Cómo nos conocimos

"Con Quique hicimos terapia de pareja antes de ser pareja"

Carla Vall, abogada

2 min
La abogada Carla Vall junto a su compañero, Quique.

Ésta es la historia de cómo la abogada Carla Vall pasó de decir que “el amor es un tumor” (con humor) a presentarse al mundo como una mujer orgullosamente enamorada. Es una historia con varios giros, obstáculos y una amistad complicada entre un hombre y una mujer que se atraen. Que se atraen mucho. “Del nivel salir de un almuerzo y tener que apoyarme en la pared de la librería Altaïr para coger aire”, explica Vall.

Los dos amigos se robaron algunos besos a lo largo de los años, el primero en Lisboa, donde tuvieron una historia breve que no terminó de funcionar. Decidieron que no era el momento para ellos y la relación continuó como una amistad: siempre que ocurría algo importante, uno u otro estaba allí para ofrecer consuelo o compartir la alegría. Pero decía Oscar Wilde que una amistad demasiado tintada por el amor siempre tiene algo de trágica, y en algunos momentos la suya lo fue. “La tensión era insoportable. Una vez, después de terminar una comida más besándonos, le pedí que dejara a su pareja. Él me dijo que no y yo me fui de cabeza a terapia”, explica Vall.

Quería trabajar el síndrome de la impostora y, también, quitarse de la cabeza a Quique. “La psicóloga me dijo que si quería superarlo debía desidealizarlo y tener contacto cero”. Así lo hizo y, durante dos años, ambos amigos no se hablaron, ni siquiera para felicitarse los cumpleaños. “Hacía unos años habíamos dicho que el verano de 2020 nos encontraríamos el 1 de agosto a las 5 de la tarde en la Fontana di Trevi. Nadie fue, nadie dijo nada. Ya no había relación”, relata la abogada. Hasta que en el 2021 coincidieron en un desayuno con otro amigo y la abogada puso a prueba todo lo aprendido en terapia.

“No sirvió de nada, ante Quique me volví a sentir exactamente igual que siempre”, confiesa Vall entre risas. Entonces empezó otra época con idas y venidas, pero esta vez eran distintas. "Nos estábamos compasando", explica. Para ellos fue clave encontrarse con una psicóloga que les guiaba las conversaciones. “Hicimos terapia de pareja antes de ser pareja. Pudimos hablar de todo lo que habíamos oído aquellos años, pudimos mostrarnos vulnerables de verdad”, relata, y añade: “Nos deshicimos de los obstáculos que habíamos estado poniéndonos nosotros mismos, nos deshicimos de algunos mitos románticos, como que si en un momento no puede ser, ya no será nunca más”.

Desde entonces, la abogada reconoce que vive en una nube. “Nadie me hace reír tanto en el planeta. Quique es una persona muy inteligente, noble y generoso”. El amor, dice Carla Vall, ya no es un tumor. Es buen humor.

stats