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Ayuno intermitente, la dieta que no es una dieta

Se ha consagrado como método para adelgazar, pero los especialistas aseguran que ayudar a perder peso no es su función

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Durant las horas que se está en ayuno, sólo se puede tomar agua, infusiones o café

"Yo solo desayuno un café o una infusión y aguanto hasta la hora de comer". Es una frase que últimamente hemos podido oír de familiares, amigos o compañeros de trabajo. Es probable que esta persona, que no come nada en toda la mañana, esté haciendo un ayuno intermitente, la tendencia nutricional más de moda hoy en día. Aunque ahora lo conozcamos con este nombre técnico, el ayuno –la acción de dejar de comer voluntariamente durante horas– ha sido practicado por el hombre desde siempre, ya sea de manera natural, porque por el motivo que sea se haya habituado a saltarse una comida o por motivos religiosos. El ayuno más conocido universalmente es el Ramadán, que se celebra durante el noveno mes del calendario musulmán y que dura desde la salida hasta la puesta del sol. Contando que hay 1.900 millones musulmanes, un 25% de la población mundial hace, como mínimo, treinta días de ayuno intermitente una vez al año. Pero si esta práctica se ha conseguido consagrar fuera del culto espiritual es porque se está utilizando como un método para mejorar nuestro bienestar. Solo hay que hacer una búsqueda rápida en internet para comprobar que es una opción que crece, a pesar de que la gran mayoría de entradas relacionadas con el ayuno intermitente en la red estén asociadas a la pérdida de peso.

Berta M. Bertran, nutricionista integrativa, deportiva y psiconeuroinmunóloga, explica que el goteo de clientes que preguntan por esta fórmula es constante. Reconoce que hacer ayuno intermitente "está de moda", pero avisa de los peligros de presentarlo como si fuera una dieta, porque no lo es. "Los profesionales recomendamos hacerlo en momentos puntuales –explica Bertran–, en el caso de pacientes que necesitan mejorar la flexibilidad metabólica o la sensibilidad a la insulina. No lo propongo como método para adelgazarse porque no es esa su función".

En este sentido, es cierto que practicar el ayuno te hace perder kilos, pero la especialista solo lo propone como una fase avanzada dentro de un proceso de mejora nutricional. "Si quieres adelgazar tienes que controlar qué comes, equilibrar azúcares y glucosas y dejar de picar entre horas para reducir las veces que hacemos trabajar nuestro cuerpo a lo largo del día", explica. El ayuno intermitente sería un tercer o cuarto paso que tomar para mejorar nuestros hábitos. "Querer adelgazarse dejando de comer 16 horas seguidas es empezar la casa por el tejado", explica. Además, Bertran pide mesura y seguir una dieta sana y equilibrada mientras se hace el ayuno: "Los atracones no están justificados aunque estemos haciendo ayuno, la persona tiene que comer bien antes de que nada".

Grados de ayuno 

No todos los ayunos intermitentes son iguales. El resultado es el mismo, no comer durante un determinado espacio de tiempo, pero varía el número de horas que estamos sin ingerir alimentos. Evidentemente, se te permite tomar líquidos, pero reducido al consumo de agua, café e infusiones. Lo más natural de hacer es el 12/12, doce horas en las que puedes comer y doce en las que no, fórmula con la cual el paciente se pasa medio día sin sólidos. Es una acción que mucha gente hace sin ser consciente de que está practicando un ayuno intermitente: acaba de cenar a las nueve de la noche y desayuna a las 9 de la mañana sin picar nada entre horas, aprovechando que la mayoría del tiempo estaremos durmiendo.

