Borrell pone encima de la mesa de la negociación con Rusia el gasoducto Nord Stream 2
El jefe de la diplomacia europea avisa a Putin de que la autorización de la infraestructura depende de la desescalada en Ucrania
BruselasLos intereses alemanes en el gas ruso siempre habían sido polémicos, teniendo en cuenta el paupérrimo estado de salud de las relaciones entre Europa y el Kremlin, y, en plena escalada del conflicto en la frontera de Ucrania, la construcción del gasoducto Nord Stream 2, que conecta el país germánico con Rusia, entra –públicamente– en el terreno de juego. "Cuesta de imaginar que, por un lado, estemos pensando en imponer sanciones [a Rusia] y, por el otro, abramos esta infraestructura. Ciertamente, está vinculado a la situación militar en Ucrania", ha dicho este jueves el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
Hasta ahora, en Bruselas se había mantenido la máxima cautela a la hora de poner encima de la mesa este proyecto, pero Borrell ha dejado claro que el éxito del Nord Stream 2 depende también de la actitud que mantenga Rusia. "Si todo va bien y hay una desescalada en el conflicto, entonces estará en manos del regulador", ha dicho el exministro español teniendo en cuenta que el proyecto está parado desde el noviembre pasado, a la espera de la autorización definitiva de los reguladores competentes. Estas declaraciones llegan en un momento crucial de esfuerzos diplomáticos para evitar el conflicto armado en Europa, en boca del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, que se ha sentado de nuevo en la mesa con Rusia después de tres años sin hacerlo.
Y las palabras de Borrell se tienen que enmarcar también en el intento de la Unión Europea de no ser relegada de las conversaciones internacionales que, al fin y al cabo, tratan también de la seguridad en Europa. El alto representante ya avisó de que la Unión tiene que hacer valer su papel y reivindicarse como un actor relevante y fundamental, por eso este jueves ha insistido en que la UE está bien representada a través de los Estados Unidos, un país con el que asegura que la coordinación es "perfecta".
El simple hecho de que el Kremlin haya aceptado sentarse y hablar se considera un paso tanto en Washington como Bruselas, pero la tensión se mantiene al límite y Rusia no acepta por ahora ninguna de las propuestas venidas desde los aliados, ni siquiera la de fijar un calendario de encuentros para mantener abierta la vía del diálogo. Aparte, Francia y Alemania buscan reavivar el conocido como Cuarteto de Normandía, integrado por Francia, Alemania, Rusia y Ucrania y creado después de la anexión de Crimea en 2014.