Nueva ley del aborto

Derecho a abortar sin permiso paterno: ¿Qué piensan las adolescentes de 16 años y sus madres?

Las jóvenes aseguran que están preparadas para decidir sobre su cuerpo

BarcelonaLas chicas de 16 y 17 años ya no tendrán que tener el permiso de los padres para poder interrumpir el embarazo. En España se podrá volver a abortar a los 16 años sin el consentimiento paterno, según prevé la nueva ley que se aprobó en el consejo de ministros, si bien todavía falta la tramitación en las Cortes, que se prevé complicada. Con la reforma de la ley de interrupción del embarazo se volverá al marco de la ley de salud sexual y reproductiva de la etapa de José Luis Rodríguez Zapatero, que ponía fin a la exigencia de este consentimiento.

¿Qué piensan las adolescentes de esta nueva ley? Se sienten preparadas para tomar decisiones sobre su cuerpo? ¿Una persona de 16 años es suficientemente madura para tomar esta decisión? ¿Y qué opinan los padres? ¿Cómo se encara la educación sexual en casa? ¿Tienen suficiente información cuando se inician en el sexo? El Criaturas ha reunido a tres madres y tres hijas -las tres jóvenes tienen 16 años- para saber qué opinan de la nueva medida.

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Trinitat (48 años) y Aina (16): "La ley está planteada como si todas las jóvenes tuvieran una mala relación con los padres"

Aina tiene clara su postura ante la nueva ley: "En caso de embarazo estoy preparada para decidir si quiero tener un hijo o no, porque es mi cuerpo, y sobre mi cuerpo decido yo". Tampoco duda en asegurar que, si se quedara embarazada, las dos primeras personas a quienes se lo diría serían el padre de la criatura y su madre. Aun así, suelta un tímido "no creo que se dé esta situación".

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Muchas más dudas tiene Trinitat, su madre, que mantiene que una chica de 16 años todavía no es suficientemente madura para tomar una decisión como esta ni para cuidar a un bebé 24 horas al día 7 días a la semana. "Están en una etapa de formación en la que científicamente está demostrado que el cerebro no está del todo desarrollado", argumenta. Y es crítica con el objetivo de la ley: "Parece que esté planteada como si todas las jóvenes tuvieran una mala relación con los padres, y un paso tan bestia como abortar no se tiene que hacer nunca sola", apunta.

En casa de Trinitat y Aina se ha hablado de sexo siempre con respeto y humor.Y en este punto la madre recuerda uno de los primeros días que entraron en la conversación los preservativos. "Vino un amigo nuestro a cenar, diez años más joven y, por lo tanto, más abierto a hablar de todo, y explicó el primer día que fue a comprar condones a la farmacia. Los eligió sin látex y le costaron alrededor de 30 euros, y bromeaba con que los tenía que aprovechar bien", recuerda.

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La madre se muestra un poco escéptica con los talleres de sexualidad que antes se hacían en las escuelas, donde se limitaban a explicar cómo se pone un preservativo usando un plátano. "Tenían un enfoque muy mecánico, toda información que reciban es buena, pero es muy importante la parte afectiva", insiste. Su hija lo interrumpe para decir que ahora también se toca la parte de las emociones. Durante el curso les ponen al alcance una enfermera a la cual pueden recurrir en caso de cualquier duda; además, también viene un experto en sexología a hacer un taller y pueden preguntarle todas las dudas. "Normalmente, la clase decide si se hace de forma anónima o con la mano levantada. Nosotros optamos por la primera, pero casi todas las preguntas las hicieron los chicos", recuerda.

El peligro de las redes

A pesar de que es una de las vías más accesibles que tienen los adolescentes, Aina no ha recurrido nunca a internet para buscar información sobre sexualidad. "Con las amigas hablamos de sexo porque algunas ya han tenido relaciones sexuales, pero si tengo alguna duda recurro a la familia", asegura. La madre ve las redes sociales como un peligro en cuestiones de sexo: "¡A veces mientras jugamos aparecen anuncios pornográficos al lado! En las redes se pierde la parte de las emociones y la mujer queda muy mal parada porque el porno que hay lo hacen para hombres y el resultado acaba siendo muy sesgado".

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Su otro gran miedo no es el embarazo, sino las enfermedades de transmisión sexual y dice que aprovecha cualquier oportunidad para hablar. "Ninguna de mis hijas [tiene otra de 13 años] tiene pareja. El día que la tengan insistiré todavía mucho más, pero de momento creo que es un tema que no hay que anticipar constantemente porque, si no, parece que las empuje a hacerlo".

Raquel (49 años) Aina (16): "No me plantearía nunca abortar acompañada de una amiga"

Aina coincide con la otra Aina en que lo más importante de la nueva normativa es poder decidir sobre el propio cuerpo. "Nosotras somos las afectadas en caso de embarazo", dice. Ahora bien, tiene más dudas sobre si están preparadas para tomar una decisión que les marcará la vida. La madre, igual que Trinitat, sin embargo, lo tiene claro: "No lo están: además, con 16 años no saben la responsabilidad que conlleva tener un hijo", alerta, y también coincide con la primera madre en el hecho de que una decisión tan importante tiene que contar con el apoyo de los padres. "Si pasara, creo que recurriría a mí porque tiene suficiente confianza para hacerlo", apunta. La hija hace que sí con la cabeza. "No me plantearía nunca abortar acompañada de una amiga", dice, a pesar de que añade que lo explicaría a sus padres y también al padre del bebé. "Tengo amigas, sin embargo, que no se lo dirían a sus padres por miedo a sufrir una abucheada o castigos".

