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Audrey Hepburn y el episodio más desconocido de su vida: hambre, guerra y una madre simpatizante nazi

La novela gráfica 'La guerra de Audrey' recuerda el impacto de la Segunda Guerra Mundial en la vida de la protagonista de 'Desayuno con diamantes'

Audrey Hepburn retratada por Antony Beauchamp, 1955
11/04/2025
3 min
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BarcelonaActriz admirada e icono de estilo, a Audrey Hepburn siempre se le ha visto rodeada de glamour. Su infancia, uno de los episodios más desconocidos de su biografía, está bastante lejos de esa imagen. La guerra, el hambre y una madre tiránica y simpatizante nazi son tres de los elementos que marcaron su juventud, tal y como explica la novela gráfica La guerra de Audrey (Planeta Cómic), escrita por Salva Rubio e ilustrada por Loreto Aroca. El relato arranca cuando la actriz recibe la oferta de interpretar a Anna Frank en la ficción, una propuesta que conecta Hepburn con sus propias experiencias durante la Segunda Guerra Mundial en los Países Bajos. Aunque el padre de Anna Frank, Otto Frank, suplicó a la actriz que aceptara el proyecto, ella se negó: no quería revivir los horrores de su infancia.

Es difícil asignar una nacionalidad a Audrey Hepburn. La actriz nació en Bruselas hija de la aristócrata neerlandesa Ella van Heemstra y del británico Victor Anthony Ruston, ambos admiradores del fascismo británico. La pareja se separaron en 1935 y decidieron que su hija se educara en un internado cerca de Canterbury. Pero cuatro años después, la estabilidad de Hepburn se rompió: cuando en septiembre de 1939 Inglaterra declara la guerra a Alemania, la madre decide llevársela a los Países Bajos, confiando en que el carácter neutral que el país había tenido en el pasado evitaría ataques alemanes. Audrey Hepburn llegó sin hablar holandés y con un nombre que evidenciaba que no era del país. Su madre solucionó el problema haciendo que todo el mundo le llamara Edda van Heemstra.

Ella van Heemstra era fría, emocionalmente distante e, inicialmente, simpatizante de Hitler (una de sus amigas más cercanas era Unity Mitford, que formaba parte del círculo íntimo del líder nazi). Estaba convencida de que los alemanes nunca invadirían los Países Bajos, pero el tiempo la contradijo: el 10 de mayo de 1940 el ejército alemán entraba en Holanda. Durante los años en que los nazis ocuparon el país, Hepburn sufrió la muerte de personas muy cercanas. En 1942, tras un ataque de la Resistencia, su tío Otto fue capturado y ejecutado, convirtiéndose en una de las primeras cinco víctimas neerlandesas que sufrían esta represalia. Cuando tenía 19 años, el hermanastro mayor de Audrey, Ian, fue separado a la fuerza de la familia y obligado a trabajar en una fábrica de munición del Reich.

Audrey Hepburn retratada en 1990 en una visita a Vietnam como embajadora de Unicef.

Durante los años que duró la ocupación, Audrey soñaba con ser bailarina, una disciplina en la que se empezó a formar cuando llegó a Países Bajos. Sin embargo, a medida que empeoraban las condiciones de vida y el acceso a los alimentos, la actividad física era más difícil de realizar. Como muchos niños neerlandeses, la futura estrella de Hollywood se vio afectada por el "invierno del hambre", que duró hasta mayo de 1945 y provocó 20.000 muertes. Hepburn, que llegó a pasar tres días sin comer nada, estuvo enferma durante esos años y las secuelas le acompañaron toda su vida. Anemia, ictericia, edemas e infecciones respiratorias fueron sólo algunos de los problemas médicos que sufrió.

Cuando ya era famosa, Hepburn evitaba hablar públicamente de la guerra, aunque su hijo, Luca Dotti, asegura que la marcó profundamente. "Cuando mi madre quería enseñarme una lección de vida nunca utilizaba historias de su carrera. Siempre hablaba de la guerra. La guerra fue muy importante para ella. La convirtió en quien era", explica Dotti, quien ha escrito varios libros sobre su madre.

En el libro Audrey Hepburn: fair lady of the screen, Ian Woodward recoge una de las pocas veces que la protagonista de Charada habló del impacto del conflicto. "La guerra me dejó un conocimiento profundo del sufrimiento humano que espero que otros jóvenes no tengan que conocer. Las cosas que vi durante la ocupación me hicieron ser muy realista sobre la vida, y lo he estado desde entonces. No descarta ninguna de las cosas terribles que sienta o lea de los nazis. Fue mucho peor de lo que podéis imaginar. más importante, mucho más que la riqueza, los lujos, la comida, la carrera o cualquier otra cosa que puedas mencionar", explicó Hepburn, que durante años hizo trabajo humanitario con Unicef.

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