Estados Unidos

La diplomacia de Trump: engaña, que funciona

Como ha hecho con el alto el fuego en Gaza, el presidente estadounidense vende una idea antes de que esté afianzada sobre el terreno

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúne con el emir de Qatar, el jeque Tamim bin Hamad Al Thani.
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WashingtonDonald Trump siempre ha jugado con sus propias reglas. Dentro y fuera de casa. El regreso del magnate inmobiliario a la Casa Blanca prometía un giro en la forma de hacer política exterior de Washington. Los primeros 276 días del republicano en el Despacho Oval han sido una retahíla de amenazas escritas en mayúsculas en Truth Social, declaraciones unilaterales, anuncios sorpresa, algunos bombardeos –sea contra instalaciones nucleares iraníes o supuestas "narcosajas"– y muchos giros de guión dignos.

La imprevisibilidad es la marca del presidente de Estados Unidos, que ha instaurado unos modos que habrían sido impensables –y muy reprobables– en cualquiera de sus predecesores. "A pesar de que lo que llame más la atención sean las formas, más importante que eso es cómo se dedica a plantar una realidad que aún no está formada en la cabeza de la gente. Es lo que ha hecho con el alto el fuego en Gaza", explica al ARA el exconsultor del departamento de Defensa y vicepresidente del American Foreign Policy Council.

Trump no ha parado de vender la frágil tregua como una paz. La cumbre de Egipto la bautizó como la "cumbre de la paz", con letras bien grandes, con una veintena de líderes internacionales asistiendo al besamanos del republicano. El presidente no hace más que repetir que ha logrado llevar la paz a la región después de cientos de años de conflicto, pero la realidad es que ni siquiera su administración es capaz de explicar cómo será el proceso de desarme de Hamás o qué ocurrirá con las reivindicaciones del reconocimiento del estado palestino.

El pasado fin de semana Israel volvía a bombardear Gaza y Trump seguía hablando de paz. Como dicen los estadounidenses, es el "fake it until you make it" (finge hasta salir adelante) llevado a la diplomacia. "Él crea el concepto y después actúa como si las dos partes hubiéramos acordado esta idea, con la expectativa de que esto sea lo que está pasando. El alto el fuego no es lo mismo que un acuerdo de paz; no hace que automáticamente la conversación pase al plan de veinte puntos, porque el plan incluye cosas como que Hamás se desarme y que deje de ser la fuerza de control en Gaza, y no están dando ningún atisbo de que tengan intención de hacerlo –reflexiona Berman–. Cuanto más tiempo pase sin que haya una presión real y significativa sobre Hamás, más probable es que Estados Unidos tenga que implicarse directamente de alguna manera", concluye.

Maneras de hacer de empresario

"Definitivamente, es el estilo de un hombre de negocios. Hace los acuerdos como lo haría un empresario: estableciendo relaciones personales con los demás líderes, hablando de hombre a hombre", señala el profesor de relaciones internacionales de la Universidad de Delaware, Daniel Green. Es una fijación que se ha notado tanto en su relación con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu –con el que Trump tiene una gran sintonía–, como con el presidente ruso, Vladimir Putin. Trump se ha obsesionado con acercarse a Putin a nivel personal, pero como señala Green, se está dando cuenta de que no sólo negocia a título personal, sino como representante de un país.

"Lo está haciendo poco a poco porque casi todos sus asesores le dan la razón, pero empieza a darse cuenta de que Putin no es un amigo de EEUU. Y creo que Rubio también trabaja para hacerle ver", apunta Green. Trump reconocía el miércoles ante el secretario general de la OTAN, Mark Rutte: "Cada vez que hablo con Putin tengo buenas conversaciones, pero no van a ninguna parte". El enfriamiento con Moscú se hacía notar en el paquete de sanciones a las petroleras rusas –las primeras desde que volvió al poder–, y en la afirmación de Trump, que la última semana no ha dejado de dar golpes de volante: de prometer a Tomahawks a Volodímir Zelenski para intimidar a Putin, a abuchear al ucraniano en privado, para luego castigar a Rusia con sanciones.

"La imprevisibilidad no creo que sea premeditada sino que vive la diplomacia de una forma muy personal. Cuando se frustra, como hemos visto con Putin o Netanyahu, rápidamente hace notar que está molesto", apunta Green. Buena parte de los anuncios y advertencias están a base de publicaciones rabiosas en Truth Social, algo nada convencional y que se aleja de las formas diplomáticas, pero que Green cree "que realmente le ha funcionado a veces". Ahora bien, se trata de victorias a "corto plazo", ya que la imprevisibilidad del comportamiento y la agresividad que el presidente ha mostrado con algunos aliados –como es el caso de Europa– puede hacer que EEUU acabe "aislado". "Otros países empezarán a buscar maneras de funcionar al margen de Estados Unidos, y eso ya está pasando. Canadá ahora está mucho más cerca de Europa, y nosotros tenemos muy malas relaciones con Canadá. EEUU quedará más aislado, como resultado de esta imprevisibilidad de Trump", reflexiona el profesor.

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