La pandemia amplía la desigualdad: el 10% de la población mundial acumula el 75% de la riqueza

En España el 10% más rico cobra de media ocho veces más que el 50% más pobre

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Una persona recoge comer en el banco de alimentos de la parroquia de Santa Anna, Barcelona.

ParísLa tendencia que tiene la brecha entre ricos y pobres a ensancharse es muy conocida. La novedad es que la pandemia ha acelerado las diferencias: un año y medio después de la irrupción del covid-19 los multimillonarios tienen más dinero y los pobres son todavía más pobres. Las cifras que publica este martes el Laboratorio de las Desigualdades Mundiales, con sede en París, en un informe coordinado por los economistas Thomas Piketty y Gabriel Zucman, son bastante elocuentes: la riqueza de los más ricos (51.700 personas, que representan el 0,001% de la población mundial) ha aumentado un 14% entre el 2019, antes de la pandemia, y el 2021. La riqueza global, en cambio, solo ha avanzado un 1% en el mismo periodo. 

“La brecha entre la parte superior de la distribución de la riqueza y el resto de la población se ha ampliado dramáticamente durante esta pandemia”, destaca el informe. Si solo nos fijamos en las 50 personas más ricas del mundo, la polarización es todavía más evidente. Mientras el covid dejaba sin trabajo a millones de personas alrededor del mundo debido a las restricciones, los ultrarricos aumentaban su riqueza un 50%. "Eso tiene bastante que ver con el buen funcionamiento de los mercados financieros. Los muy ricos concentran las propiedades de grandes empresas y han visto crecer el valor de las empresas. La bolsa ha ido bastante bien en los últimos años", apunta uno de los autores del informe, el economista Luis Bauluz.

La acumulación de riqueza supone que un 10% de la población tenga en sus manos un 75% de la riqueza. En el ranking de los más ricos del mundo, según la revista Forbes, están Jeff Bezos, fundador de Amazon, y Elon Musk, presidente de Tesla. El fundador de Zara, Amancio Ortega, también se encuentra entre los primeros de la lista: ocupa el número 11. En Catalunya, Forbes señala como la persona más adinerada a la presidenta de Coca-cola Europacific Partners, Sol Daurella, seguida de Isak Andic, propietario de Mango.

Desigualdad en España

España no está al margen del fenómeno, a pesar de que el informe destaca que no es de los países donde la brecha es más grande. Las diferencias se observan tanto en el capítulo de acumulación de riqueza como en el de ingresos: cuanto más dinero se tiene, más elevados son también los ingresos. En el Estado, las personas que forman parte del 10% más rico cobran una media de ocho veces más que las que forman el 50% más pobre, y sus ingresos suponen un tercio del total de dinero que gana el conjunto de españoles. Los ingresos medios de un adulto en España son de 30.600 euros brutos anuales, casi el doble que la media mundial (16.700 euros).

La riqueza se acumula en lo alto de la pirámide y la pobreza se expande abajo de todo. Una de las cicatrices que ha dejado la pandemia es la expansión de la extrema pobreza: por primera vez en más de dos décadas, el número de personas a escala mundial que viven en extrema pobreza ha aumentado. El informe cita datos del Banco Mundial para ilustrarlo: con la pandemia, 100 millones de personas han bajado hasta el rango de extremadamente pobres y ya suman más de 700 millones. El covid ha propiciado una situación que, probablemente, requerirá tiempo para revertirse. 

Trabajadores precarios, los más afectados

El informe apunta que el confinamiento dejó sin trabajo a millones de personas, pero que en los países desarrollados los gobiernos impulsaron mecanismos de protección que funcionaron para evitar crisis sociales más grandes derivadas de la parada. “Sin respuestas políticas, el aumento de la desigualdad habría sido más fuerte”, asegura el documento. La protección, sin embargo, solo funcionó para los trabajadores con trabajos formales y dejó fuera –en la mayoría de los casos– a los trabajadores sin contratos, con trabajos no declarados. 

“Los estudios que hay sugieren que en las primeras fases de la pandemia los confinamientos tuvieron un efecto mayor en personas vulnerables, incluidas las personas con ingresos más bajos y con menos estudios. También en las personas que pertenecen a minorías y a las mujeres”, subraya el informe. Con todo, los autores advierten que los esquemas de protección han disparado la deuda de los países, en algunos casos hasta un 20%. “Esta deuda pública tendrá que ser reembolsada por los ciudadanos de alguna manera”, avisan.

Los datos del informe no sorprenden, pero según los autores del informe ponen en evidencia que es urgente un mecanismo global para reducir las desigualdades, que incluya los activos financieros para calcularlos. Los economistas defienden imponer una tasa a la riqueza mundial para intentar recortar las desigualdades que se pagaría a partir de un millón de dólares de patrimonio y sería progresiva hasta el tramo más elevado, que se fijaría en los 100 millones de dólares.

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