La amenaza rusa inquieta a los países bálticos y nórdicos

El despliegue de tropas y misiles rusos en Bielorrusia multiplica el riesgo

Barcelona“Si nosotros ya no estamos, entonces Lituania, Letonia y Estonia serán los siguientes”. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, alertaba así la semana pasada del peligro que corren las naciones de la antigua Unión Soviética ante la amenaza rusa, especialmente si Ucrania no consigue resistir la embestida. “Desfilarán hasta el Muro de Berlín”, añadía. Y citaba, los primeros, a los países bálticos. Estonia, Letonia y Lituania están doblemente protegidos por los escudos de la OTAN y la Unión Europea, un “muro democrático contra la marea de autocracia” de Rusia, cómo los describió este lunes el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, que está visitando el este de Europa. 

Pero esto ya no parece bastante para apaciguar la intranquilidad que ha despertado la invasión de Rusia en Ucrania. El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, avisaba a Blinken que Putin “no se parará en Ucrania” y remarcaba la obligación de ayudar a los ucranianos “con todos los medios posibles para evitar la Tercera Guerra Mundial”. 

Cargando
No hay anuncios

Annexionadas por Moscú después de la Segunda Guerra Mundial, las tres repúblicas bálticas son las únicas ex repúblicas soviéticas que se han adherido a la UE y la OTAN después de la caída de la URSS. Los líderes de estos estados se sienten especialmente expuestos y no se cansan de pedir más protección. Los tres tienen frontera con Rusia y, además, Letonia y Lituania también con Bielorrusia, el aliado principal del Kremlin. Aparte de la gira de Blinken, este martes otros líderes de países atlantistas han querido escenificar el apoyo a las naciones bálticas: en Riga, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se ha reunido con el presidente y el primer ministro de Letonia, Egils Levits y Krisjanis Karins; el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente español, Pedro Sánchez, que ha asegurado que enviará 150 soldados más a la base de Adazi, donde ya hay 350.

Stoltenberg ha insistido que la Alianza protegerá y defenderá "cada centímetro" de los territorios aliados. "Tenemos la responsabilidad de que el conflicto no escale y no se propague más allá de Ucrania", ha añadido. Este es el principal miedo, que Rusia intente expandirse hacia lo que a menudo se conoce como “el patio trasero” de Putin, las antiguas repúblicas soviéticas.

Cargando
No hay anuncios

¿Riesgo inminente?

¿Pero cuán real es este riesgo? El analista del Centro Internacional de Defensa y Seguridad de Estonia Martin Hurt, experto en la región báltica y nórdica, considera que el peligro “no es inminente” porque ahora Rusia está focalizada en Ucrania. “Pero en algún momento Rusia volverá a estar preparada. No estoy preocupado por lo que pueda pasar esta semana o la que viene, pero sí por lo que pueda pasar de aquí a un año o dos”, afirma. Según Hurt, el principal riesgo es que las fuerzas de la OTAN no están lo bastante preparadas para actuar rápidamente en caso de que se produjera un ataque en los países bálticos, donde tienen muy poca presencia militar permanente. Y alerta de que los anuncios recientes de refuerzo del gasto militar en países como Alemania tendrán un resultado práctico de aquí a varios años.

Cargando
No hay anuncios

Uno de los puntos más vulnerables en esta zona (y, en general, para la OTAN) es el corredor de Suwalki, un punto fronterizo entre Lituania y Polonia de solo 65 kilómetros rodeado de territorio ruso –el enclave de Kaliningrado– y bielorruso. “Si fuera capturado, sería imposible mover fuerzas de Polonia a Lituania”, explica el analista. Además, en las últimas semanas, el peligro se ha multiplicado por la presencia de miles de tropas rusas en Bielorrusia y la posibilidad de desplegar proyectiles nucleares en este país vecino. “Hasta finales del 2020, la amenaza militar contra los estados bálticos desde Bielorrusia era muy baja: no había fuerzas rusas y las bielorrusas eran muy escasas. Ahora Rusia tiene acceso al territorio bielorruso y ya antes de que empezara la guerra tenía allí 30.000 soldados. Esto constituye una nueva amenaza”, señala Hurt. Avisa, sin embargo, que Rusia tiene capacidad para apuntar a todo Europa con el arsenal de misiles que ha desarrollado, "incluidos España y Portugal". "Pero, obviamente, sería más fácil ocupar pequeñas partes de los estados bálticos", admite.

Uno de los miedos en los estados bálticos es que Moscú pretenda instrumentalizar la minoría rusa para desestabilizarlos y dividir a la sociedad y, eventualmente, utilizarlo como pretexto para una invasión. Estonia y Letonia tienen aproximadamente un 25% de población de origen ruso (en Lituania se acerca al 5%). La ciudad estoniana de Narva se suele describir como la ciudad más rusa de la UE, más cerca de San Petersburgo que de Tallinn, y la grandísima mayoría de sus habitantes tiene el ruso como lengua materna. En los últimos días han empezado a aparecer amenazas del Kremlin contra los gobiernos bálticos, a quienes ha advertido de "consecuencias" por haber desatado una "psicosis antirrusa". A su vez, la policía de Estonia ha alertado de que se están difundiendo "informaciones falsas" en las redes sociales sobre presuntas agresiones u hostilidades contra la población de origen ruso, que, en general, está muy integrada.

Cargando
No hay anuncios

Amenaza sobre Finlandia y Suecia

La amenaza rusa, sin embargo, no se limita al espacio exsoviético, sino que sobrevuela también Suecia y Finlandia. Moscú ha insistido que sufrirán "represalias militares y políticas" si deciden avanzar hacia una adhesión a la OTAN. Hasta ahora, la cuestión no ocupaba un espacio destacado en la agenda política de ninguno de estos dos países, pero en los últimos días, por primera vez en la historia, los medios han publicado encuestas que muestran una mayoría de la población favorable a unirse a la Alianza.

Cargando
No hay anuncios

Hurt, de hecho, considera que Finlandia y Suecia están todavía más amenazadas que los estados bálticos porque no tienen la protección de la OTAN. La semana pasada, cuatro aviones de caza rusos violaron el espacio aéreo sueco, sobre la isla de Gotland, justamente el día en el que los ejércitos de los dos países nórdicos hacían maniobras militares conjuntas en esta isla del Báltico, el punto más vulnerable de Suecia por la proximidad al enclave ruso de Kaliningrado. "Este tipo de cosas no pasan en los países bálticos", dice el analista, que cree que lo que pretende Rusia, de momento, es mandar un mensaje claro: "Podemos atacaros si queremos, y no podéis hacer nada".