Estilos

Una granja de pollos de Les Garrigues, convertida en un estudio musical muy solicitado

Joan Balcells, un joven de 22 años e hijo del pueblo de Els Torms, habilita una nave en desuso con palés, alfombras de segunda mano y sombreros de paja

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Joan Balcells en la granja reconvertida en estudio de grabación

Los TormosUna granja de pollos abandonada en Els Torms, un pequeño pueblo de Les Garrigues. Éste es el lugar que escogió Joan Balcells para abrir a finales de septiembre su primer proyecto empresarial: un estudio de grabación.

Ahora, después de cuatro meses en funcionamiento, La Granja Estudio se ha convertido en el lugar preferido de un buen puñado de artistas, tanto de Barcelona como de Madrid, que buscan autenticidad, buen rollo y sonido natural y orgánico para sus discos. Y es que la granja no está herméticamente insonorizada. No necesita. En Els Torms vive poco más de un centenar de personas y el único ruido que puede llegar a estorbar es el paso ocasional de un tractor o el canto de algún verderón huidizo.

Joan Balcells, después de pasar tres años estudiando producción musical en Girona, decidió buscar sitios para su propio estudio. Mientras ahorraba con trabajos esporádicos de monitor y en tiendas de deportes, visitaba locales en Girona que no estaban al alcance de su presupuesto. Cambió el rumbo y decidió buscar por el plan de Lleida. Entre casas viejas y almacenes de amigos y familiares, no había nada que le hiciera el peso.

Fue una granja de pollos de su mismo pueblo la que le enamoró. Era un viejo edificio que llevaba más de dos décadas en desuso. Cuando lo visitó por primera vez, estaba lleno de heces de paloma, pero la luz, las vistas y su gran potencial le eclipsaron. La decisión estaba tomada. “Mis padres se pusieron las manos en la cabeza cuando se lo dije”, recuerda Balcells.

A principios de junio pasado se puso a trabajar para reconvertir la granja con sus propias manos. La limpió a fondo, puso puertas y ventanas, con la ayuda de su padre realizó la instalación eléctrica e instaló paneles acústicos. Utilizó las maderas de los palés de la cooperativa para forrar parte de las paredes, recogió alfombras para cubrir el suelo y en el techo colocó sombreros de paja que hicieran de luces.

“Cuando le iba diseñando, me preguntaba cómo sería el lugar donde quisiera estarme si me confinaran”, argumenta. Un espacio grande y diáfano, con mucha luz natural, de ambiente familiar y acogedor. Así le imaginaba y así acabó haciéndolo. Ninguna de las paredes del nuevo estudio le ha quedado recta, pero lo importante es que ha conseguido el sonido que buscaba.

Su idea era rehuir el concepto de estudios herméticos. “Muchos de ellos, la mayoría en Barcelona, ​​están diseñados por ingenieros acústicos que sólo piensan en la pureza del sonido, pero no en el músico –dice Balcells–. Son espacios clínicos que nada transmiten”. Por eso acabó creando una amplia sala de unos ochenta metros cuadrados en la que sus clientes tienen todos los instrumentos a mano para poder grabar en cualquier momento de inspiración. "Un buen músico, con un buen instrumento y en unas buenas condiciones son la base para que comuniquen con autenticidad", concluye el joven técnico.

"Tocaría en todo momento"

Quien primero grabó en La Granja Estudi fue un primo suyo de los Torms, pero quien realmente le dio el gran empujón fue el guitarrista brasileño Frederico Vannini, apasionado de la fusión del flamenco con el blues y el rock. Vannini vino con otro músico consolidado, el madrileño Jesús Campos, conocido como Chucho Canela, autor de un flamenco mezclado con música electrónica que a su vez ha llevado a los Torms la cantaora Laura Marchal, a la que está produciendo un disco que saldrá a la luz a finales de año.

“El estudio de Joan Balcells me llamó la atención desde el primer momento –dice Jesús Campos–. Conseguimos unos resultados muy naturales y excepcionales, en una época en la que todo suena de plástico”.

Durante el pasado diciembre, el estudio de los Torms trabajó con una intensidad frenética. Además de sus clientes, Balcells ha invitado a algunos músicos emergentes para filmar sesiones en vivo que ayuden a promocionar el estudio. El dueto Alondra, formado por la violonchelista Irene Romo y la cantante Giulietta Vidal, fueron unas de las invitadas a permanecer dos días grabando. "Es un estudio donde te pondrías a tocar en cualquier momento", manifiesta Romo.

Que este estudio se encuentre en medio de la nada, rodeado de campos de olivos y con poquísimos habitantes, ha hecho que sean valores añadidos para la mayoría de los músicos que han ido. Pero, a veces, estar en medio de las Garrigues también puede convertirse en un inconveniente. Els Torms es una de las representaciones más claras del despoblamiento de la Cataluña rural. Sólo dispone de una tienda de comestibles que abre una vez a la semana, además de un alojamiento rural con muy poca capacidad. Ir desde Barcelona obliga a realizar un trayecto en coche de más de dos horas. "Mucha gente dice que el pueblo está muerto, pero yo vivo y tengo 21 años, así que mi trabajo es tratar de cambiarlo", afirma Balcells.

Le gustaría que con el tiempo se convierta en un estudio residencial, porque la granja de pollos tiene aún más posibilidades para explotar. De hecho, es un estudio en constante evolución.

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