10 escapadas rurales para Semana Santa

BarcelonaEmpezar el día con una ruta hasta un castillo abandonado, hacer una comida en un buen restaurante con productos de kilómetro cero, llenar la tarde con una visita a un pueblo medieval y acabar la jornada con un buen libro junto a la chimenea en una casa de turismo rural. Podría ser uno de los planes de esta Semana Santa si decides optar por el turismo de proximidad y disfrutar de las propuestas rurales que ofrece el país. Si todavía no tienes planes, esperamos que encuentres la inspiración en estas páginas.

Las montañas de Prades

Si todo va bien, en 2023 se convertirán en el decimoquinto parque natural de Catalunya. Es una reivindicación histórica de la zona que ahora ha escuchado la Generalitat y ha iniciado los trámites para que sea una realidad. Este territorio senderista desconocido es una propuesta ideal si lo que buscas es una Semana Santa de contacto con la naturaleza. Empieza en Prades, también conocida como la villa roja, y desde aquí anímate a hacer alguna de las rutas que te llevarán hasta algunos de los atractivos más potentes de la comarca, como Els Avencs de la Febró, el pueblo abandonado de la Mussara y la ermita de l'Abellera.

El Bages auténtico

En el corazón de Catalunya os esperan tesoros maravillosos y bastante desconocidos. Te proponemos alojarte en la zona de la sierra de Castelltallat y dedicar un día a recorrerla. Es imprescindible el conjunto monumental de Coaner, un pequeño núcleo que en muy poco espacio agrupa una iglesia románica, un santuario gótico y la torre de un antiguo castillo. Después de la visita sube hacia el norte de la comarca y plántate en Castelladral, desde donde tendrás unas vistas envidiables de Montserrat. Muy cerca se esconde Sant Cugat del Racó, otro de estos pequeños núcleos de Bages que conservan autenticidad. La iglesia románica es singular por su cimborrio circular: una gran maravilla en medio de la nada.

Anoia entre viñas

Sabemos que decir Anoia y viñas puede parecer un poco extraño, pero esta comarca de la Catalunya Central fue, hace años, un importante centro de producción vinícola. Como el Bages, antes de la llegada de la filoxera había sido un territorio principalmente destinado a la viña. Pequeñas bodegas como Pla de Morei quieren devolver a Anoia el vínculo con el vino que había tenido siglos atrás y ofrece visitas guiadas, catas y un buen puñado de actividades. Una opción ideal para hacer enoturismo en un territorio poco conocido.

Vilaller, pueblo mágico

Si lo que quieres es Pirineo, ¿qué te parece descubrir un pequeño pueblo de la Alta Ribagorça? Concretamente, te proponemos desplazarte hasta Vilaller, un pequeño núcleo que, recientemente, ha sido declarado el primero "pueblo mágico" de Catalunya. La Red de Pueblos Mágicos de España es una iniciativa que reconoce las actuaciones que lleva a cabo un municipio en los ámbitos de la calidad de vida, el urbanismo, el patrimonio, las fiestas y tradiciones, la gastronomía y otros aspectos que los hacen lugares únicos. La villa cerrada de Vilaller es Bien Cultural de Interés Nacional, Villa Florida y Patrimonio Inmaterial de la Unesco por las Fallas del Pirineo. También forma parte del Camino de Sant Jaume Aran-Pirineus, dispone del primer mirador astronómico del Pirineo y acoge una feria milenaria, la de Todos los Santos. ¡No te aburrirás!

Terra Alta, memoria histórica

Podríamos decir que el epicentro de la memoria histórica de la Terra Alta es el pueblo viejo de Corbera d'Ebre. Todavía hoy, más de 80 años después de la Guerra Civil, es un escenario impresionante que recuerda lo crueles que fueron los combates en esta zona. Calles en ruinas, paredes marcadas por la metralla y la estructura de la iglesia de Sant Pere son un testimonio único de la historia reciente. Sigue el Abecedario de la Libertad, una exposición al aire libre que se articula alrededor de las 28 letras del abecedario colocadas en diferentes rincones del pueblo. En la comarca hay otros espacios históricos, como las trincheras de Vilalba dels Arcs y la Pobla de Massaluca o las casas caídas del Pinell de Brai. Para una visión general del conflicto en la zona, te recomendamos que visites el Museo Memorial de la Batalla del Ebro, en Gandesa.

