El asesinato de una perra que ha hundido las opciones de una potencial vicepresidenta de Trump

WashingtonSi la republicana Kristi Noem hablas castellano, podría excusarse con la frase "Por un gos que maté, me llaman mataperros". En su caso no se trataría de una metáfora sino que tendría sentido literal: la gobernadora de Dakota del Sur se ha visto sumida en la polémica después de que el diario británico The Guardian adelantara un fragmento de su nuevo libro, en el que explica cómo mató a su perra Cricket.

Noem es uno de los nombres que más ha sonado como posible pareja política de Donald Trump. Como aspirante a convertirse en la vicepresidenta del líder republicano, la gobernadora de Dakota del Sur lleva tiempo haciendo campaña para conseguir ser la elegida. A su jefe seguramente parecía buena idea explicar esa "anécdota" de hace 20 años como un ejemplo de su aplomo político a la hora de afrontar los problemas: por muy desagradable o difícil que sea, ella lo hará. Espóiler: no ha sido así.

En el libro, que se titula No going back: The truth on what's wrong with politics and how we move America forward, y que se publicará este mes, Noem relata cómo se vio "obligada" a matar a su perra de 14 meses. La gobernadora se llevó a Cricket a una caza de faisanes con otros perros más viejos, esperando que el animal aprendiera a comportarse. Desafortunadamente, la perra arruinó la jornada de caza porque, según cita The Guardian, "se volvió loca de la emoción, persiguiendo todos aquellos pájaros y pasándolo mejor que nunca en la vida".

De vuelta a casa, Cricket se escapó del camión de Noem y mató a las gallinas de un vecino. Cuando la republicana la cogió para que parara, la perra la intentó morder. "Odiaba a esa perra", escribe Noem en el libro, la cual la etiqueta de "asesina entrenada" y de "inútil" para la caza. Así que la republicana cogió su arma, mató a Cricket y la enterró en un pozo de grava, aunque en el libro insiste en que "no fue un trabajo agradable" pero que "debía hacerlo".

El fantasma de la Cricket

Desde que se ha sabido la historia de que el fantasma de Cricket no deja en paz a la gobernadora de Carolina del Sur. Los demócratas han aprovechado la ocasión para dejar por tierra la reputación política de Noem, incluso mofándola. El gobernador de Minnesota, el demócrata Timothy James Walz, publicó en X una fotografía con su perro y dijo lo siguiente: "Publica una foto con tu perro que no implique dispararle y echarlo a un pozo de grava . Empiezo yo".

Pero los ataques que más han perjudicado a la gobernadora han venido de dentro de su propio partido. El exrival de Trump en las primarias, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, hizo un tuit en el que hacía alusión indirecta a Noem y aprovechaba para criticar la gestión de la frontera sur del país. DeSantis aparece abrazando a un cachorro y pidiendo que alguien lo adopte.

La republicana ha salido reiteradas veces a defenderse públicamente diciendo que debía hacerlo. En una entrevista el miércoles por la noche en el canal Fox News, Noem explicaba que tuvo que elegir: "O proteger a mis hijos o un animal peligroso, y elegí la seguridad de mis hijos". Desde que estalló esta crisis, Noem ha perdido posiciones dentro de la larga lista de posibles vicepresidentes para Trump.

La crisis del asesinato de Cricket ha influido, pero no ha sido el único motivo. El principal motivo por el que Noem podría ser descartada es el hecho de que no tiene la capacidad para atraer a nuevos votantes más allá de los que ya atrae a Trump.

Cuando se elige a un vicepresidente normalmente se busca una figura que pueda complementar al candidato presidenciable y aportar votantes a los que el otro no es capaz de apelar. Por ejemplo, la vicepresidenta de Joe Biden, Kamala Harris, es un ejemplo de esta estrategia: una figura que apela al voto de las mujeres y el de la comunidad afroamericana.

Mientras el nombre de Noem va hundiéndose, otros candidatos como el senador de Florida, Marco Rubio; el senador de Carolina del Sur, Tim Scott, y el senador de Ohio, James David Vance, calientan en el banquillo.