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De sexo en casa han hablado cuando ha salido el tema. "No es tabú, pero tampoco le damos una gran importancia. Si tienen alguna duda doy por hecho que me lo preguntarán", explica. Este año, por ejemplo, Aina ha ido a su primera revisión ginecológica. "Donde más hemos tratado sobre medidas anticonceptivas ha sido en el instituto", dice la joven. Ha hecho talleres donde se ha hablado de preservativos, el aborto o la regla, por ejemplo, y siempre los han insistido en la importancia del consentimiento. "También hemos hablado con las amigas, pero sin entrar en detalles: a las que quieren compartir que ya han tenido sexo las escucho, pero no soy de preguntar", puntualiza.

Si tiene dudas no recurre a Google, sino que les pregunta directamente. "Tienen sobreinformación en las redes, pero lo más grave es que una gran parte es mentira y las consecuencias que esto puede tener son muy peligrosas", explica la madre.

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Aina tiene un hermano de 19 años. La educación sexual que han recibido la una y el otro, asegura la madre, es la misma, pero la hija discrepa: "Siento que estáis más encima de mí, que me insistís más en que vaya con mucho cuidado". Raquel admite que, en cuanto al sexo, le preocupa más su hija, pero en cuanto a las compañías el mensaje es el mismo para los dos hijos.

Judit (45 años) y Afra (15): "Independientemente de tu edad, no sé si nunca estás preparado para tomar una decisión así"

Judit, madre de dos chicas, de 15 y 18 años, y de un chico de 12, cree que, si su hija adolescente se quedara embarazada, se lo diría. "Porque educamos en la confianza. Cuando les pasa algo, nos lo explican. No solo a mí, también a su padre y a los hermanos".Afra, que en poco más de un mes cumplirá 16 años, lo corrobora: "Es una decisión privada y personal, pero yo se lo diría a mis padres porque tengo confianza. Me daría cosa, pero lo acabaría explicando".

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Ahora bien, en caso de que no lo hiciera, Judit cree que es positivo que con la nueva ley "pueda ir a un centro sanitario y abortar y que haya profesionales sanitarios que la ayuden y la orienten", dice. Está convencida de que a los 16 añosno se tiene suficiente madurez para ser madre. Y sostiene que limitar el derecho al aborto comporta más riesgos para la salud porque se hacen interrupciones del embarazo "en centros donde no corresponde". Además, también destaca que la ley beneficia a las jóvenes que no cuentan con apoyo familiar y que no pueden hablar del tema en casa. Su hija piensa lo mismo: "Creo que a partir de una cierta edad no es tanto pedir el permiso materno o paterno, sino que los padres no te puedan prohibir abortar". ¿Y estás bastante preparada para tomar una decisión así? "Es una decisión difícil y no sé si nunca estás preparado para tomar una decisión así independientemente de tu edad, siempre es dura esta decisión".

Hablar de sexo en casa y en la escuela

Judit reconoce que cuando los hijos eran más pequeños era más fácil hablar de sexo. Siempre han tenido a su alcance libros educativos y han hablado. "Pero, en cambio, de adolescentes la educación sexual no la llevamos tan bien –reconoce–. Creo que tenemos carencias; a mí me cuesta hablar, no sé como plantearlo. Él [el padre] puede hablar más, pero el hecho de ser consciente hace que quiera poner remedio", añade Judit, que asiste a las charlas sobre sexualidad que hacen en la escuela de sus hijos.

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Afra dice que ha tenido "la suerte" de que en su instituto han hecho muchos talleres sobre el tema. "Hemos aprendido mucho todos: de relaciones sexuales, de métodos anticonceptivos, de agresiones sexuales..." ¿Y en casa? "En casa no hablamos mucho, ya hablamos mucho en la escuela, pero, si quisiera, podría hablar perfectamente", dice. "Y con las amigas hablo más porque lo vivimos igual y tenemos las mismas experiencias", reconoce. La educación sexual que han recibido chicos y chicas es la misma, pero constata que quizás unos y otros la reciben "desde puntos de vista diferentes". En su grupo de amigas no percibe presión para tener relaciones sexuales, pero admite que no es lo mismo entre los chicos: "En los chicos está mal visto si no has conseguido muchas tías".

Antes de hablar con el ARA, Judit le ha preguntado a su hijo pequeño de donde obtiene él información sobre sexualidad, y el chico le ha respondido que se informa de lo que los padres le han explicado, en las charlas que hacen en el casal y también en TikTok. "Y aquí –argumenta Judit– es donde tendremos trabajo, porque hay cosas que no son como las explican en las redes".