Guerra en Europa

Amnistia Internacional documenta crímenes de guerra rusos en las afueras de Kiev

La ONU y la Cruz Roja ponen en marcha una tercera evacuación de los civiles atrapados en Mariupol, pero el ataque ruso no cesa

Trabajadores municipales cambian las señales de tránsito de Ucrania por rusos fuera de la ciudad de Mariúpol
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BarcelonaCrecen las evidencias de los presuntos crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en las afueras de Kiev, la capital ucraniana. Esta vez es Amnistía Internacional (AI) quien lo denuncia, después de una investigación en la zona en que asegura haber encontrado pruebas convincentes de que los efectivos rusos cometieron "ejecuciones extrajudiciales de civiles" durante las semanas que ocuparon varias localidades próximas a la capital y otros abusos como "torturas o disparos imprudentes". "No son incidentes aislados. Forman parte de un patrón allá donde las fuerzas rusas controlaban una ciudad o un pueblo", asegura Donatella Rovera, asesora de Amnistía que ha participado en la investigación.

En el informe Él no volverá: crímenes de guerra en las zonas del norte-oeste de la provincia de Kiev, Amnistía Internacional ha documentado ataques aéreos ilegales en la localidad de Borodianka y ejecuciones extrajudiciales en otras poblaciones como Bucha, Andríivka, Zdvijivka y Vórzel. Basándose en decenas de entrevistas y en una amplia revisión de pruebas materiales hechas después de la retirada de las tropas rusas de la zona, la organización cree que es necesario y urgente llevar a los responsables "ante la justicia internacional". "En una acción poco frecuente e incluso histórica, Amnistía Internacional denuncia el uso ilegítimo de la fuerza por parte de Rusia como la violación de la Carta de las Naciones Unidas y como acto de agresión, un crimen bajo la legislación internacional", ha dicho también la secretaria general de la organización, Agnès Callamard.

Las autoridades ucranianas están investigando más de 9.000 posibles crímenes de guerra de las fuerzas rusas, incluidas las muertes de al menos unos 400 civiles en el noroeste de Kiev. El Tribunal Penal Internacional también está investigando presuntos crímenes de guerra, y Amnistía confía que toda la información que ha recopilado en su informe sea utilizada también en este proceso. Durante doce días, los investigadores de AI hablaron con 45 personas que habían presenciado homicidios de sus familiares y vecinos a manos de soldados rusos o que tenían conocimiento de primera mano, y con 39 más que habían sido testigo de ataques aéreos contra ocho edificios residenciales.

También en Kiev este viernes la policía ha dispersado una manifestación en que una cincuentena de mujeres pedían la evacuación urgente de sus maridos, todos militares que están todavía en Mariupol, la ciudad portuaria del sur totalmente ocupada por las tropas rusas, con la única excepción de la planta metalúrgica de Azovstal, donde resisten todavía un millar de soldados y centenares de civiles.

La ONU y la Cruz Roja internacional han puesto en marcha este viernes una nueva evacuación de los civiles atrapados en los búnkeres de la planta, la tercera en pocos días. Desde el pasado domingo, de hecho, se han podido evacuar a 500 civiles, entre ellos muchos niños, que estaban en el entramado de túneles y búnkeres de la planta. Pero el nuevo intento de evacuación se producía este viernes sin que se hubieran parado los ataques del ejército ruso, según Ucrania. Fuentes del gobierno local de Mariupol denunciaban que las tropas rusas habían atacado un vehículo que se dirigía a la planta para evacuar a los civiles y habían matado el soldado que lo conducía, además de herir a seis personas. Acusaban así a Moscú de romper el alto el fuego al cual se comprometió para desalojar Azovstal. Desde martes, de hecho, el complejo industrial es escenario de intensos combates entre las tropas ucranianas y las rusas, que habrían conseguido entrar en territorio del complejo.

En este contexto, Ucrania ha hecho este viernes un llamamiento a Médicos Sin Fronteras para que los ayude a evacuar también a los combatientes que protegen todavía la planta de Azovstal. El gobierno ucraniano ha publicado los detalles de una carta que ha enviado a la ONG donde la viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereschuk, expresa su preocupación por las "condiciones deplorables" en la planta y, de acuerdo con los "principios que guían MSF" como el de "la asistencia a personas necesitadas o víctimas de conflictos armados", pide a la organización "una misión para evacuar a los defensores de Mariupol". En concreto, le pide que "evalúe su condición física y mental, recopile pruebas de las condiciones en que se encuentran y les proporcione asistencia médica".

Los soldados ucranianos atrapados en Azovstal, miembros del 36.º regimiento de la marina y del batallón ultra Azov, hace días que denuncian –en conexiones desde la planta– que no tienen medicamentos ni equipos para tratar a sus heridos, que se cuentan por centenares. Rusia continúa pidiendo a las tropas que defienden Azovstal que se rindan, y niega que los civiles hayan sido objetivo de sus ataques.

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