"Tenemos suerte de Europa"
El debate del ARA sobre el déficit fiscal y de infraestructuras evidencia la falta de voluntad política para resolverlo
BarcelonaEl problema no es nuevo. Al contrario, desde mediados de los años 50 del siglo pasado, Catalunya tiene un déficit de inversión en infraestructuras. Así de claro lo tiene el jefe de estudios de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Ramon Rovira, que lo ha estudiado en cantidad suficiente. Esta es una de las explicaciones de por qué en Catalunya, cuando se habla de infraestructuras, casi todo el mundo está de acuerdo en que no hay suficientes. Ha quedado patente en el debate organizado por el ARA con el apoyo de la Generalitat y la colaboración de Espai Línia, y en el que además de Rovira han expresado sus puntos de vista el rector de la UPF y economista Oriol Amat y la secretaria de Hacienda de la Generalitat, Marta Espasa, moderados por la directora del ARA, Esther Vera.
El título del debate ya lo dice todo: Dèficit fiscal. Déficit de infraestructuras. El reto que lanza la directora del diario está claro: en un debate de impotencias, como podemos llegar a ver la botella medio llena, alguna parte positiva. Difícil. Joan Ramon Rovira, que tiene muy claro que Cataluña sufre de una mala financiación y también explicita que hacen falta nuevas infraestructuras, deja el primer reto sobre la mesa: primero hay que definir qué modelo de país queremos. Y sin entrar del todo en política, Marta Espasa lo sintetiza desde el punto de vista de la administración y mira el modelo de gestión: "Es importante quién decide qué".
Y en este punto es cuando sale Europa de pleno, como posible solución. "A Europa le podríamos pedir más, pero ¿qué sería de nosotros sin Europa?", se pregunta Oriol Amat, que recuerda como el papel de la UE fue clave durante la crisis de la deuda y más tarde en la compra de vacunas contra el covid. Una solución europea, sin embargo, que ahora se puede enfrentar a un nuevo envite. "Si Rusia corta el grifo del gas –dice Joan Ramon Rovira–, se pondrá a prueba la resiliencia europea".
Pero ¿cómo hemos ido a parar Europa a un debate de infraestructuras? El camino ha sido la discusión sobre el modelo de país y el infrafinanciamiento crónico; y quién decide qué inversiones se hacen. Así sale la propuesta de crear una agencia independiente que vigile la ejecución presupuestaria y se plantea que sea Europa quién decida qué infraestructuras son necesarias para esquivar la España radial. Todos los ponentes están de acuerdo en que Catalunya no dispone de los recursos que tendría que tener. Rovira lo dice claro: el sistema de financiación "incumple las normas básicas de equidad". Lo explica. Catalunya aporta el 19% del PIB al Estado, tiene el 16% de la población y recibe entre el 12% y el 13% de la inversión. Hay, según su parecer, un déficit de eficiencia porque no se invierte en el motor de la economía y un déficit de equidad porque la inversión per cápita, por persona, es inferior a la de otras comunidades. Un tercer déficit es que esta inversión siempre es inferior a la de economías similares. Por lo tanto, defiende el principio de ordinalidad: que haya una nivelación, solidaridad, pero sin que las comunidades pierdan su orden de riqueza.
Pero, si el dinero es importante para las infraestructuras, en el debate surgen otras cuestiones: el exceso de burocracia, apunta Amat, que defiende también más colaboración publicoprivada. Espasa pone de relieve los puntos fuertes de la economía catalana, pero acaba por señalar el gran problema para lograr un mejor trato en la financiación y unas inversiones más elevadas: "Dependen de la voluntad política y no creo que haya".