Otra tradición que se está imponiendo con fuerza es la de las fiestas 'gender reveal'. Es probable que haciendo 'scroll' por Instagram haya visto parejas anunciando el sexo del bebé que esperan cortando un pastel que descubre un relleno de color rosa, soltando globos de color azul, charlando un cañón de confeti rosa o quemando bengalas de humo azul . Es lo que se conoce como fiestas de 'gender reveal' que inventó en el 2008 la bloguera Jenna Karvunidis para anunciar el sexo de su bebé y que enseguida se popularizó en Estados Unidos. Gracias al alcance de las redes sociales, hoy en día son muchos los padres de todo el mundo que reúnen a amigos y familiares para descubrir juntos el sexo del bebé que esperan, utilizando los estereotipos más básicos –el color rosa para niña y el azul para niño– y compartiéndolo en las redes.
Thanksgiving, Black Friday, Halloween... ¿por qué importamos tradiciones?
Las fiestas populares de los países anglosajones han hecho mella en nuestro país y añaden días señalados a nuestro calendario festivo
BarcelonaEste jueves es Thanksgiving, el Día de Acción de Gracias, que en Estados Unidos y en otros países anglosajones es tan importante como Navidad y que en nuestro país, de forma discreta, también está empezando a llegar, al igual que otras fiestas importadas como Halloween. ¿Pero por qué importamos estas tradiciones si ya tenemos las nuestras?, se pregunta mucha gente. De la misma forma que las sociedades han evolucionado a lo largo de los siglos, también evolucionan las tradiciones. La globalización ha influido en gran medida en este cambio porque "las sociedades se mezclan y se influyen culturalmente unas a otras, por lo que comienzan a adoptar maneras de hacer y festividades de otras", según explica el folclorista, escritor y educador social Amadeu Carbó. Por tanto, no es extraño que tradiciones de otras culturas hayan llegado a nuestro país y hayan ganado relevancia con los años, hasta el punto de llegar a solaparse con las tradiciones locales. Carbó explica cómo una festividad pasa por encima de otra haciendo un símil con una colmena de abejas: "Imagínate el calendario festivo como una colmena de abejas, donde en cada celda hay una fiesta. Si vacías una celda, alguien entrará a habitarla, en este caso un elemento cultural".
Thanksgiving y Black Friday adaptados
Silvia vivió seis años en Boston y certifica que el Día de Acción de Gracias, que en Estados Unidos celebra el último jueves de noviembre, es una de las fiestas más importantes del país: "Es la única festividad que celebra todo el mundo, no importa la religión, y donde lo más importante es estar con la gente que amas". Y es que compartir una gran comida en compañía de amigos y familiares es lo que hace tan entrañable ese día. Desde que regresó a Cataluña, Silvia ha mantenido la tradición de hacer una comida de Acción de Gracias con amigos "para celebrar y recordar todo lo que nos une y explicarnos lo que nos ha pasado durante el año; es un día bonito y una excusa perfecta para reencontrarnos". En la mesa, el gran protagonista es el pavo. "En Barcelona me cuesta encontrar un pavo como los de Estados Unidos y siempre lo encargo al mercado con dos o tres semanas de antelación para no quedarme sin él", comenta. De hecho, las tiendas de aves de corral de algunos mercados barceloneses aseguran haber notado un aumento de la demanda de pavo durante todo el mes de noviembre.
Y hace ya varios años que es usual encontrar menús especiales de Acción de Gracias en varios restaurantes de la capital catalana. Uno de los habituales es el Flaherty's Irish Pub, que lleva casi 25 años ofreciendo, previa reserva, un menú de pavo –o quorn roast como alternativa vegetariana–, platos como el puré de patatas en salsa gravy o las judías verdes y pastel de nuez pacana de postre. Señalan que mayoría de los clientes de ese día son de países anglosajones: "La gente de aquí se va interesando poco a poco por esta tradición, sea por amigos extranjeros o por abrazar una nueva cultura y vivir una nueva experiencia".
El Cocovail es otro ejemplo: este será el séptimo año que celebren el Día de Acción de Gracias con un menú especial con pavo relleno, pan de maíz, judías verdes, puré de patatas y pastel de calabaza. Gran parte de su clientela es anglosajona, "mayoritariamente estadounidense, mucha gente extranjera residente en Barcelona" y el porcentaje de catalanes es bastante bajo.
