Toda el Área Metropolitana de Barcelona supera la contaminación del aire que aconseja a la UE
Un informe detecta que el 100% de los vecinos están sometidos a niveles de PM2.5 superiores a los que pide Europa
BarcelonaEl 100% de los ciudadanos del área metropolitana de Barcelona están sometidos a niveles de contaminación del aire superiores a los que recomienda la Unión Europea. Pese a los esfuerzos realizados en los últimos años, todos los vecinos de la capital catalana y de los municipios cercanos respiran un aire que no cumple con el objetivo europeo de calidad fijado para 2030. Así lo establece un estudio elaborado por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que muestra cómo, aunque la calidad del aire sí cumple con los límites legales actuales, sigue lejos de los valores más estrictos recomendados por Europa.
Con veinte años de retraso, el pasado mes de abril los estados miembros de la UE y el Parlamento Europeo llegaron a un acuerdo para endurecer los límites a la contaminación del aire rebajando los niveles máximos permitidos de partículas perjudiciales para la salud, los ecosistemas y la biodiversidad. Aquel pacto preveía cambios en la directiva para imponer unos topes más estrictos en el dióxido de nitrógeno (NO2) y en las partículas PM10 –ambos pasaban de los 40 µg/m³ a los 20 µg/m³–, y también en las partículas finas PM2,5. En ese caso el umbral pasaba de los 25 µg/m³ a los 10 µg/m³.
Ahora, el informe del AMB evidencia que a finales de 2022 la inmensa mayoría de la población del área metropolitana respiraba aire de peor calidad que el demandado por la UE. En concreto, el estudio constata que el 100% de la población metropolitana estaba entonces expuesta a niveles más altos de partículas finas PM2,5. De éstos, un 93,7% también supera los umbrales de PM10 y un 88,6% los de NO2.
En el caso de las partículas finas PM2,5, todo el aire del Área Metropolitana se sitúa por encima de los 10 µg/m³. Incluso un pulmón verde como Collserola. En la mayoría de las zonas, el rango se mueve por encima de los 15 µg/m³. En cuanto a los umbrales de PM10, sólo una pequeña parte de Collserola y los municipios más al suroeste del Área Metropolitana –como Cervelló, Torrelles o Sant Climent– está cumpliendo ya con los estándares europeos para 2030, mientras que el resto se mueven entre los 25 y los 35 µg/m³. Lo mismo ocurre con el dióxido de nitrógeno, aunque en este caso se escapa una mayor parte del entorno de Collserola y de los municipios del suroeste metropolitano.
Sin embargo, se ha trabajado y el Área Metropolitana sí ha conseguido situarse por debajo del límite legal actual. Según datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, en 2023 sólo un 2% de la población del Área Metropolitana superaba los límites anuales de los 40 µg/m³ de NO2. Unos años antes era el 95%.
En conversación con el ARA, el consejero delegado del Área de Acción Climática del AMB, Guille López, subraya que una vez realizada la diagnosis, ahora las instituciones tienen seis años para "impulsar las medidas necesarias para cumplir con las exigencias de la UE". Un trabajo que, apunta, implica hacer evolucionar la zona de bajas emisiones (ZBE) a través de un nuevo Plan Metropolitano de Movilidad Urbana que apueste por reducir las emisiones, alejando las fuentes de emisiones de donde hay mayor densidad de población y favoreciendo la movilidad activa y el transporte público.
El profesor de investigación del Instituto de Diagnóstico Ambiental del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Xavier Querol celebra en declaraciones al ARA que la UE haya endurecido los topes. Sin embargo, subraya que para el Área Metropolitana ahora será "mucho más difícil reducir los valores que antes". Sostiene que entonces había tanta contaminación que era más fácil encontrar formas para reducirla. "Ahora se necesitan estrategias más complejas", avisa. Querol recuerda también que en 2021 la OMS cambió las guías de protección a la salud y determinó que los grados de contaminación aún deben ser más restrictivos de lo que fija la directiva europea para 2030.
En el ' espera de las medidas concretas, López subraya que este primer informe permite ya observar que el problema es general de la zona. "Si hasta ahora teníamos la percepción de que la contaminación era un problema localizado en Barcelona, el nuevo diagnóstico es que es un problema que se extiende por todo el área metropolitana", argumenta. Los próximos pasos que dará el AMB son un diagnóstico detallado de dónde están las fuentes emisoras de esta contaminación –sea una autopista, una carretera o una industria– y otro informe con el impacto de la mala calidad del aire en la salud. A este respecto, un informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona constataba en 2023 que, sólo en la capital catalana, el cumplimiento de la directiva europea para 2030 podría evitar 400 muertes anuales.