Internacional

Israel y Hamás acuerdan cuatro días de "pausa humanitaria": todas las claves del acuerdo

Con mediación de Qatar, la tregua prevé el intercambio de 50 rehenes por 150 prisioneros y la entrada de ayuda humanitaria

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Civiles palestinos heridos caminan en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 6 de noviembre de 2023.

Barcelona / LondresA las tres de la madrugada del miércoles, el gobierno que dirige Benjamin Netanyahu ha aprobado el acuerdo para una tregua de cuatro días con Hamás, que debe posibilitar un intercambio de prisioneros con el grupo yihadista. El pacto llega después de 14.000 muertos en Gaza en seis semanas y media de bombardeos israelíes y será efectivo a partir de este jueves a las 10 horas, según confirmaron ambas partes. Qatar y Egipto han mediado en la negociación.

Las 5 claves del acuerdo

1– ¿Cuándo empezará y cuánto durará el alto el fuego? La tregua pactada es, de momento, de cuatro días y empezará mañana jueves a las 10 de la mañana. El acuerdo prevé la posibilidad de alargar el paro hasta 10 días.

2– ¿Qué implica? El ejército israelí se compromete a detener los bombardeos, a no introducir más vehículos militares en la Franja ya no sobrevolar con drones y aviones la Franja durante seis horas diarias para permitir a Hamás localizar rehenes que están en poder de otros grupos armados palestinos. Hamás, a su vez, suspenderá el lanzamiento de cohetes hacia Israel.

3– ¿Cómo se hará el intercambio de rehenes por prisioneros? Israel ha prometido excarcelar una primera tanda de 150 prisioneros palestinos que no hayan sido condenados por delitos de sangre cuando Hamás haya liberado a 50 rehenes israelíes retenidos en la Franja –a excepción de soldados y hombres en general–. Por cada diez rehenes que libere de más, habrá un día más de "pausa humanitaria" e Israel podría llegar a liberar hasta a 300 presos palestinos.

4– ¿La tregua permitirá la entrada de ayuda? Sí, el acuerdo contempla la entrada en la Franja, incluida la parte norte, de entre 100 y 300 camiones con alimentos y ayuda médica, además de combustible. Cruz Roja podrá entrar a visitar y atender a los rehenes en la Franja.

5– ¿Qué pasará después del paro temporal? Contando que ambas partes respeten los términos del acuerdo, la previsión es que después continúe la guerra. El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, ya ha avisado de que no se detendrá hasta que se hayan "destruido completamente" las capacidades militares de Hamás, que por su parte ha afianzado la voluntad de "resistir".

La tregua es una "pausa humanitaria" que debe permitir la liberación de 50 rehenes, secuestrados desde el ataque del 7 de octubre de Hamás, que según las autoridades israelíes serán menores y mujeres. Esa pausa podría alargarse: por cada diez rehenes que Hamás libere de más habrá un día más de pausa. A cambio, serán liberados de entrada 150 prisioneros palestinos, también mujeres y menores –Israel ha publicado ya una lista con 300 nombres de prisioneros candidatos a ser liberados–. El acuerdo incluye la entrada de ayuda humanitaria a Gaza, que la UE se ha comprometido a que sea masiva. Según Hamás, las fuerzas israelíes no entrarán con vehículos militares en Gaza –aunque ya están ahí– ni detendrán a nadie.

Dalal Iriqat, profesora de resolución de conflictos, diplomacia y estrategia de la Universidad Árabe Americana de Palestina, considera la tregua un paso positivo: "Es muy buena noticia: las mujeres, los menores y todos los civiles merecen ser libres", dice en el ARA. Asimismo apunta que los mediadores –Qatar y Egipto– deben pedir garantías a Israel: "Aún hay palestinos que deberían haber sido liberados con los acuerdos de Oslo de 1993 y continúan en prisión: no se puede confiar en que Israel cumpla sus compromisos".