Al día siguiente de Acción de Gracias comienza la temporada de consumo navideño, que inaugura el Black Friday, un día donde en Estados Unidos es común ver colas y aglomeraciones en las grandes superficies comerciales para conseguir descuentos y que aquí ya se ha instalado con fuerza. El Black Friday hace tiempo que se ha establecido en nuestro país y ha hecho que, también en Cataluña, la temporada de compras navideñas se avance en noviembre. "Intento comprar los regalos de Navidad aprovechando las ofertas del Black Friday. Si tengo que comprarlo igualmente, ¿qué mejor que hacerlo ahorrándome algo de dinero?", dice Vanessa, estudiante de magisterio. Según Carbó, es lógico que el Black Friday haya triunfado en todas partes como previa del consumismo de Navidad: "Es incentivar el consumo de las grandes superficies. Si el Black Friday no existiera, lo inventarían de otra forma".
I unas semanas después llega Navidad. Las costumbres navideñas anglosajonas han encontrado también en la industria cinematográfica un altavoz enorme para darse a conocer: "La estética de las fiestas de la Navidad actual, incluso en las casas de los catalanes, es anglosajona. Tenemos el árbol presidiendo el almuerzo de Navidad cuando lo lógico es que lo presidiera el pesebre", afirma Carbó. Otro ejemplo notable es la figura de Papá Noel, que se ha convertido en un imprescindible de Navidad y en algunos casos ha desplazado a figuras como los Reyes Magos. "Lo que veo en la escuela es que a casi todos los niños les trae regalos Papá Noel, y los niños a los que, como mis hijas, les traen regalos el Tió y los Reyes Magos, se sienten diferentes y algunos no entienden por qué", manifiesta Eli, de Barcelona. Fruto de la globalización, también hemos adoptado tradiciones como comer el panettone italiano, que lleva varios años compartiendo mesa con barquillos y turrones. "Hace sólo unos años que lo compramos. De pequeña no comíamos, pero se ha convertido en una tradición y lo sacamos el día de San Esteban con los turrones", explica Vanessa. "El capitalismo tiene estrategias para realizar cambios rápidos en la sociedad en favor de generar dinero", añade Carbó.
Más fiestas
Pero lo que ocurre con el Día de Acción de Gracias y el Black Friday se está viviendo con otra fiesta muy popular en EEUU y otros países anglosajones: Halloween. Ahora ya no resulta anecdótico ver tiendas adornadas con telarañas, esqueletos y jack-o'-lanterns; aunque escuelas, institutos y centros cívicos organicen fiestas de Halloween y túneles del terror; que en los supermercados convivan boniatos y panellets con dulces por hacer trick or treat, ni tampoco ver a niños disfrazados de personajes de miedo pidiendo golosinas la noche del 31 de octubre.
Este ha sido el primer año que la hija de Eli le ha pedido disfrazarse y salir a la calle en busca de golosinas: "Para los niños, Halloween es una fiesta divertida. Mi hija estaba muy ilusionada de poder disfrazarse e ir con sus amigas a pedir dulces". Para muchos, la llegada del Halloween ha dejado arrinconadas celebraciones autóctonas como la castañada en los Països Catalans, magosto en Galicia o el gaztainerre en el País Vasco. "Es importante que niños y niñas conozcan y vivan las tradiciones de su casa, que al final transmiten una cultura compartida, pero no creo que haya nada malo en mezclar y celebrar también otras fiestas y, si es necesario, hacer un Castaween – celebrar la castañada y Halloween en una misma fiesta–, al final todo nos enriquece", comenta Eli.
Carbó sostiene que las tradiciones cambian y evolucionan constantemente y que sólo desaparecen cuando dejan de tener sentido: "Lo lógico es que, de forma natural, las expresiones de una misma fiesta, como la castañada y Halloween, se acaben fusionando", y apunta que el Castaween es una buena señal: "Quiere decir que hay un interés en seguirlas celebrando ambas; si no, se optaría sólo por una". Para él, el problema es haber dejado de celebrar Todos los Santos, que es la fiesta de la que provienen la castañada y Halloween: "Todas las culturas tienen una fecha, sea religiosa o no, reservada a honrar a los que nos han precedido, pero como somos una sociedad capitalista, hedonista y superficial, damos la espalda a los hechos trascendentes de la vida y dejamos de celebrar con profundidad las cosas, en este caso la muerte", y advierte que cuando la vacías de contenido, la fiesta corre el peligro de morir.