Nueva YorkLas características climatológicas de nuestro país, con un elevado índice de días soleados al año, nos permiten disfrutar más tiempo de los beneficios del sol. Es una fuente de salud y bienestar que interviene en la síntesis de la vitamina D necesaria para fijar el calcio y prevenir el raquitismo, actúa en el tratamiento de algunas enfermedades de la piel, a la vez que participa en una serie de procesos fisiológicos esenciales para el desarrollo del organismo. El sol de por sí no es perjudicial, pero hay que evitar la sobreexposición a las radiaciones solares. "Si la piel pudiera hablar, diría ay cada vez que te broncees”, asegura Maral Skelsey, dermatóloga de la Universidad de Georgetown. De hecho, Skelsey dice que la piel bronceada es el resultado de una lesión cutánea: la pigmentación extra es un intento de la piel de protegerse de un mayor daño. sostiene Patricia Farris, dermatóloga de Metairie, Luisiana. penetran a mayor profundidad e inducen el bronceado. "Los dos tipos de rayos ultravioleta pueden provocar mutaciones en el ADN que aumentan el riesgo de desarrollar cáncer", comenta Farris. idea que podías hacerlo sin peligro siempre que no te quemaras –explica–. Casi inmediatamente los dermatólogos empezaron a ver a pacientes cada vez más jóvenes con diferentes tipos de cáncer de piel y, en particular, melanoma”.
La radiación UVA también estropea la piel de otros modos, según la dermatóloga Min Deng. “Hay una serie de consecuencias moleculares. Aparte de dañar el ADN directamente, la radiación UVA suprime el sistema inmunitario, por lo que también aumenta el riesgo de cáncer", dice. lagen y elastina, provocan arrugas, manchas y un aspecto envejecido de la piel”, explica Farris. ¿Y la vitamina D?
Aunque es importante absorber suficiente vitamina D (los adultos de 19 a 70 años deben procurar absorber 600 unidades internacionales de vitamina D al día), la gente suele tener ideas equivocadas sobre la mejor forma de hacerlo, según los expertos. La vitamina D se sintetiza en la piel después de la exposición a los rayos UVB del sol. Según las investigaciones, la mayoría de los adultos de piel clara obtienen suficiente vitamina D después de pasar hasta 10 minutos al aire libre al mediodía durante los meses de primavera y verano.
"Los estudios también sugieren que el protector solar no afecta a la capacidad del organismo para producir vitamina D a partir de la exposición a la luz solar", afirma Farris. "Si tienes la piel más oscura, es posible que tu cuerpo no sintetice tanta vitamina D a partir de la luz solar, por eso es más seguro obtenerla de alimentos como el salmón, las yemas de huevo, la leche enriquecida y el zumo, así como de suplementos", dice Skelsey. La gente mayor también tiene más problemas para sintetizar la vitamina D en comparación con las personas más jóvenes, señala Skelsey, quien añade que, por tanto, cuanto mayor seas más alimentos abundantes en vitamina D debes consumir, o bien tomar suplementos.
Cómo protegerse del sol
Para proteger mejor la piel de los rayos UVA y UVB, es necesario utilizar un protector solar de “amplio espectro”, explica Skelsey. El protector solar debe aplicarse media hora antes de salir de casa y, después, reaplicarlo cada dos horas. Según Deng, lamentablemente, la mayoría de la gente aplica muy poco protector solar. "Sólo se aplican una cuarta parte del grosor que se supone que deben aplicarse", dice. Si utilizas un aerosol, la dermatóloga recomienda rociarlo a un par de centímetros de la piel y después frotarlo con las manos.
Deng asegura que la mayoría de la gente no vuelve a ponerse protector solar con la frecuencia que debería hacerlo. Si nadas, te salpica el agua o sudas, tienes que volver a aplicarlas cada hora, aunque se trate de un protector solar resistente al agua, dice. Si no te mojas debes aplicarte cada dos horas. En los envases de las cremas aparece una imagen de un bote abierto con una cifra (lo que se llama period after opening, PAO), que es lo que indica los meses que puede estar abierta manteniendo las propiedades. En el caso de cremas solares, suele ser 12 meses.
Los dermatólogos también recomiendan utilizar ropa con un factor de protección ultravioleta (UPF, por su sigla en inglés). "La ropa con protección solar, los sombreros, las sombrillas de playa, las gafas de sol y los cristales polarizados de los vehículos son muy útiles", concluye Skelsey.
¿Qué factor de protección necesitamos?
Gran parte de los expertos recomiendan utilizar un factor de protección (FPS) de al menos 30 para la mayoría de personas y climas. "Sin embargo, no hay nada malo en aumentar el nivel, sobre todo si te quemas con facilidad o si se tiene algún tipo de alergia a la exposición solar", afirma Vinod Nambudiri, dermatólogo de Boston.
Una vez superado el factor 30, la protección es más gradual. Si se aplica correctamente, por ejemplo, un protector solar de FPS 30 protege a la piel de aproximadamente el 97% de los rayos UVB de sol, mientras que un FPS 50 protege aproximadamente del 98%. Ningún protector solar bloquea al 100% los rayos solares. La mayoría de expertos con los que ha hablado el The New York Times afirman que lo más importante es encontrar un protector solar que proteja tanto de los rayos UVB como de los rayos ultravioleta (UVA), que son los que más envejecen la piel y causan arrugas. "La mayoría de personas no obtienen los beneficios del FPS que indica la etiqueta del protector solar porque no se aplican una capa lo suficientemente gruesa sobre la piel y, en general, no se vuelven a aplicar con la frecuencia necesaria", dice Belinda Tan, dermatóloga.