Casa

¿Cómo hacer un cambio de armario correctamente? Eligiendo bien la ropa

Para tener un armario ordenado y armónico hay que dar un paso adelante y decidir que quizás no nos hace falta acumular tanta ropa en casa

5 min
Plegar correctamente se una de las claves para hacer un buen cambio de armario

BARCELONAAunque los termómetros hayan alargado el calor más de lo que parecía al acabar el verano, el cambio de armario será una urgencia muy pronto. Pasamos el ecuador de octubre y ya no tenemos que tener a mano, ni a vista, algunas prendas de ropa que no nos volveremos a poner durante una buena temporada. ¿Tenemos que guardar los pantalones cortos en una caja hasta junio? ¿Hay que sacar ese jersey de lana que no nos pondremos hasta los peores días de febrero? El cambio de armario es una constante anual, pero no siempre lo hacemos de manera adecuada. De hecho, es fácil encontrar armarios desordenados y apretados, puesto que tendemos a la acumulación y a quedarnos con un alto tanto por ciento de ropa que no nos ponemos. Hablamos con la organizadora profesional Clara Massons y respondemos a algunas preguntas que nos ayudarán a hacer un cambio de armario sostenible y armónico. Eso sí, para conseguirlo será necesario que hagamos algunos sacrificios.

¿Qué no hacemos bien?

El punto más importante a la hora de hacer un cambio de armario es saber que si tienes un armario que te obliga a reorganizarlo cada dos por tres significa que no está bien ordenado. Ordenarlo no tiene mucho secreto, porque se tiene que hacer por categorías y de manera muy lógica, pero a menudo no lo hacemos bien. Según los especialistas, en un armario ideal es necesario que podamos ver toda la ropa que tenemos a simple vista, algo incompatible con tener piezas en el fondo y mal apiladas. Esto por no hablar de la ropa que directamente acaba fuera del armario, repartida por la habitación en perchas y sillas. Todo esto no lo tenemos que permitir.

Algunas acciones pequeñas y muy comunes que nos pueden ayudar son guardar la chaqueta de calle en el armario y no en una percha en la entrada, donde se van acumulando y no dejan lugar si vienen invitados, y vaciar y guardar en el armario la mochila al llegar a casa. Nos evitará ir paseando cosas que se quedan adentro y que no necesitamos siempre que salimos.

¿Cómo organizamos el armario por dentro?

La popular consultora de organización japonesa Marie Kondo nos mostró el camino del orden con el método KonMari, que propone doblarlo todo en vertical, por extraño que parezca. Es la manera de tener la ropa bien doblada, de que no se arrugue y de que esté a la vista. Además, aprovecharemos mejor el espacio y donde cabían 10 prendas de ropa ahora cabrán unas cuarenta. "Te multiplica por cuatro la capacidad del armario", resume Clara Massons, firme defensora del KonMari: "Quien lo prueba no vuelve atrás".

En cuanto a la ropa colgada, siempre se tiene que hacer de izquierda a derecha y habrá que organizarla escogiendo uno de los tres criterios posibles en este sentido: de grueso a delgado, de oscuro a claro o de largo a corto. Nos tenemos que quedar con uno de ellos, porque no coincidirán todos a la vez. Una vez tenemos claro el formato en el que lo guardamos, lo haremos dejando el mismo espacio entre percha y percha y con solo una pieza en cada percha. Además, toda la ropa se colgará en la misma dirección. "Con esto conseguimos que el armario nos dé paz, que nos relajemos cuando lo abramos por la mañana y antes de ir a dormir", dice la organizadora Clara Massons, que, además, reclama tener un armario "lo suficientemente inteligente" como para no tener que cambiar las cosas constantemente: "Tiene que ser reducido –en cuanto a número de piezas– para cubrir nuestras necesidades de todo el año. Esto no significa tenerlo mezclado, puesto que el bañador no irá nunca al lado de la bufanda, pero lo tendremos por zonas. Una será más de verano y la otra más de invierno, y cuando cambiemos de estación la accesibilidad será mucho más fácil".

Haciendo un cambio de armario.

La importancia de los básicos

Hay que tener claro que un armario más grande no es más completo; lo que hace que sea perfecto es la coherencia. Caemos en el error de pensar que, cuanta más ropa tengamos, mejor vestidos iremos. Esto no es así, puesto que "un exceso de ropa nos entorpece el día a día", asegura la especialista. Lo necesario es tener el espacio suficiente para guardar los básicos: la ropa que combina el día a día.

Si tenemos cuatro pantalones y cuatro partes de arriba que combinan, iremos vestidos de manera diferente dieciséis días diferentes del mes. Solo con este número de piezas conseguiremos ir bien vestidos y tener un armario minimalista. Tenemos la sensación de que nos falta ropa y no sabemos qué ponernos, pero entonces vamos a comprar y pensamos que tenemos el armario al máximo y no nos cabrá.

¿Qué hacemos con la ropa que no nos ponemos?

No hay que guardarla ni en cajas, ni en altillos ni en armarios intermedios: tiene que irse de casa. La damos, regalamos, vendemos, reciclamos, lo que prefiramos, pero tenemos que ser lo suficientemente valientes como para renunciar a ella. "Esta ropa nos está restando. Hemos decidido que no nos la pondremos y no nos aporta nada más que quitarnos espacio y darnos quebraderos de cabeza", explica Massons, que recomienda quedarse solo "con lo que nos encanta, lo que nos hace subir la energía". Por otro lado, hay piezas que no nos acaban de gustar, que no nos quedan bien... todo esto, fuera.

Si nos parece muy drástico vaciar excesivamente y tenemos suficiente espacio para almacenar, teníamos una solución en el proyecto 333, creado por la norteamericana Courtney Carver. Militante del minimalismo, la organizadora apuesta por el concepto armario cápsula, en el cual solo hay treinta y tres prendas de ropa. Esto lo incluye todo, también complementos y zapatos que usaremos durante una estación. Todo el resto lo guardaremos en otro armario o en cajas, pero no lo tiraremos. En cada estación haremos este mismo proceso para no tirar ropa que quizás un día nos volverá a gustar pero tener nuestro armario del día a día ordenado.

Saber desprendernos de los que no nos ponemos

Es clave. En cuestión de ropa tenemos que pensar en el presente por delante del pasado y del futuro. Ejemplos: si hemos cambiado de trabajo y ya no llevamos esa ropa formal que vestíamos, no hay que guardarla. Quedárnosla e irla guardando estación tras estación es señal de que estamos aferrados al pasado. En cuanto al futuro: hay que dejar de hacer el típico pensamiento de que quizás un día me podrá servir. Error: no es presente, nos está ocupando espacio y no es coherente con mi armario.

Hacer un buen cambio de armario es hacer una elección exhaustiva: esto significa vaciarlo del todo al 100% y a partir de aquí decidir qué nos quedaremos. El criterio es escoger ropa con la que nos sentimos bien, y no la que nos costó dinero o nos regalaron y queremos obligarnos a que nos guste. Para hacer esta elección, necesitamos 4 o 5 horas solos, sin interrupciones y sin música, silencio absoluto, teléfono móvil apagado y que nadie nos interrumpa. Tenemos que tener la cabeza muy clara.

Cuando consigamos tener un armario más reducido, los siguientes cambios estacionales serán mucho más rápidos y todo será muy fácil de colocar: jerseys finos por jerseys gruesos, pantalones cortos por pantalones largos, camiseta de manga corta por camiseta de manga larga.

stats