El mundo contiene la respiración en Oriente Próximo

El bombardeo de esta madrugada a tres instalaciones nucleares iraníes por parte de la aviación estadounidense añade una dimensión global al conflicto entre Tel-Aviv y Teherán y aumenta la incertidumbre internacional. Ahora el mundo contiene la respiración a la espera de la respuesta del régimen de los ayatolás, que es lo que definirá si nos adentramos en un escenario de guerra abierta de consecuencias imprevisibles, como quisiera Benjamin Netanyahu, o no.

Ciertamente, la operación militar estadounidense ha sido una demostración de fuerza. En total la misión ha involucrado a más de 125 aviones, múltiples vuelos de cazas de cuarta y quinta generación, "decenas y decenas de aviones cisterna para el abastecimiento aéreo, un submarino de misiles guiados y todo un conjunto de aviones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento", así como cientos de profesionales de mantenimiento. Entre los aviones se encontraban siete cazas B-2, que han lanzado los famosos proyectiles GBU-57 –el modelo que se conoce como bomba antibúnker– contra las instalaciones nucleares iraníes.

Aun así, Washington insiste en que no quiere una guerra y que el ataque sólo tiene el objetivo de forzar al régimen iraní a volver a la mesa de negociación y abandonar para siempre sus ambiciones nucleares. Éste es el delicado equilibrio que ha encontrado Trump en una cuestión, la guerra en Irán, que divide profundamente su partido y su electorado, ya que en campaña su mensaje recurrente fue que Estados Unidos no entraría en ninguna guerra fuera de sus fronteras. Esto es lo que muchos entendían que significaba el eslogan "America first". El secretario de Defensa, Peter Hegseth, también ha dejado claro que su objetivo no es forzar ningún cambio de régimen en Irán.

Por otra parte, el régimen iraní tampoco parece muy interesado en un conflicto abierto con Estados Unidos, en el que tiene todas las de perder, y podría optar por una respuesta moderada". continuado bombardeando instalaciones militares en Irán. Netanyahu quiere apretar el acelerador para forzar la caída del régimen que es su gran enemigo en la región. global en el ámbito económico, que ya era elevada por la guerra arancelaria. El Parlamento iraní ha aprobado una propuesta para cerrar el estrecho de Ormuz, por donde pasa el 20% del petróleo mundial. damnificada. Los iraníes se ven atrapados entre un régimen cada vez más autocrático y asfixiante y una intervención extranjera que no se hace en nombre de sus derechos sino por cuestiones de geoestrategia.