Biden desafía las críticas, pero sigue tropezando: dice "Putin" en lugar de Zelenski

WashingtonEn las horas decisivas sobre su futuro y el de Estados Unidos, Joe Biden sigue cometiendo errores. En el acto final de la cumbre de la OTAN ha presentado al presidente ucraniano Volodímir Zelenski como "el presidente Putin". Cuando llegó la hora de "la verdad" que todo el mundo esperaba, su rueda de prensa en solitario en la que debía demostrar que está en condiciones de hablar sin un guión, se refirió a su vicepresidenta Kamala Harris como " vicepresidente Trump". Pero ninguno de los dos tropiezos han hecho dudar al presidente sobre su candidatura. "Creo que soy la persona más calificada para optar a la presidencia", ha asegurado desde el atril donde durante casi una hora ha contestado a las preguntas de los periodistas.

"Estoy aquí para terminar mi trabajo", ha afirmado Biden, que se ha pasado casi los 59 minutos rueda de prensa sorteando las preguntas sobre su continuidad y defendiendo su legado político. "No es inusual la preocupación de los congresistas, pero cinco presidentes ganaron las elecciones con peores números que yo", aseguró el presidente en referencia a las últimas encuestas, que le sitúan por detrás de Donald Trump con un amplio margen de diferencia. Unas cifras que no han hecho más que empeorar la crisis interna del Partido Demócrata sobre sus opciones de ganar las elecciones si Biden sigue como candidato.

Biden había pedido a la prensa, al partido ya toda la sociedad estadounidense que se fijaran en sus apariciones en la cumbre de la OTAN para comprobar que el desastre del debate de la CNN de hace dos semanas sólo fue "una mala noche". La rueda de prensa en solitario de este jueves se encaraba como un momento clave para el presidente. En un evento previo a la conferencia de prensa, Biden ya empezaba con mal pie: "Señoras y señores, el presidente Putin". Inmediatamente, lo intentó salvar diciendo que el lapsus con Zelenski era porque está "muy concentrado en derrotar a Putin".

No se sabe si ha sido a causa de este tropiezo, pero la rueda de prensa que estaba planeada por las seis y media de la tarde, hora local, ha acabado retrasándose una hora. Biden ha salido al escenario para encararse a una sala llena de periodistas. En primera fila, justo a los pies del atril, estaban sentados los miembros de su equipo: la secretaria de Comunicación de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre; el secretario de Estado, Antony Blinken, y el secretario de Defensa, Austin Lloyd, entre otros.

Los obstáculos y la tos que martirizaron a Biden durante la noche del debate contra Trump han vuelto a aparecer durante la exposición inicial que ha hecho sobre la importancia de la OTAN y el liderazgo de Estados Unidos dentro de la Alianza. Asimismo, el presidente ha hecho una recapitulación sobre las grandes acciones de su administración que ha resumido en tres puntos clave: la lucha contra la inflación, la orden ejecutiva por permitir las devoluciones en caliente en la frontera y la mediación en la guerra de Gaza para conseguir un alto el fuego que nunca llega.

Cuando ha llegado el turno de las preguntas de la prensa, nadie ha levantado la mano. Ha sido el propio Biden que ha ido leyendo los nombres de los periodistas con los que se había pactado previamente el turno. Sin embargo, la medida no ha salvado al presidente de sí mismo. En la respuesta de la primera pregunta, ha hablado de Harris como "vicepresidente Trump". A diferencia de cuándo se ha equivocado con Zelenski, en este caso Biden no lo ha corregido.

"Harris está calificada para ser presidenta"

El tropiezo se ha producido además en un momento en que Biden estaba elogiando a Harris y poniendo el foco en ella diciendo que "está calificada para ser presidenta". "No la habría escogido si no fuera porque creía estar calificada para el cargo de presidenta", ha defendido Biden. Sin embargo, esta declaración no ha ido acompañada de ninguna insinuación sobre una posible retirada. Dentro del baile de nombres que hay por un posible sucesor en Biden, Harris es uno de los que ha sonado con mayor fuerza. Sería el relevo más lógico si el presidente renunciara.

El nerviosismo del presidente se ha hecho evidente en varias ocasiones en las que se ha perdido argumentando las respuestas a los periodistas y que ha cortado con un "anyway" [sea como fuere]. Biden ha vuelto a querer quitar hierro a las preocupaciones sobre sus capacidades físicas y mentales y ha defendido que los líderes extranjeros con los que se ha reunido durante la cumbre no han expresado ningún tipo de preocupación por la su salud. El primer ministro británico, Keir Starmer, ha asegurado tras la reunión bilateral de la mañana que había visto a Biden "en muy buena forma". cogió demasiados vuelos la semana anterior al debate. Hay que recordar que esos días estuvo encerrado en Camp David practicando para la cita y no de gira por Europa. Asimismo, también ha insinuado que su equipo le está sobrecargando la agenda de actos: "Quiero a mi equipo, pero ellos añaden cosas. Me ponen cosas continuamente. Estoy atrapado en el infierno de mi esposa". A la entrevista de ABC News, Biden evitó culpar a su equipo por su mal rendimiento en el debate electoral de la CNN. Solo una semana después parece que las culpas ya no están tan claras.

Trump: "Buen trabajo, Joe!"

Mientras Biden aún estaba acabando de responder a las preguntas de los periodistas, Trump ha burlado de la confusión del demócrata en su red Truth Social. "Buen trabajo, Joe!"

Como si fuera una broma pesada del destino, resultó que este jueves 11 julio quien iba a ser sentenciado era Trump y no Biden. El juez del caso Stormy Daniels debía dictar la pena por su condena, aunque la fecha ha quedado aplazada hasta septiembre, después de que su equipo legal apelara el caso alegando la sentencia del Tribunal Supremo que le reconoce la inmunidad parcial.

La crisis interna dentro de los demócratas también ocurre justo la semana antes de la Convención Republicana. En los próximos días Trump y sus seguidores se reunirán en Milwaukee (Wisconsin) para hacer efectiva la candidatura del expresidente. También se espera que el magnate nombre a su vicepresidente. Mientras, la división dentro de los demócratas parece que podría continuar aunque Biden acabe renunciando: los delegados que dejará a su paso serán "libres", y aunque nombre a un sucesor, no podrá obligarles a votarle. El amplio abanico de nombres sobre la mesa y sin ningún candidato que destaque especialmente podría dar paso a una guerra interna por los apoyos.