De Cos en un artículo de despedida publicado este lunes en la web del Banco de España .
Entrar a valorar si lo ha conseguido o no es trabajo de las encuestas, pero diferentes voces que han coincidido en los últimos años comparten una idea: "Para empezar a dar saltos mortales, primero tienes que dar saltos, y estos se han hecho tanto puertas adentro como puertas hacia fuera", afirma una fuente que ha coincidido.
De esta manera, algunos vieron en su aterrizaje como gobernador un soplo de aire fresco para una institución que estaba acostumbrada a no dar demasiadas explicaciones ya mostrarse ajena a lo que ocurre al día a día. "Ha sido muy cuidadoso a la hora de escuchar a todo el mundo, por lo que había que abrir las puertas", apunta una fuente conocedora de su trayectoria, que recuerda que una de las primeras cosas que organizó fue un encuentro informal con casi medio centenar de periodistas.
Años de "sobresaltos"
Pero la vocación de ser más abierto no ha coincidido con un contexto precisamente fácil: "Ha sido un período de sobresaltos", reconoce el propio De Cos en su artículo, en el que cita la pandemia de la cóvid-19, el episodio de inflación por las nubes o la guerra en Ucrania como principales convulsiones para la economía española y mundial.
De Cos ha destacado por abordar todos estos retos desde la "flexibilidad y la capacidad de adaptación", en sus palabras. De hecho, se le considera más bien uno paloma que no uno halcón –los economistas de corte más liberal– en el Banco Central Europeo, donde se ha consolidado como una de las figuras más respetadas. Ahora bien, el equilibrio entre ambas posiciones ha estado, sobre todo cuando ha tocado hablar de fiscalidad: "Una de las mayores vulnerabilidades [en España] sigue siendo el déficit fiscal", recordaba hace pocos días en una entrevista en TVE.
Su adiós se produce en plena opa en el sector bancario. Si bien vio culminar la fusión de CaixaBank y Bankia, no ocurrirá lo mismo con BBVA y Banc Sabadell.
Discusiones con el gobierno español
La relación con el gobierno español durante su mandato fue buena, sobre todo con el ministerio de Economía, aunque tampoco faltaron momentos de tensión cuando tocó hablar de políticas económicas como la subida del salario mínimo interprofesional (SMI), la vinculación de las pensiones a la inflación o la insistencia en focalizar las ayudas a los más vulnerables. En el caso del SMI hay quien apunta a que el ente llegó a pasarse de frenada, sobre todo nada más llegar, cuando apuntó que el incremento "dejaría a jóvenes sin trabajo".
Si algo ha hecho De Cos es participar en los principales debates que han marcado la política económica, alejando la idea de que el Banco de España sólo debe focalizarse en la política monetaria y la supervisión bancaria. Bajo su dirección, el Servicio de Estudios del BdE citó la situación política en Cataluña y, por tanto, el Proceso como elemento de riesgo para la economía.
Ahora bien, Hernández de Cos ha buscado –o al menos lo ha intentado– que toda aportación a la política económica estuviera apoyada en el trabajo de los equipos técnicos del Banco de España. Quizás por esa "discusión técnica" que defienden desde su entorno se ha acabado ganando el reconocimiento de unos y otros.
Situación inédita
A partir de este martes, el organismo supervisor vivirá una situación inédita, al menos desde que se aprobó la ley de autonomía del Banco de España en 1994: no sólo tendrá una mujer gobernadora, sino que además estará en funciones. Margarita Delgado, actual número dos del ente, pasa a asumir el rol de máxima responsable. Sin embargo, la interinidad deberá resolverse antes del 11 de septiembre, cuando Delgado también pone punto final a su mandato como subgobernadora. Durante este período asumirá las tareas que hasta ahora tenía Hernández de Cos, con la única diferencia de que no tendrá derecho a voto en el consejo general del Banco Central Europeo. Desde el ente supervisor restan importancia a este hecho, porque son pocos los golpes en los que debe votarse.
La tradición es que los dos grandes partidos en el Estado, el PP y el PSOE, consensúen un nombre para gobernar el Banco de España. El ejecutivo de Pedro Sánchez, que ya ha dicho que no tiene excesiva prisa, se ha mostrado abierto, pero con matices: ha advertido al PP de que si es bueno para pactar un nombre para el BdE, debe serlo para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Si el acuerdo llega, sería una excepción en un momento en el que la norma entre ambos es la distancia.