China reformará el sistema electoral en Hong Kong para elegir solo a los "patriotas"
Pekín prevé un crecimiento económico del 6%, en medio de la recesión mundial, y envía un aviso a Taiwán
China defiende la solidez de su modelo político, reafirma la tutela sobre Hong Kong y advierte a Taiwán de los riesgos de jugar con la independencia. En un año histórico para China, que celebra el centenario de la fundación del Partido Comunista, la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP) ha reivindicado su pasado y ha reafirmado los objetivos de convertirse en 2035 en un país totalmente desarrollado y con ingresos altos, el legado que quiere dejar el presidente Xi Jinping.
La Asamblea servirá también para estrechar todavía más el asedio político sobre Hong Kong. Ya se ha confirmado que se reformará la ley electoral para impedir que se puedan presentar los candidatos de la oposición demócrata. La entrada en vigor de la ley de seguridad nacional en la ex colonia ya ha llevado a muchos a la prisión.
La reforma confirma la intención de tutelar políticamente a Hong Kong y seguramente implicará que las elecciones en el Parlamento local se retrasen hasta el 2022. La semana pasada varios funcionarios ya avanzaron que solo los “patriotas chinos” podrían presentarse a las elecciones.
El primer ministro, Li Keqiang, inauguró la sesión anual con la presentación del “informe de trabajo”, una especie de discurso sobre “el estado de la nación” con características chinas. En la platea del Gran Palacio del Pueblo, los más de 3.000 delegados, provenientes de todas las regiones, aplaudieron disciplinadament todos los puntos que exponían los objetivos políticos y económicos del año.
En un aviso también a Taiwán, una vez más ha reivindicado el principio irrenunciable de ”una sola China” y, sin citar directamente al gobierno de la isla, ha denunciado las actividades separatistas.
Fortaleza económica en medio de la recesión mundial
Mientras que la economía mundial sigue hundida, China muestra su fortaleza y anuncia un objetivo de crecimiento por encima del 6% para el 2021. De este modo recupera la tradición de marcar metas de crecimiento, después de que el año pasado renunciara a ello por la crisis del covid-19. China mira al futuro con optimismo y luces largas, con un plan de crecimiento para los próximos cinco años basado en el desarrollo del mercado interno y la innovación.
El objetivo marcado por Pekín es conservador, comparado con el 8,1% que pronostican organismos como el FMI, pero demuestra la confianza del gobierno chino, que da por superada la pandemia. El primer ministro también ha prometido la creación de 11 millones de puestos de trabajo urbanos este año, junto a medidas de estímulo que incluyen la reducción de impuestos para las pequeñas empresas e incentivos en el crédito.
Pero sobre todo ha esbozado las directrices del nuevo plano quinquenal (2021-2025), que tiene que ser aprobado por la ANP. Un plan que apuesta por centrarse en un crecimiento de calidad con el objetivo de impulsar el mercado interno y la innovación para ser más autosuficientes. China aspira a dejar de depender de la tecnología extranjera.
Más presupuesto para Defensa
Los éxitos económicos van acompañados de firmeza política y la reivindicación como potencia internacional, también con exhibición de poder militar. Aumentarán el presupuesto del ejército un 6,8%, hasta llegar a los 209.000 millones de dólares. Representa un incremento respecto al 6,6% que ya subió el año pasado. La decisión apuntala la apuesta de China por continuar modernizando sus fuerzas armadas. El primer ministro ha destacado la necesidad de fortalecer la capacidad del ejército para defender la soberanía ante las amenazas exteriores. Un aviso que puede ir dirigido también a Taiwán.
El informe de trabajo no ha olvidado el compromiso de lucha contra el cambio climático. Mientras el primer ministro, Li Keqiang, desgranaba las medidas para combatir la contaminación y conseguir la neutralidad de emisiones en 2060, en el exterior del Palacio del Pueblo la densa niebla de contaminación (ICA -239) que cubre Pekín durante toda la semana recordaba la necesidad urgente de adoptar medidas.
La ciudad está semiparalizada por las medidas de seguridad desplegadas, pero ni el cierre de empresas ni la reducción del tránsito han conseguido limpiar el aire.
La seguridad ha ido acompañada también de medidas de prevención sanitaria que sorprenden ante la redundante información de que no hay contagios locales. Las universidades no recuperarán las clases presenciales hasta el final de la ANP y a los alumnos que viajaron por el Año Nuevo se les recomendó no volver a la ciudad hasta que se cierre el acontecimiento. A los delegados se les ha instado a vacunarse y se ha exigido llegar a la capital con una PCR negativa. En los hoteles se han instalado robots para controlar la temperatura y se han establecido corredores desinfectados para llegar al Palacio del Pueblo.
La cita política del año se ha convertido en un acontecimiento virtual para la mayoría de la prensa, cuando antes de la pandemia convocaba a más de 3.000 periodistas. Para acreditarse era necesario no haber salido de Pekín en los últimos 28 días, y a pesar de esto solo a muy pocos se les ha permitido entrar en el Parlamento. El resto han tenido que seguir los actos por videoconferencia.