Vidrà, desconexión en el norte de Osona

Este pequeño pueblo, situado en el extremo norte de Osona, es un rincón ideal para desconectar. Puedes hacer excursiones que te llevarán a parajes tan impresionantes como el salto del Molí, la tosca de los Degollats y el santuario de Bellmunt, pero también puedes relajarte en las instalaciones de alguna de las casas rurales que encontrarás en sus entornos. Si te apetece una experiencia de conexión en una zona de desconexión, aventúrate a darte un baño de bosque. Una vivencia única que seguro que fortalecerá tu vínculo con la naturaleza. Esta zona del Baridà es salvaje y no te decepcionará.

Los pueblos del valle de Ribes

Si el tiempo continúa invernal y quieres exprimir los últimos días de nieve, acércate a este lugar del Pirineo oriental. Te esperan pueblos como Toses, al lado de la Molina; Pardines, que conserva partes de la muralla y el castillo medieval; Queralbs, la puerta de entrada a Núria; y Bruguera, punto de partida de muchas excursiones como la ascensión al Taga. Estos núcleos perdidos entre las montañas del Ripollès son un reducto de paz, con muchas opciones: desde senderismo y esquí hasta visitas patrimoniales y paseadas por pueblos de catálogo.

De Olot a Girona por la Ruta del Carrilet

Es una de las vías verdes más conocidas, ideal para hacer en bici o a pie. Si tienes ganas de una Semana Santa activa, este trazado de 57 kilómetros te llevará de la zona volcánica de la Garrotxa hasta Girona siguiendo el recorrido del antiguo tren de vía estrecha que unía estas dos ciudades. Atravesarás tres comarcas y doce pueblos recorriendo los valles de los ríos Fluvià, Brugent y Ter. Pasarás por lugares tan interesantes como el castillo de Hostoles y los cascos urbanos de Anglès y de Sant Feliu de Pallerols. Y, si todavía quieres más, ¿sabes que el itinerario conecta con el segundo tramo de la Ruta del Carrilet que va de Girona a Sant Feliu de Guíxols?

Los pueblos del Alt Empordà

Como el Alt Empordà tiene muchos encantos –parajes naturales de gran interés, calas espectaculares, monasterios y castillos importantísimos, bunkers y vestigios de la Guerra Civil...–, a menudo, sus pueblos interiores quedan eclipsados. Dado que hacemos propuestas rurales, te proponemos (re)descubrir núcleos históricos encantadores como Sant Llorenç de la Muga, uno de los núcleos amurallados mejor conservados de Catalunya; Sant Mori, una joya con un castillo renacentista y una iglesia románica que te enamorarán, o Castelló d'Empúries, que conserva un barrio judío y la iglesia catedralicia de Santa Maria, también conocida como la catedral de l'Empordà.

La Ruta de Castells del Sió

La ribera del Sió fue conquistada en los andalusís a mediados del siglo XI. A partir de aquí, se empezaron a construir iglesias y castillos para proteger el nuevo territorio que actualmente se han convertido en auténticas joyas patrimoniales. La propuesta es que os alojéis en cualquier lugar entre Sant Guim de Freixenet, donde nace el río Sió, y Balaguer, donde desemboca al Segre: es el trazado que engloba los castillos del Sió. Y a partir de aquí, tenéis para elegir y remover entre una quincena de fortalezas. Algunas ideas: en Concabella encontraréis el centro de interpretación de los castillos del Sió; Pallargues es uno de los mejores ejemplos de castillo-palacio con un arco gótico impresionante de 13 metros; la villa cerrada de Montfalcó Murallat es una de las joyas patrimoniales de las tierras de Lleida y en el castillo de l'Aranyó nació el escritor Manuel de Pedrolo.