Banca

"No pueden quitarnos el nombre de Sabadell del banco, es un ataque en toda regla"

La opa hostil del BBVA ha unido a casi todos los sabadellenses, que consideran la entidad un símbolo de la ciudad

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Oficina antigua de Banco Sabadell en Sabadell

SabadellLa plaza de Sant Roc es el corazón de Sabadell. En el centro se encuentra el ayuntamiento, a la derecha la iglesia de Sant Fèlix ya la izquierda la sede histórica del Banc Sabadell. En pocos metros, toda la historia de la Manchester catalana, la ciudad clave en la Revolución Industrial del Estado que levantó un pequeño imperio con chimeneas, telares y el Banc Sabadell, claro. Ya hace más de 1.500 días que cada mediodía, de 12 a 13 h, el colectivo Gent de la Plaça se reúne para pedir la independencia, cantando canciones. Durante el Proceso eran cientos, ahora menos. Después de versionar en catalán el Take Me Home, Country Roads de John Denver, dos de las mujeres presentes hablan de la posible absorción del Banc Sabadell por parte del BBVA. "No puedo creerlo. No nos lo pueden hacer", dice Conxita. "Me enfadé mucho con el banco cuando sacaron la sede de Catalunya. No se lo puedo perdonar, pero tampoco quiero que nos quiten el banco. Es muy nuestro, mucho de Sabadell", añade Maria, que menciona un discurso de Carles Puigdemont donde el líder de Junts define como un ataque "anticatalanista" la operación. "¿Ves? ¿Hay que defender al banco", razona.

Cuesta recordar una noticia que haya unido tanto a la población como esta opa hostil del BBVA. "Es un ataque en toda regla", afirma Josep, un jubilado que pasa ante la sede más antigua de la entidad, inaugurada en 1954 y conocida por todos como "la 900" o directamente como "el banco", como si fuera la única sede. José entra en la esquina de enfrente, donde está Viena, otro negocio sabadellense de éxito que nació en la misma plaza. "Esta ciudad siempre ha tenido tejido empresarial, historias de éxito. Viena, el banco, las industrias... No nos pueden quitar el nombre de la ciudad del banco. Ya se perdió la Caixa de Sabadell, tú. A mí me gusta ver al Banc Sabadell por todo el mundo, me recuerda toda la fuerza económica que tenemos", añade, mostrando en el teléfono una fotografía frente a la Sabadell House de Londres, la sede del banco en la capital inglesa, cerca de Trafalgar Square .

Mientras Josep enseña la fotografía, los funcionarios del Ayuntamiento salen a comer. En el consistorio manda la socialista Marta Farrés. "Quiero que siga existiendo un banco que lleva el nombre de Sabadell. Un banco que está absolutamente ligado a la historia y trayectoria de la ciudad. Este vínculo se traduce en el apoyo a entidades e iniciativas sociales y culturales. Hay que valorar este vínculo”, explicaba la alcaldesa al Diario de Sabadell, medio que hace dos días se preguntaba en portada: "Cómo sería Sabadell sin el banco". Una pregunta que se hace todo el mundo, ahora mismo. "Si el BBVA se sale con la suya, muere la implicación del banco con la ciudad y también una manera de hacer. Es un banco que la ciudadanía sentimos nuestro", defiende Farrés. Así es. Generaciones de sabadellenses veían cómo el abuelo o la madre les guardaban los primeros ahorros en una libreta del Banc Sabadell, entidad que siempre se ha implicado en la vida social de la ciudad patrocinando actos, conciertos o apoyando a los clubs deportivos, como ocurre con el club de natación más exitoso de toda España, el CN ​​Sabadell, y el Centro de Deportes Sabadell de fútbol, ​​que ha jugado catorce años en Primera.

La fundadora de la Asociación Amigos de la Ópera de Sabadell, la incansable Mirna Lacambra, también parece preocupada: “El banco nos ha ayudado mucho, siempre ha estado, ha tenido las puertas abiertas. Lo amamos. Que siga como está sería lo mejor para la ciudad”. En 2012, para celebrar los 130 años de vida, el banco grabó un vídeo en la plaza de Sant Roc con músicos de la Orquesta Sinfónica del Vallès y el Cor Amics de l'Òpera, entidades a las que ha apoyado a través de su fundación. En el vídeo se tocaba el cuarto movimiento de la Sinfonía núm. 9 de Beethoven, el conocido Himno a la alegría entre los vecinos. El anuncio se tituló Somos Sabadell y se hizo viral en la ciudad. "Era muy bonito, ese concierto. Es que yo no quiero perder el banco, aunque me enfade con ellos a veces", defiende Conxita.

