Se acerca el frío: ¿cómo seguir motivados y no dejar de hacer deporte?
Adaptar los horarios a la nueva temporada o realizar más actividades en espacios interiores puede ayudar a mantener las buenas rutinas de ejercicio físico
BarcelonaAhora quedan lejos los días más calurosos del verano, y el otoño, aún lejos del frío más riguroso del invierno, puede ser la mejor época para salir al exterior y practicar cualquier tipo de actividad física. Disfrutar de la frescura de la mañana con el sol recién salido y las calles y caminos todavía adormilados o salir por las noches mientras se va oscureciendo y calmando la jornada son momentos muy agradables y que promueven nuestra motivación para practicar, la tan necesaria y saludable actividad física.
Pero es cierto que con el cambio de horario y la llegada del frío en muchos momentos la fuerza de voluntad debe pasar por delante para que sigamos con nuestras rutinas y no rompamos los hábitos saludables que quizás nos ha costado adquirir. Los amaneceres son fríos y las vísperas oscuras y largas, y no es tan raro que lleguen las dudas y las ganas de quedarnos en el sofá de casa leyendo un libro o tomando un café en una cafetería con un buen amigo, en lugar de mantener activos.
¿Qué alternativas tenemos y qué nos puede ayudar a continuar conectados y no desfallecer?
Existen diferentes estrategias que nos pueden acompañar durante estos meses, que nos pueden ser muy útiles y facilitarnos la continuidad como, por ejemplo, realizar un cambio de horarios, siempre que nos sea posible. Si tenemos la posibilidad de pasar nuestra actividad física a mediodía oa primera hora de la tarde, siempre será más agradable, con una temperatura más plácida y con luz del día. Victoria León, CEO de una correduría de seguros, es deportista amateur desde hace muchos años y nos cuenta sus trucos: “El principal cambio que hago son los horarios; intento salir a rodar en bici durante las horas más cálidas del día, sobre todo al mediodía, cuando las temperaturas son más agradables y hay más luz natural. Esto implica modificar ligeramente mi rutina, pero me aseguro de mantenerme activa”.
Cambiar de ruta o de actividad
También podemos modificar los lugares en los que practicamos deporte. Àlex Cerón, profesional y técnico deportivo con años de experiencia como entrenador, nos propone que "podemos buscar zonas más resguardadas del frío, ya sean cubiertas parcialmente o en lugares protegidos por la vegetación". También, si somos corredores o andadores, tenemos la alternativa de buscar recorridos más urbanos en los que seguro que encontraremos alumbrado público, veremos a otra gente y nos sentiremos más seguros. De esta forma, aprovechamos para romper rutinas y realizar cambios de paisaje que, por otra parte, si lo enfocamos bien y con la actitud adecuada, incluso, nos pueden ayudar a hacer crecer la motivación con el cambio.
Puede ser un buen momento para probar otros tipos de actividades: cambiar el exterior por el interior ya sea yendo a un gimnasio o practicando la actividad en casa. “Otro cambio que hago es introducir un entrenamiento alternativo, si las condiciones climáticas son demasiado extremas o, simplemente siento que me da pereza salir en bici, opto por utilizar bici estática en el gimnasio o bien en casa, o incluso variar en la natación o correr, que son más tolerables en invierno. La bici estática o las sesiones de ciclismo indoor me permiten mantener el nivel de forma en días de lluvia o frío”, dice Cerón.
Actualmente, los gimnasios tienen una oferta de actividades dirigidas muy atractiva y para todos los gustos, intereses, niveles y edad y se presenta como una excelente alternativa para mantenernos activos durante esta época del año. Aunque no seamos grandes amantes de cerrarnos a hacer ejercicio entre cuatro paredes, vale la pena valorarlo. Por otra parte, acudir a un gimnasio favorece el contacto social, los nuevos conocimientos y sentir que no estamos solos en la lucha por mantenernos activos.
Y en este sentido, León afirma que “hacerlo sola cuesta, hay que tener mucha fuerza de voluntad. A mí me va muy bien quedar con alguien.” Tener el compromiso con otra persona o con un grupo determinado es uno de los puntales que nos empuja a no echar la toalla. Y sigue: “Uno por otro… planeas la salida o la ruta y ésta se puede acabar con pequeños incentivos como un buen desayuno o un aperitivo, el fin de semana, o sencillamente, con una buena ducha relajante, al volver , mientras saboreo ese sentimiento placentero de haber hecho bien las cosas”.
Debemos saber valorar el esfuerzo que hacemos, sentirnos orgullosos y darle valor, ya que como afirma Cerón: “Si conseguimos entrenarnos en invierno, ya nada nos podrá detener; superar el frío y la oscuridad nos ayudará a disfrutar de los entrenamientos en temporadas más agradables y obtendremos un resultado muy beneficioso durante todo el año”.
Hay quien le funciona estar comprometido a pagar una cuota, ya sea la del gimnasio, la de un entrenador personal o de un club. El hecho de sentir que está invirtiendo un dinero en eso le empuja a aprovecharlo y no malgastar.
Y, finalmente, hay personas a las que no les funciona poner énfasis en estos aspectos tan tangibles, sino que hacer intervenir propuestas más emocionales les resulta más eficaz. En esta dirección, ahora es un momento muy concreto en el que venimos del verano y de sus excesos que quizás todavía no hemos conseguido poner en su sitio y, pronto, nos encontraremos con la Navidad. “Pensar en las fiestas puede ser una opción. Aferrarse a los excesos de aquella época y querer contrarrestarlos o prepararlos es una poderosa herramienta para motivarnos, en un primer momento, para mantener los entrenamientos durante los meses previos y posteriores”, afirma Cerón, que ha tratado con personas de todos los perfiles.
La salud como motivación
La salud es otra de las razones que nos pueden ayudar, aunque siempre dependerá de la relevancia que le demos. Hay momentos vitales en los que nos queda en un segundo plano, en cambio, hay momentos en los que pasa por delante de todo. Plantearnos la actividad física como un objetivo personal puede ser de gran ayuda y “cada persona debe buscar sus propias motivaciones y objetivos para mantener el entrenamiento durante todo el año: la salud física, la salud mental, la higiene postural, la reducción de dolores físicos, el aumento de la fuerza, la mejora de la resistencia, la reducción de peso, verse mejor en el espejo, sentirse mejor con uno mismo…” expone Cerón.
En el caso de León este planteamiento menos tangible también le funciona: “Es cierto que la pereza puede aparecer, pero mi compromiso con el bienestar a largo plazo pesa más. Sé que mantenerme activa me ayuda a evitar lesiones, mejorar mi estado físico y mantener una mente más clara y positiva”, asegura.
Y ya para terminar, una de las fuentes más potentes de motivación y que nos ayuda a tomar un compromiso es ponernos objetivos como pueden ser competiciones, caminatas, torneos o eventos deportivos. Apuntarnos y tener una fecha marcada en el calendario en la que queremos encontrarnos en forma es un incentivo poderoso que, tanto por responsabilidad, compromiso o por no querer quedar mal, nos ayudará a salir de casa y ponernos unas zapatillas, el bañador, coger la raqueta, a subir sobre la bici oa entrar en el gimnasio aquellos días en que la pereza nos llama.