Luz, agua e hipotecas: qué subirá y bajará de precio en 2024
El nuevo año llega con una inflación más moderada y con la vista puesta en las subidas de tipos
BarcelonaEn los últimos dos años, el IPC –el índice de precios al consumo– se ha convertido en el termómetro clave para observar si la crisis de la inflación mejoraba tras despejar los bolsillos de los consumidores con el encarecimiento de muchos productos de primera necesidad. Pese a los pronósticos más pesimistas con los que arrancaba el año, el 2023 ha terminado moderando esta tendencia al alza. Sin embargo, se han sumado otras preocupaciones como la subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) y sus consecuencias en las cuotas mensuales de los hipotecados. ¿Qué pasará en el nuevo año que apenas comienza? Les resumimos las previsiones para la evolución de los precios en 2024.
Luz: menos dolores de cabeza para pagar la factura
Después de un 2022 en el que el precio de la luz se convirtió en una montaña rusa que parecía imposible dominar, el último año ha sido algo más plácido para los consumidores. Al menos en comparación. El fuerte impacto de la guerra de Ucrania en el coste de la electricidad se ha moderado y los precios de la energía se han mantenido más estables. Desde los máximos de 575 euros por megavatio hora (MWh) que llegó a marcar con la invasión rusa, la factura de la electricidad ha ido cayendo y cerraba en 50,39 euros en noviembre, según datos de la organización de consumidores OCU .
Si el año pasado la gran novedad fueron medidas de contención como el tope ibérico, bajo la batuta de la ministra para la Transición Ecológica Teresa Ribera, este 2023 se ha sacado adelante la reforma de la tarifa regulada de la luz (también conocida como PVPC). De cara a 2024, el gobierno español acaba de aprobar una subida escalonada de la fiscalidad para la energía, con el objetivo de recuperar los niveles previos a la crisis energética, después de haber rebajado algunos impuestos como el IVA a la electricidad. Durante el año éste pasará del 5% actual al 10% y en 2025 subiría de nuevo hasta el tipo normal (21%).
Por otra parte, a partir del 1 de enero el cálculo del precio de la tarifa regulada dejará de depender del mercado diario de electricidad exclusivamente y el importe a pagar se actualizará de forma mensual.
Gas: tregua a las tensiones inflacionistas
A finales de agosto de 2022, el precio por MWh del gas natural estaba por las nubes. En el mercado de Ámsterdam se situaba en torno a los 300 euros, unos niveles nunca vistos, y los países europeos acaparaban gas en los almacenes por el miedo a un corte del suministro ruso a raíz de la guerra en Ucrania. Sin embargo, en mayo de este último año el precio del gas natural en Europa ya había vuelto a un nivel inferior al estallido del conflicto y la referencia de Países Bajos cotizaba sobre los 30 euros el MWh. De hecho, en 2023 España se ha convertido en la guardiana de la mitad de todo el gas licuado de Europa gracias a la infraestructura con la que ya contaba para almacenar ese recurso energético. Los expertos descartan que el gas tenga que provocar nuevas tensiones inflacionistas como las que se produjeron en 2022 y consideran que habrá disponibilidad asegurada para este invierno.
En el caso del gas natural, el nuevo año también arranca con cambios por lo que se refiere a la fiscalidad. El IVA para este combustible subirá hasta el 10% durante los tres primeros meses de 2024 y, superado el invierno, volverá a los niveles habituales del 21%. Además, el gobierno ha aprobado ampliar la tarifa regulada de gas TUR4 para las calderas comunitarias.
Agua: la sequía encarece el suministro
La sequía ha sido una de las preocupaciones centrales en Catalunya en el último año y lo seguirá siendo con la llegada del 2024. De momento ya sabemos que los clientes de los 23 municipios que se abastecen a través de la sociedad mixta Aigües de Barcelona verán cómo su factura bimensual se incrementará en unos 5 euros de media a partir de marzo. El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) justificó esta propuesta de tarifas por el alza de precios en el suministro por parte de Aigües Ter-Llobregat fruto de los efectos de la sequía.
La falta de lluvias ha obligado a poner a las desalinizadoras de Cataluña a trabajar a máxima capacidad para generar agua potable, lo que también implica un mayor consumo de energía y, por tanto, un mayor coste del abastecimiento. En el caso de Barcelona, la factura actual (de 48,46 euros de media) subirá un 11,5%, mientras que existen otras ciudades como Hospitalet de Llobregat o Cerdanyola del Vallès en las que la media de incremento es del 15%. Durante este 2023 el recibo del agua se encareció ya un 4%, un incremento medio por familia de 60 céntimos de euros. Por el contrario, el año anterior este recargo había sido de hasta 7,2 euros al año en el área de Barcelona. La previsión es que en 2024 todavía se arrastren graves problemas a los embalses de agua de las cuencas internas, ya bajo mínimos, por lo que se podrían plantear nuevas subidas del precio en el suministro.
Vivienda: la pesadilla de los hipotecados
Quienes firmaron una hipoteca de tipo variable para comprar una vivienda han sufrido en el 2023, a medida que el Euribor –el índice al que están referenciados la mayoría de préstamos inmobiliarios en España– encadenaba subidas sin freno. En agosto, este indicador rompió con esta tendencia al alza por primera vez desde diciembre del 2021, pero el encarecimiento de los créditos ha ahogado a muchas familias catalanas que veían cómo su cuota aumentaba mes tras mes. En el último mes del año supuso un balón de oxígeno para los hipotecados, ya que el Euribor cayó en diciembre hasta el 3,679%, el bajón más pronunciado del precio de la deuda de los últimos 14 años. La empresa de búsqueda y contratación de hipotecas Trioteca prevé que en 2024 estará marcado por la estabilización y el descenso del Euribor, la bajada de los tipos de interés y el dominio de las hipotecas fijas.