Netanyahu, muy presionado por los familiares de los rehenes –239 según la cifra oficial– que Hamás capturó en el ataque del 7 de octubre, ha instado a sus ministros a dar el visto bueno al acuerdo, después de que este martes por la tarde lo aprobaran el gabinete de guerra, el consejo de seguridad y las dos agencias de inteligencia: el Shin Bet y el Mossad . Netanyahu ha destacado que se enfrentaban a una decisión difícil pero que era "la correcta". Tres ministros de extrema derecha se han opuesto. La oficina del primer ministro ha informado que "el gobierno de Israel, las Fuerzas de Defensa de Israel y los servicios de seguridad continuarán la guerra para devolver a casa a todos los rehenes, completar la eliminación de Hamás y asegurarse de que no habrá ninguna nueva amenaza para el Estado de Israel desde Gaza". Antes de hacer oficial el pacto, el primer ministro ya había asegurado, mientras intentaba convencer a sus ministros, de que la guerra no ha terminado: "Me gustaría dejarlo claro: estamos en guerra y continuaremos la guerra". Hasta este martes, de acuerdo con los datos de los palestinos, el conflicto ya ha causado al menos 14.128 muertos, de los que 5.840 son niños –por 1.200 víctimas israelíes, aparte de unos 50 soldados.

En declaraciones al ARA, Caroline Glick, excapitana del ejército israelí y exasesora de Netanyahu, asegura que el acuerdo supone un "gran retroceso militar, porque interrumpe la operación en Gaza en un momento clave y expone los nuestros soldados a mayor riesgo". Y desde el punto de vista político considera que "ahora tenemos que pagar un precio enorme para liberar a los rehenes, lo que es un desastre estratégico y supone animar a otros a secuestrar a israelíes". También enfatiza que "el futuro político de Netanyahu y de cualquier primer ministro israelí depende de ganar esta guerra de forma convincente".

En las últimas 24 horas los bombardeos israelíes sobre la Franja han causado al menos 200 muertos, según el gobierno gazatino, y las imágenes que llegaban esta mañana confirmaban que los ataques no se han detenido pese al anuncio del acuerdo. En las últimas horas, además, tres bebés prematuros murieron en el Hospital Kamal Adwan, en el norte de Gaza, por falta de electricidad debido a la escasez de combustible para hacer funcionar a los generadores, según informó hoy un alto cargo del centro sanitario.

Apoyo internacional

Quizás por eso, pese a la generalizada satisfacción de gobiernos de todo el mundo y de organismos internacionales en relación con la tregua temporal, el secretario general de la ONU, António Guterres, ha avisado de que "hay que hacer mucho más" . El presidente de EEUU, Joe Biden, celebró el acuerdo y limitó la llamada a decir que es importante que "se aplique completamente", mientras que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió que la UE aprovechará la pausa para enviar una "ola humanitaria" a Gaza. Lo ha dicho, con todo, antes de que este jueves el presidente español, Pedro Sánchez, que también tiene la presidencia de turno de la Unión, viaje a Israel y Palestina.

La pregunta que se plantea de inmediato es cómo se gestionará al día siguiente de la tregua, si es que nada hace que descarrile. Netanyahu ha dejado claro que continuará con el objetivo de acabar con Hamás, pero lo que no se sabe es lo que esto significa. Algunas fuentes, como el ex general Ephraim Lapid, aseguraban ayer a este diario que "no es posible acabar con Hamás como movimiento ni como ideología", pero otras, como Glick, la ex asesora de Netanyahu, mantienen que "no se puede renunciar a ese objetivo para garantizar la seguridad de Israel". Para los palestinos, en cambio, no se trata de una guerra entre Hamás e Israel, sino que lo que está en juego es otro episodio de desplazamiento forzado masivo, como el que vivieron en 1948 con Nakba (desastre, en árabe) ), con la expulsión de 700.000 palestinos de sus casas y tierras por constituir el Estado de Israel. Sólo eso, explica Iriqat, la profesora de la Universidad Árabe Americana, explica que entre las víctimas de la guerra en Gaza hay más de seis mil criaturas y los más de dos mil detenidos por el ejército israelí desde el 7 de octubre en Cisjordania, donde Hamás no controla territorios ni instituciones.

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