El presidente antifeminista que quería el poder ilimitado de Corea del Sur
Los escándalos rodean a Yoon Suk-yeol, acusado de haber utilizado el poder para proteger sus intereses
PekínYoon Suk-yeol es un político conservador que no ha conseguido hacer muchos aliados ni siquiera en su partido y que pasará a la historia por haber provocado una grave crisis que hizo revivir los tiempos de la dictadura y dañó a la democracia.
Nacido en 1960, este abogado que llegó a fiscal general conquistó la presidencia en unas disputadas elecciones en el 2022 como candidato del Partido del Poder Popular (PPP). Yoon tiene un ideario ultraconservador y liberal en materia económica. No dudó en presumir de ser antifeminista durante la campaña electoral y prometió abolir el ministerio de Igualdad de Género y Familia, alegando que las mujeres no le necesitaban porque ya no sufren discriminación. No ha cumplido la promesa, pero no ha dotado a la cartera de presupuesto y lleva diez meses sin titular. Defiende la mano dura con Corea del Norte, en contraposición a los intentos de acercamiento de su predecesor, Moon Jae-in, del Partido Demócrata (PD). El resultado es que la tensión entre las dos Coreas está en uno de los momentos más altos.
Su decisión de declarar la ley marcial en directo a través de un discurso televisado el 3 de diciembre por la noche sorprendió a todo el país y es difícil creer que su carrera política pueda sobrevivir a la decisión. Parece claro que no calculó bien su fuerza y tuvo que retirar la ley marcial en apenas seis horas. La presión política de la oposición y de la calle, unida a la carencia de apoyo del ejército, hizo inviable su maniobra para recortar los derechos constitucionales.
Los dos años de presidencia no fueron tranquilos y el presidente extremó las críticas a la oposición, que calificó de "fuerzas comunistas totalitarias y antiestatales" y aplicó mano dura contra los sindicatos atizando los conflictos laborales. Yoon se ha caracterizado por abrazar el autoritarismo y promover la polarización de la sociedad con mensajes extremos. De hecho, ganó las elecciones por un estrecho margen, menos del 1%. La prensa destacó que más que una victoria de Yoon fue una derrota del partido del anterior candidato, que acusó al desgaste del ejercicio del gobierno.
Consultas a chamanes
Precisamente por eso no ha tenido una presidencia en la que pudiera ejercer un control total sobre las políticas de gobierno. La oposición, el Partido Demócrata liderado por Lee Jae-myung, tiene mayoría en el Parlamento y el bloqueo de sus presupuestos para el 2025 habría sido la gota que colmó el vaso y le habría hecho optar por una decisión tan extrema como suspender el orden constitucional. Pero Yoon ya había ido perdiendo su poca popularidad a lo largo del mandato. Optó por un abanico de actuaciones que incluían investigaciones y demandas penales contra los medios de información. La economía tampoco ha ayudado porque arrastra los problemas causados por la pandemia y el precio disparado de la vivienda.
La estampida la noche de Halloween que causó 159 muertos le pasó factura por la falta de asunción de responsabilidades. La personalidad de Yoon también había sido cuestionada a raíz de los rumores sobre sus consultas a curanderos y chamanes para tomar decisiones. Los escándalos personales también le han perseguido. Se le ha acusado de utilizar el poder para proteger sus intereses y su mujer ha sido acusada de cobrar sobornos y pertenecer a una trama que manipulaba el precio de acciones.
La ley marcial puede haber sido una solución personal para una situación de persecución. Yoon Suk-yeol conoce muy bien el destino que han tenido anteriores presidentes que han terminado procesados. Él mismo como fiscal de Seúl llevó la acusación contra la presidenta, también conservadora, Park Geun-hye y el presidente Lee Myung-bak, ambos condenados en prisión.