La desburocratización enciende un nuevo fuego entre patronales

Esta semana, el empresariado y la sociedad civil se unieron en un clamor multitudinario para pedir una reforma de la administración, que a grandes rasgos reclama una reducción de la burocracia, la profesionalización de la dirección pública y reducir la telaraña normativa. que logró la adhesión de unas 300 entidades y que se presentó en la Casa de la Lonja el pasado miércoles. clamor unitario de las principales entidades catalanas, entre ellas el Círculo de Economía, Fomento del Trabajo, el Gremio de Hoteles de Barcelona, ​​Feria de Barcelona, ​​el RACC, Barcelona Abierta, Universidad de Barcelona y Fundación Barcelona Promoción, así como entidades sociales como la Federación de Entidades de Atención al Envejecimiento (FEATE), la Federación Salud Mental Cataluña, Cohabitac y la Fundación Pere Tarrés, entre otras muchas. la patronal Pimec, que ya presentó la semana pasada a sus reclamos para desburocratizar la Generalidad. Diferentes voces criticaron que esto fue una "contraprogramación" del acto de FERA.

La primera fila

La falta de Pimec en el acto y, sobre todo, en la adhesión del acuerdo, no pasó desapercibida. y explican que el presidente de Pimec, Antoni Cañete, "no quiso unirse al no poder ser uno de sus protagonistas".

El FERA como tal es un grupo de trabajo formado por diez entidades –la Cámara de Comercio de Barcelona, ​​Cecot, el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, el Colegio de Profesionales de la Ciencia Política y de la Sociología de Cataluña (Colpis), el Colegio de Economistas de Cataluña, el Club de Dirección Pública ESADE Alumni, FemCat, la Asociación Catalana de Profesionales, la Asociación Catalana de Gestión Pública (ACGP) y la Mesa del Tercer Sector Social– que "llevan años trabajando", pero los impulsores de este acto en concreto fueron la Cecot y la Cámara de Barcelona.

Fuentes de FERA explican al ARA que "se dijo desde el inicio que los miembros del FERA son estas diez entidades hasta el día del acto, que debía organizarse", y que " si después más asociaciones querían adherirse al acuerdo, adelante, y todo el mundo lo entendió", aseguran. "Había instituciones que son tan grandes como Pimec y no tuvieron ninguna problema al no estar en la primera fila, sólo pasó con ellos", critican. "Se les invitó –como a todo el mundo– y no quisieron venir", aseguran.

Preguntados por el ARA, desde Pimec rebaten la crítica: "Nosotros hace muchos años que iniciamos acciones y estudios para revertir y denunciar el tema de la burocracia y la simplificación administrativa, por esto presentamos hace una semana un estudio que ya teníamos calendarizado y no se hace en dos días", aseguran ante las acusaciones de contraprogramación del acto. "De entrada, damos todo el apoyo a FERA ya todas las iniciativas que vengan en este sentido, pero desde Pimec entendemos que deberíamos estar en el grupo impulsor de este acuerdo, y como no ha sido así, hemos echado por otro camino", explican.

La polémica patronal empieza a ser ya un habitual en estos actos multitudinarios. La última fue con el manifiesto empresarial por un nuevo modelo de financiación, que se firmó en marzo de ese año, y que volvió a tener a Pimec y Cecot como protagonistas.

En aquella ocasión, el conflicto se evidenció por el hecho de que de entre la veintena de entidades que firmaban el comunicado inicial, no aparecía la Cecot, a pesar de que las críticas al modelo de financiación actual han estado a menudo presentes en los suyos discursos. Según pudo saber el ARA en ese momento, la exclusión de Cecot del comunicado –que inicialmente estaba presente– habría sido una petición de Pimec, principalmente por términos de representatividad. Según explicó entonces la patronal dirigida por Antoni Cañete, "Cecot ya forma parte de Foment del Treball, y entendemos, por tanto, que es una territorial y que no debe estar, al igual que no está Pimec Vallès Occidental".

Este "veto" no fue bien recibido dentro de Cecot, que optó por emitir un comunicado individual donde decía que "Cecot aplaude y se suma a la demanda de una reforma del sistema de financiación territorial".

Más allá de la anécdota, estas fricciones repetidas evidencian un malestar entre patronales que parece no terminar. Sea por personalismos, "temas de piel" o batallas históricas, resuenan las palabras de un empresario en el ARA: "Es una vergüenza que las entidades empresariales no puedan ir a la par ni por eso".