La amenaza con ver cómo el Banc Sabadell pierde el nombre ha conseguido que muchos ciudadanos perdonen la decisión de trasladar la sede social de la entidad a Alicante el 5 de octubre de 2017. Los que sí apoyaron la decisión, piensan ahora igual que los que la criticaron. Casi todos los grupos del Ayuntamiento se han posicionado en contra con la excepción del PP. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, que estaba el jueves en la ciudad para dar una charla en la Cámara de Comercio de Sabadell prevista hace meses, vio cómo todos los presentes, antes y después del acto, decían la suya. Todos en contra de la opa del BBVA. Los empresarios locales lo tienen claro. "Ojalá no se produzca. Esta opa sería un paso atrás, por la gran sensibilidad que ha tenido y tiene el Banc Sabadell por la ciudad, en la vida sociocultural y por las propias empresas”, afirma Ramon Alberich, el presidente de la Cámara de Comercio.

Ocho apellidos sabadellenses

El Banco Sabadell fue fundado el último día del año 1881. A 31 de diciembre, un grupo de 127 industriales y comerciantes se encontraron para crearlo. Durante 73 años la sede central estaría en la planta baja del edificio del Gremio de Fabricantes, a cuatro pasos de la plaza de Sant Roc. En la planta baja donde estuvo el banco, ahora se pueden ver placas y bustos dedicados a los empresarios que levantaron la Manchester Catalana. "Las personas que levantaron la industria local eran aquellas que estuvieron en el gremio y crearon el banco, está todo atado", explica el presidente del Gremio de Fabricantes, Esteve Gené. Antes de los Oliu, los dirigentes del banco llevaron apellidos como Turull, estirpe famosa por Pere Turull, el primer gran industrial del textil sabadellense que tenía tanto poder, que a mediados del siglo XIX era conocido en Madrid como el "rico catalán". Apellidos como los Llonch y como el de Ferran Casablancas, creador de una forma más rápida y eficiente de hilar que hizo fortuna.

Esteve Gené prefiere no mojarse públicamente en nombre del gremio. "Nos toca ser imparciales, el banco nació en casa, pero ahora es una empresa independiente. Está por ver qué pasaría, pero entiendo que la esencia del Sabadell se mantendría", explica. En el recuerdo de la ciudad está la pérdida de la Caja de Sabadell, cuando en el 2012 el Banco de España la adjudicó, junto con la Caja de Terrassa y la de Manlleu, agrupadas bajo la marca Unnim, precisamente en el BBVA. "No queremos que se repita", admite la alcaldesa. "La reducción del mercado financiero comporta que exista menos competencia, lo que puede derivar en una pérdida de condiciones para los usuarios, sean particulares o empresas", alertaba estos días Xavier Panés, presidente de la patronal Cecot. Panés también destacaba el valor de cuidar a una empresa que tiene la gran sede logística en Sant Cugat del Vallès y que aporta mucho al tejido social no sólo en Sabadell, sino también en todo en el Vallès.

¿Y los trabajadores del banco? Prefieren callar, por si acaso. Algunos parecen disfrutar un poco cuando un periodista les pregunta que pasa, como si fuera un filme. "No escribas mi nombre, ¿eh?", dice uno, comentando que en la empresa todo el mundo está en contra. "Nos llama todo el mundo. Una anciana que todavía piensa en pesetas me ha llamado sufriendo por si perderá los ahorros. Es una mujer que va camino de los 95 años y siempre ha tenido un trabajador del banco que le responde al teléfono: esto no lo podemos perder", añade el empleado anónimo, yendo hacia Viena. Conxita y Maria se marchan a casa, charlando. "Ojalá no nos quiten el banco" dicen, mirando al edificio donde generaciones de sabadellenses han recibido un trato familiar ya muy difícil de encontrar, en la gran banca.

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