Éric Zemmour oficializa su candidatura: “Tenemos que salvar a Francia (de la inmigración)"

El gran fenómeno mediático de la extrema derecha confirma que se presentará a las presidenciales de 2022

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Éric Zemmour, en una imagen reciente en un acto en Londres.

ParísÉric Zemmour, el gran fenómeno mediático de la extrema derecha francesa, ya ha mostrado todas sus cartas. Después de meses de incertidumbre en los que había evitado confirmarlo, Zemmour ha oficializado este martes que será candidato a las elecciones presidenciales de 2022 con un vídeo difundido en las redes sociales en el que el ultraderechista se proclama la única persona capaz de “salvar” a Francia de su supuesto declive. “Ya no es la hora de reformar Francia, sino de salvarla”, afirma en el vídeo, en el que durante 10 minutos se intercalan imágenes de violencia con su imagen leyendo un discurso. Con Zemmour nada es casual: la puesta en escena recuerda ineludiblemente al llamamiento que el 18 de junio de 1940 hizo Charles de Gaulle, entonces general y hoy elevado a la categoría de héroe nacional, a seguir combatiendo contra las tropas alemanas que habían invadido Francia. 

No hay ninguna sorpresa en sus postulados. El candidato ultraderechista –condenado en dos ocasiones por incitación al odio– basa su discurso electoral xenófobo en criminalizar a los inmigrantes, especialmente a los musulmanes, en idealizar la Francia del siglo pasado y en cargar contra toda la clase política. Más allá de la cuestión de la inmigración y de una posición euroescéptica, Zemmour no tiene discurso ni propuestas. Solo defiende ideas populistas que topan con la legalidad, como la prohibición de que los bebés nacidos en Francia se puedan llamar Mohammed o cualquier otro nombre que no sea considerado francés.

El líder xenófobo, que todavía no ha hecho público el nombre del partido que creará, basa su estrategia en la supuesta necesidad de devolver a Francia su grandeur y su esencia, que según él se ha perdido por la llegada de forasteros. “Que volvamos a ser franceses en Francia y no extranjeros en una tierra desconocida. Nosotros, los franceses, somos una gran nación”, afirma en el vídeo. Se trata, según el candidato de extrema derecha, de que Francia vuelva a ser el país de Charles de Gaulle, de Juana de Arco y de Luís XIV.

“Hemos conocido inmensas victorias que nos han hecho superar crueles derrotas. Desde hace mil años somos una de las potencias que hemos escrito la historia del mundo”, asegura sin ningún tipo de modestia. “Durante décadas, nuestros gobiernos de derecha y de izquierda nos han conducido en este camino funesto de declive y decadencia”, insiste, antes de apelar al voto de los franceses porque, defiende, “es tiempo de actuar”. 

Dificultades para encontrar avales

Su candidatura se daba por descontada desde hacía tiempo, pero la tardanza en hacerla oficial y la bajada de su popularidad en los últimos días habían puesto en entredicho que finalmente diera el paso adelante. En realidad, Zemmour, periodista y escritor catapultado primero como estrella mediática y ahora como político, todavía no tiene garantizado que se pueda presentar a las presidenciales de abril. Le queda una etapa muy importante que lo puede dejar fuera de juego: los 500 avales de políticos locales que cualquier candidato tiene que presentar para poder participar en las elecciones. El candidato de extrema derecha no tiene a ningún partido detrás, y esto le pondrá las cosas difíciles a la hora de conseguir todos los avales. 

A pesar de sus postulados xenófobos y populistas, su irrupción en la escena política le ha proporcionado una popularidad fulgurante en pocos meses, hasta el punto de amenazar el reinado de Marine Le Pen al frente de la extrema derecha francesa. La apuesta de Le Pen de dejar de lado sus postulados más extremistas para ganar el voto de los ciudadanos conservadores menos radicales ha facilitado el éxito de Zemmour. Ambos candidatos prometen una dura batalla por el voto de la extrema derecha y se postulan para jugarse la segunda vuelta con Emmanuel Macron. 

Macron, al frente de los sondeos

El fenómeno Zemmour parece haberse deshinchado ligeramente en los últimos días. Hace semanas, algunas encuestas de intención de voto lo habían situado por encima de Le Pen, pero en las últimas ha bajado hasta el 15%, ante el 20% de Le Pen. En todas las encuestas, el (futuro) candidato favorito en los sondeos es Macron, con un 25% de los votos. Con este escenario, y ante la enorme fragmentación de la izquierda francesa, el asalto final sería entre el presidente de la República y la líder de extrema derecha. Pero Zemmour confía en remontar ahora que es oficialmente candidato. El domingo hará su primer gran acto electoral en París.

La enorme fuerza que está exhibiendo en esta precampaña la extrema derecha en Francia está vinculada, entre otros factores, a la falta de un candidato claro de la derecha moderada. Los candidatos del resto de partidos ya hace tiempo que están en precampaña (solo queda que Macron oficialice su candidatura), mientras que los Republicanos –partido heredero del de el expresidente Nicolas Sarkozy– no celebrará hasta este sábado las primarias para escoger cuál de los aspirantes será el candidato a las presidenciales de 2022. Los conservadores han sido incapaces de llenar el vacío que dejó Sarkozy, figura que parece definitivamente defenestrada por los diferentes procesos judiciales que tiene entre las manos, entre ellos el que lo ha condenado recientemente a un año de prisión por financiación irregular de la campaña electoral de 2012, cuando ya era presidente. Con la derecha y la izquierda debilitadas, la extrema derecha gana terreno en Francia.

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