¿Es peligroso hacer deporte en la calle en Barcelona?

Cada vez se nos hace menos raro ver grandes avenidas, como la Diagonal de Barcelona, ​​con el carril central para peatones lleno de corredores, patinadores, andadores o ciclistas. Aunque siempre han sido bastante transitados, los caminos de Collserola también están más llenos de personas que practican algún tipo de actividad física. Y, si bien nos fijamos en estos dos lugares concretos, podemos hablar de otras muchas arterias principales o rinconadas cerca de diferentes ciudades de mayor o menor tamaño del territorio.

Que cada vez haya más personas que realizan actividad física al aire libre es una gran noticia. Pero también es cierto que algunas veces esta actividad, que a priori es tan necesaria y saludable, puede verse troncada por una mala calidad del aire y una actividad saludable puede llegar a convertirse, en momentos concretos, en una trampa.

A menudo recibimos noticias, avisos o recomendaciones para reducir o, directamente, evitar las actividades al aire libre debido a la mala calidad del aire, pero ¿qué significa mala calidad del aire, exactamente? Tanto los meteorólogos como los especialistas de la salud establecen principalmente dos parámetros que marcan si la calidad del aire es adecuada o no. Éstos son, por un lado, la concentración de dióxido de nitrógeno (NO₂), causado principalmente por el motor de los vehículos, y, por otro, las partículas en suspensión (PM).

"La contaminación que generamos los humanos es el principal causante del empeoramiento de la calidad del aire. Sin embargo, las condiciones meteorológicas contribuyen a que esta contaminación empeore más o menos la calidad del aire; por ejemplo, los anticiclones generan un estancamiento del aire que hace que la contaminación no pueda circular y, por tanto, empeore su calidad. lluvia o el viento ayudan a reducir la contaminación", explica el meteorólogo del diario ARA, Xavi Segura. "Las partículas en suspensión aumentan cuando llegan masas de polvo en suspensión del norte de África. Estas partículas, junto con la contaminación que emitimos a diario, empeoran mucho la calidad del aire", continúa Segura. Este fenómeno suele ir acompañado de días turbios, con poca visibilidad. Cuando estos indicadores, sea uno de los dos o ambos a la vez, superan las cantidades máximas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud cuando se considera que la calidad del aire no es buena.

Aunque, tal y como nos cuentan los meteorólogos, no hay un patrón determinado que sigan estos episodios de contaminación, “las épocas más propensas a Catalunya suelen ser verano y invierno, ya que son las estaciones , tradicionalmente, de menos lluvia”, especifica Xavi, que concluye con la apreciación de que “de todos modos, estos episodios pueden tener lugar a lo largo de todo el año y, más aún, en el contexto de cambio climático en el que vivimos”.

Tomar precauciones

Exponerse a realizar actividad física en un momento concreto en estas condiciones no debería ser alarmante para personas sanas, pero hay colectivos que son especialmente vulnerables a estos episodios de contaminación y deberían tomar precauciones. "La gente mayor, los bebés, los niños en edad preescolar, las mujeres embarazadas, las personas con enfermedades respiratorias o del aparato circulatorio es necesario que lo eviten rotundamente", especifica Segura. "Aunque no formamos parte de un grupo de población de riesgo, llevar a cabo actividad al aire libre en episodios de contaminación puede ser muy dañino. Corremos el riesgo de sufrir inflamaciones de las vías respiratorias si hacemos exposiciones de corta duración . Pero si nos exponemos más horas, pueden aumentar los síntomas de bronquitis, sobre todo en personas asmáticas", añade.

El Dr. Daniel Brotons, médico deportivo, destaca que “las afectaciones, aparte de impactar directamente en el aparato cardiorrespiratorio, también pueden manifestarse con problemas en la piel y en los ojos”, y dice que hay que alarmar cuando estas “provocan una situación de dificultad respiratoria, con hiperreactividad bronquial, como el asma, o bien reacciones cutáneas que pueden generar mucho picor, o bien sequedad de córnea que puede provocar una queratoconjuntivitis”. Por tanto, vale la pena tomarse en serio los avisos y las recomendaciones y hacer caso de los expertos.

Recomendaciones a seguir durante estos episodios

Afortunadamente, tal y como nos explica Segura, estos episodios no son largos, suelen durar sólo unos días. Por tanto, la primera recomendación sería “aplazar la actividad hasta que los niveles de contaminación y de partículas hayan disminuido, o hacer deporte en espacios interiores menos expuestos a la contaminación, como un gimnasio, en casa o dentro de un pabellón” durante estos períodos. De todas formas, si no tenemos la opción de acceder a un espacio de estas características o queremos practicar igualmente en el exterior, es necesario “enterarse de las horas de menor contaminación y, lógicamente, alejarse, tanto como sea ​​posible, de las áreas más contaminadas y, sobre todo, hidratarse más de lo normal”, aconseja el dr. Brotones.

Hay que tener en cuenta que la práctica en entornos secos, es decir de baja humedad, como suele ocurrir en épocas de anticiclón, puede aumentar significativamente los síntomas. El estudio Práctica deportiva y calidad del aire realizado por el RACC y Zurich, que analiza los lugares más transitados por los corredores de las principales ciudades del Estado, concluyó, entre otras cosas, que "en Barcelona, ​​según la hora y el lugar escogidos para practicar running se puede reducir entre 6 y 10 veces la exposición a la contaminación" y que "en grandes ciudades existen diferencias significativas entre las calles con y sin tráfico". El estudio asegura que en las calles con un tráfico muy elevado, como la Diagonal o el Paralelo, es más recomendable correr al mediodía porque hay menos vehículos en circulación.

de ejercicio más nocivo son las actividades de resistencia: “por su mayor exposición; partículas y, con la respiración acelerada, inspiraremos una cantidad mucho mayor, ya que se calcula que durante la práctica se puede llegar a multiplicar por cuarenta el tráfico de aire que generamos.