La otra posibilidad, y la más popular entre los seguidores de esta terapia, es el 16/8, un método en el que solo se ingieren alimentos durante una tercera parte del día. Lo más habitual es cenar pronto y no desayunar, con lo cual el cuerpo pasa dieciséis horas sin tomar ningún sólido. Estas paradas, "hechas con lógica y coherencia, permiten un buen descanso del aparato digestivo, para que que el cuerpo haga un reset es muy necesario", asegura la nutricionista. Además de estas dos fórmulas, a priori más fáciles de seguir, hay ayunos extremos de 24 o 72 horas.

Práctica sana

Entendiendo que no es una terapia que se haga por razones dietéticas, ¿por qué es recomendable hacer ayuno intermitente? David Benaiges, endocrinólogo del Hospital del Mar, cree que el objetivo de un ayuno de estas características tiene que ser "mejorar nuestra vida en general", y explica que en la mayoría de casos "la gente que lo practica se siente mejor, a pesar de que los estudios científicos no lo han demostrado". En este sentido los defensores de esta práctica aseguran que los beneficios son muchos y diversos: el sistema inmunitario se depura, el aparato digestivo descansa y hacemos mejor de vientre, tenemos más energía e incluso se dice que limita el crecimiento de células cancerosas y aumenta nuestra esperanza de vida.

El doctor Benaiges cree que en casos como estos tenemos que "guiarnos por evidencias científicas". Sobre el ayuno intermitente, los estudios con animales han demostrado que "si dejan de comer durante cierto número de horas al día, las células y órganos ganan en resistencia y esto lleva a mejorar ciertos procesos metabólicos, como reducir el exceso de obesidad, la glucosa y se retrasa la aparición de diabetes", añade. Además, en estudios testados con ratas se ha demostrado que viven más tiempo y sufren menos cánceres.

En humanos los estudios son más reducidos y a corto plazo. Según el endocrinólogo, "se ha demostrado que realmente pueden servir para perder un poco de peso, pero son igual de eficaces que una dieta convencional y también mejoran ciertos parámetros relacionados con la resistencia a la insulina", pero poca cosa más. En ningún caso se ha demostrado que se aumente la esperanza de vida: "Faltan estudios a largo plazo y que se demuestre en personas que hagan ayuno intermitente muchos años", dice Benaiges.

Facu Campazzo
Deportistas en ayunas

Una de las grandes preguntas que se hacen los que se deciden a empezar un ayuno es cómo reaccionará el cuerpo al hacer ejercicio físico sin haber ingerido ningún alimento. El doctor David Benaiges explica que el cuerpo se acaba adaptando y que no nos tenemos que preocupar por encontrarnos mal si no tenemos patologías previas: "El cuerpo de una persona tiene muchos mecanismos de compensación para poder estar dieciséis horas sin comer. ¡El ser humano ha demostrado que puede aguantar días!" Sergi Tintoré, graduado en ciencias de la actividad física y el deporte y socio de la empresa de entrenamiento funcional Air Active, ha observado que los jóvenes que hacen deporte en ayunas "a menudo lo soportan mucho mejor que el cliente adulto, es una cuestión de ritmo de vida y hábitos".

Un deportista de alto nivel que practica el ayuno intermitente es Facundo Campazzo, jugador de los Denver Nuggets de la NBA, que coincidió con la leyenda argentina Manu Ginobili en la selección de aquel país. En una concentración, el alero, ya retirado, explicó a Campazzo en qué consistía el ayuno intermitente. Ya hace diez años de aquella conversación y Campazzo no ha dejado de hacer ayuno: "Cuando me levanto tomo café o mate y voy a entrenar sin comer nada. Cuando vuelvo a casa como y por la noche ceno, esto es todo", explica el deportista.

Sergi Tintoré también defiende la práctica de entrenar en ayunas: "Me da más energía, me hace sentir ligero y la sensación se alarga durante todo el día". Además, el copropietario de Air Active asegura que no se marea haciendo entrenamientos exigentes aunque lleve dieciséis horas en ayunas. "Entiendo las necesidades de mi cuerpo y sé que tiene los nutrientes suficientes para hacer aquel esfuerzo", concluye.

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