En cuanto al alquiler, el precio medio en Barcelona sigue siendo de récord y, según datos del Incasòl, ya sube hasta los 1.171 euros, el equivalente al 43% del sueldo medio de los vecinos de la capital catalana y 91 euros por encima del salario mínimo interprofesional.
Alimentos: aceite a precio de oro
La alimentación es uno de los elementos del presupuesto doméstico en el que más se fijan los consumidores durante los períodos de inflación. Aunque el alza de los precios se ha moderado este año respecto a los niveles disparados de 2022, en el último año el coste de la cesta de la compra ha sido un quebradero de cabeza para muchos hogares. Diciembre cerró con una variación mensual del 0% respecto a noviembre respecto al IPC y, precisamente, los alimentos han mostrado cierta estabilidad en comparación con el aumento drástico del año anterior. Aún así, en las visitas al supermercado, los catalanes han notado cómo a lo largo del año subía a un ritmo importante el precio de productos como el aceite de oliva o el azúcar.
Dado que el coste de la alimentación todavía se mantiene elevado, el gobierno español anunció la semana pasada que prorrogará al menos durante seis meses más la rebaja del IVA sobre algunos alimentos básicos. Concretamente, este impuesto seguirá reducido del 4% al 0% para productos de primera necesidad como pan, leche, huevos, frutas y verduras o cereales. Por otra parte, bajará del 10% al 5% para el aceite de oliva, el aceite de girasol y la pasta.
Transporte público: se mantienen las bonificaciones
Con la renovación del escudo social para hacer frente a la crisis de precios, también se confirmó que el transporte público seguirá siendo más barato de lo habitual durante el 2024. Los billetes mantendrán la bonificación del 50% un año más porque la Generalitat y las administraciones locales ya habían acordado mantener la aportación pública del 20% que realizan a estos títulos y el gobierno español lo seguirá completando con el 30% restante. Además, como ocurre desde septiembre de 2022, se ofrecerá el sistema de abonos gratuitos para los viajeros frecuentes de Cercanías y de los trenes de media distancia. Sin embargo, aún está por aprobar la gratuidad del transporte público para los jóvenes y parados que anunció el presidente español Pedro Sánchez el pasado noviembre durante el debate de investidura.
Aunque se mantienen las bonificaciones, algunos títulos de transporte público sí subirán de precio este 2024. Después de tres años con las tarifas congeladas, la Autoritat del Transport Metropolità (ATM) decidió elevar el coste de los billetes un 6,75%. La T-Casual pasará a costar 12,15 euros (hasta ahora eran 11,35 ), mientras que la T-Usual tendrá un precio de 21,35 euros, en lugar de los 20 que cuesta ahora.
Ingresos: a la espera de subir el sueldo mínimo
Tras un crecimiento desbocado de la inflación y sueldos estancados, 2023 ha sido el año en el que algunos trabajadores han podido recuperar parte del poder adquisitivo perdido. Esto se ha producido en parte gracias a la firma de nuevos convenios colectivos con aumentos salariales. De cara a la entrada en el nuevo año, el foco también está puesto en que va a pasar con el incremento del salario mínimo interprofesional (SMI), que el gobierno español ha ido aumentando de forma profesiva hasta situarlo en 1.080 euros al mes en 14 pagas. Por el momento no existe acuerdo del ministerio de Trabajo con los agentes sociales y el ejecutivo ha prorrogado la cifra actual a la espera de pactar una mejora.
La propuesta del departamento que lidera Yolanda Díaz para el SMI de 2024 es elevarlo un 4% hasta los 1.123 euros mensuales. Ésta es una cifra superior a la planteada por la patronal española CEOE, que había situado la subida en un 3%. A cambio, los empresarios pedían también como condición que se revisen los contratos públicos de las administraciones y que se actualicen al incremento y que el sector del campo tenga una bonificación de las cuotas a la Seguridad Social de un 20%. Por su parte, CCOO había planteado que el SMI aumentara en torno a un 5%, en línea con el IPC y el ritmo de incremento de los salarios. UGT había propuesto que el sueldo mínimo se situara directamente en los 1.200 euros mensuales. Con la publicación del IPC de noviembre se confirmó que en 2024 las pensiones aumentarán en un 3,8%.
Carburantes: gasolina a niveles preguerra
El coste de llenar el depósito del coche alcanzó cotas históricas en el 2022, también a consecuencia de la invasión rusa de Ucrania. El conflicto provocó que las cotizaciones de los carburantes fueran inusualmente elevadas, hasta situarse por encima de los 2 euros el litro tanto en la gasolina como en el diesel, por lo que Europa también dependía de Moscú en el suministro. Tras tantos altibajos, en el último año ha habido una tregua a los precios de los carburantes, aunque estos han vuelto a escalar algo a finales del verano. En 2023 se acaba con el coste de la gasolina en su mínimo anual, aunque llenar el depósito es más caro que hace un año porque entonces existía la subvención de 20 céntimos por litro impulsada por el gobierno español para mitigar el choque de la crisis energética.
Hay que tener en cuenta que en 2024 el ejecutivo también recortará la subvención al combustible para los transportistas, que de momento todavía mantenían esta ayuda para hacer frente al coste de los carburantes. De hecho, el descenso del precio del barril de petróleo de Brent, la referencia a Europa, se ha producido pese a que se mantiene el conflicto en Ucrania y que en octubre estallara también en Gaza. Históricamente, las guerras en Oriente Medio se han traducido en encarecimientos de los carburantes, ya gran parte del crudo que llega a Occidente pasa por la región, pero en esta ocasión no ha sido así.