Rusia amenaza a Finlandia y Suecia con "repercusiones militares" si entran en la OTAN
Los dos países nórdicos insisten en su soberanía, pero no se plantean una adhesión a corto plazo
Barcelona"Finlandia no afronta ahora mismo una amenaza inmediata, pero está claro que el debate sobre la pertenencia a la OTAN cambiará". Así se expresaba la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, este jueves después de que Rusia iniciara la ofensiva contra Ucrania. Finlandia, que comparte más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia, no forma parte de la Alianza Atlántica, igual que Suecia. En los dos países nórdicos, el debate sobre la pertenencia a la OTAN se ha reavivado los últimos meses por el aumento de las tensiones en Ucrania y este viernes los líderes de Finlandia y Suecia han sido invitados a la reunión que la OTAN ha celebrado en Bruselas.
Y Rusia ha redoblado la presión. "Claramente, la adhesión de Finlandia y Suecia a la OTAN, que es antes que nada una alianza militar, tendría serias repercusiones militares y políticas que exigirían una respuesta de nuestro país", ha dicho este viernes en la rueda de prensa la portavoz del ministerio de Defensa ruso, Maria Zakhàrova. "Finlandia y Suecia no tendrían que basar su seguridad en dañar la seguridad de otros países", ha insistido. A principios de enero, Zakhàrova ya hizo la misma advertencia y habló de "graves consecuencias políticas y militares". Ahora, sin embargo, la situación se ha deteriorado claramente y Rusia ha dejado claro hasta dónde está dispuesta a llegar.
Además, este viernes la portavoz rusa ha añadido: "Consideramos que el compromiso del gobierno finlandés con una política de no alineación militar es un factor importante para garantizar la seguridad y la estabilidad en el norte de Europa". Estos últimos días, muchos analistas han resucitado el concepto de finlandización para hablar de la situación en Ucrania, un término que hace referencia a una política exterior de neutralidad impuesta por la Unión Soviética en Finlandia después de la Segunda Guerra Mundial. "En Finlandia, la opinión mayoritaria es que fue una vergüenza y una cosa negativa para la soberanía y la política interna del país, que estuvo influenciada por la URSS indebidamente, y que no se tendría que recomendar a nadie seguir la misma línea", dice al ARA el politólogo de la Universidad de Helsinki Teivo Teivainen. "También hay una parte de la población, una minoría, que piensa que la finlandización y la relativa buena relación con la URSS fue un éxito. Son los que más firmemente abogan por no entrar en la OTAN", añade.
La línea oficial tanto de Finlandia como de Suecia no ha cambiado: de momento no se plantean pedir la adhesión a la Alianza Atlántica, pero dejan claro que son soberanos para decidirlo y que Rusia no les puede dictar su política de seguridad. "Creo que todo el mundo está reflexionando", dijo el jueves el presidente finlandés, Sauli Niinistö, uno de los líderes europeos que tiene una relación más frecuente con el presidente ruso, Vladímir Putin. "Entiendo que muchos finlandeses tienen miedo", admitió, y auguró que la guerra en Ucrania afectará a las relaciones entre Finlandia y Rusia, y se reflejará en las políticas de seguridad y de exteriores del país.
Este temor acentuado entre los finlandeses se ha evidenciado en un hecho muy concreto: las pastillas de yoduro de potasio se han agotado en las farmacias del país. Este jueves, las autoridades ucranianas informaron de que las tropas rusas habían tomado el control de la antigua central nuclear de Chernóbil, lo que ha disparado la compra de este tipo de fármaco, que ayuda a evitar que la tiroides absorba el yodo radiactivo. "Les pastillas de yoduro de potasio se están acabando en casi todas las farmacias de Finlandia", explica Erkki Kostiainen, portavoz de la patronal farmacéutica en el diario Iltalehti.
El ejército sueco sube la alerta
Después del inicio de la invasión en Ucrania, varias autoridades suecas han aumentado su nivel de preparación. Las fuerzas armadas, por ejemplo, han desplegado aviones de combate para proteger las fronteras. La primera ministra sueca, Magdalena Andersson, ha insistido después de la reunión de la OTAN en que Suecia colabora estrechamente con la Alianza y ha reprochado las amenazas de Moscú: "Hemos escuchado muchas cosas desde el Kremlin en las últimas semanas, pero, a pesar de lo que digan, la línea sueca es clara: en Suecia, somos nosotros los que decidimos sobre nuestra política de seguridad". Lo ha dicho en una rueda de prensa junto con el ministro de Defensa, Peter Hultqvist, y el comandante en cabeza de las fuerzas armadas, Micael Bydén, que ha dicho que el ejército sueco participa regularmente en ejercicios de la Alianza Atlántica y que pueden entrar en operaciones conjuntas.
"Ahora mismo no vemos ningún movimiento militar ruso preocupante alrededor de nuestras fronteras", ha dicho Bydén. En un vídeo colgado en la web de las fuerzas armadas, el comandante deja claro que el ejército está "preparado para todos los desarrollos". "Haremos lo que sea necesario para cumplir nuestra principal misión: mantener a Suecia segura", añade.