Cobrar el ingreso mínimo vital reduce la probabilidad de trabajar, según Airef
El organismo propone reformular los incentivos laborales de esta prestación para personas vulnerables
BarcelonaEl gobierno español impulsó el ingreso mínimo vital (IMV) durante el pico de la pandemia de Covid-19 para intentar "erradicar la pobreza y favorecer la participación en el mercado laboral y la inclusión social de las personas en situación de vulnerabilidad". Cinco años más tarde, la Autoridad Independiente de Responsabilidad (Airef) considera que esta medida estrella del ejecutivo de Pedro Sánchez no ha cumplido al menos uno de sus propósitos. El organismo detectó que la prestación reduce la probabilidad de trabajar en tres puntos porcentuales (un 12% menos) y disminuye el número de días trabajados a 0,6 mensuales (un 11% menos). Son las principales conclusiones del análisis anual de esta ayuda que publica el Airef y que, por primera vez, se centra en su impacto en el empleo.
El diagnóstico es claro: "Estos efectos se mantienen entre los perceptores del IMV tras la entrada en vigor del incentivo en el trabajo de enero de 2023, lo que evidencia la persistencia del impacto desincentivador y la eficacia reducida del mecanismo". Concretamente, el Airef avisa de que el impacto es más pronunciado entre los menores de 30 años, los hogares monoparentales y con importes de la prestación superiores a la media, "llegando a desincentivar la participación laboral en cifras superiores al 20%". De todas formas, el organismo que preside Cristina Herrero también admite que, entre los beneficiarios que mantienen la vinculación laboral, sí se aprecia una mejora en la calidad de los trabajos e incrementa en un 3% la probabilidad de tener un contrato indefinido.
Ante este escenario, el Airef ha propuesto una "reformulación completa" de este incentivo al trabajo, con el que el ministerio de la Seguridad Social que dirige Elma Saiz pretendía precisamente evitar la participación más baja en el mercado de trabajo de los beneficiarios. Además, recomienda continuar promoviendo las fórmulas para la concesión automática del IMV, que el organismo menciona desde su primera opinión sobre la medida. También considera que habría que avanzar en el diseño de mecanismos para que el CAPI (el complemento de ayuda para la infancia, con prestaciones de 57,5 euros a 115 al mes para las familias con menores) llegue a todos los hogares que podrían cobrarlo. En julio del pasado año, el Estado traspasó la gestión del IMV a la Generalitat.
El 60% cobra el IMV más de tres años
El informe del Airef estudia el tiempo que estas personas vulnerables cobran la ayuda y concluye que el 90% permanecen allí durante más de doce meses, el 75% superan los veinticuatro meses y aproximadamente el 60% se mantienen durante más de tres años. "Esta permanencia, junto a los efectos en el empleo identificados, plantea interrogantes sobre la eficacia de los mecanismos de transición hacia el empleo, que actualmente incluye la prestación". Por otra parte, alerta de que el 55% de los hogares que podrían cobrar el IMV aún no lo han pedido, mientras que este porcentaje asciende al 72% en el caso de aquellos hogares que podrían percibir el CAPI.
Sin embargo, el Airef constata que ha habido avances en el despliegue y alcance de esta prestación, con un incremento del 14% en el número de beneficiarios del IMV y del 34% en el CAPI. También se ha reducido en cuarenta y cinco días el tiempo medio de tramitación de la ayuda. Aún así, la institución recuerda que estos progresos conviven con resultados que evidencian que la medida "no ha experimentado modificaciones estructurales destacables, conservando un diseño que presenta limitaciones desde los inicios para alcanzar sus objetivos". Por eso, recomienda concretar estos propósitos a través de indicadores y niveles "claramente definidos" y reforzar las campañas de información y el acompañamiento individualizado a los perceptores.