Estados Unidos

El estrangulamiento del 'Michael Jackson' a manos de un exmarine vuelve a señalar el metro de Nueva York

Cuatro días después, el autor del asesinato del sintecho, un conocido imitador de los bailes del rey del pop, todavía no ha sido detenido

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Controls policiales al metro de Nueva York.

WashingtonLas escenas surrealistas y tétricas en el metro de Nueva York no se limitan a la película del Joker. Hace tiempo que vecinos y turistas se quejan de una evidencia: no es un espacio seguro. Cada día más de 3 millones de personas se mueven por alguna de las 34 líneas de metro que conforman la vida subterránea de la gran ciudad, que se vende como capital mundial. Y cada semana hay una nueva noticia que contribuye a aumentar la sensación de peligro: "Un tiroteo en el metro de Nueva York provoca el caos", "Un hombre con problemas mentales empuja a una mujer y la atropella un convoy" o, el último episodio, "Un exmilitar estrangula a un sintecho y lo ahoga hasta la muerte".

La escena tuvo lugar este lunes en un vagón del metro en Manhattan, en la línea F, cuando el tren se acercaba a la estación de Broadway-Lafayette. La víctima, Jordan Neely, de 30 años, era un conocido imitador de Michael Jackson, que vivía en las calles desde hacía años y sufría una enfermedad mental. Desde entonces, pasaba los días practicando los bailes del mítico cantante norteamericano, y con una vestimenta muy similar, como muestran las decenas de vídeos que circulan en las redes sociales.

El verdugo, presuntamente un veterano del ejército, perdió la calma cuando Neely se puso a delirar y gritar, según varios testigos, y tiró basura por el vagón, hecho que provocó una discusión con el veterano. El exmarine, visiblemente más corpulento y en plena forma física, rodeó el cuello del sintecho con las manos durante 15 minutos, hasta matarlo por ahogamiento.

El vídeo, que ha inundado las redes sociales y está siendo examinado por la policía, muestra cómo al menos dos pasajeros más ayudaron a inmovilizar a la víctima, mientras el resto del vagón lo miraba. Según el testigo que grabó el vídeo, Juan Alberto Vázquez, el sintecho había pedido comida antes de empezar a actuar de manera errática: "¡No tengo comida, no tengo bebida! ¡No me importa ir a la prisión! ¡Estoy dispuesto a morir!"

El autor del crimen sigue en libertad

Tres días después del asesinato en un espacio público, todavía no ha habido ningún detenido, y el fiscal de distrito Alvin Bragg –el mismo que imputó al expresidente Donald Trump el mes pasado– está investigando qué pasó. "Revisaremos el informe médico del forense, evaluaremos todas las imágenes disponibles, identificaremos y entrevistaremos a tantos testigos como sea posible y obtendremos registros médicos adicionales", ha asegurado un portavoz del fiscal.

"Es profundamente inquietante", ha dicho la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul. "Nova York no es Gotham", tuiteó el interventor municipal Brad Lander, en referencia a la saga de películas de Batman y el Joker. "No tenemos que convertirnos en una ciudad donde un enfermo mental pueda morir asfixiado por un justiciero sin consecuencias. Donde el asesino es justificado y vitoreado", añadió, en referencia a la actitud impasiva de los otros pasajeros del vagón.

Algunos políticos de la izquierda consideran que el hecho de que todavía no se haya detenido al autor del ahogamiento es una muestra de la criminalización que está haciendo la ciudad de las personas que duermen cada noche en el metro. "El asesino está siendo protegido con titulares pasivos y sigue sin cargos", tuiteó la congresista demócrata Alexandria Ocasio-Cortez, "Jordan no tenía casa y solo pedía comida en un momento en el que la ciudad está aumentando los alquileres y desnudando servicios para militarizarse, mientras muchos en el poder satanizan a los pobres".

Preocupación por la delincuencia en el metro de Nueva York

El alcalde de la ciudad, el demócrata Eric Adams, ha convertido la seguridad en el transporte público en una de sus prioridades, desde que empezó a gobernar Nueva York el 1 de enero del año pasado. Por eso, ha aumentado el número de policías que patrullan las estaciones, pero las cifras no demuestran que esta medida haya contribuido a reducir los delitos.

Paralelamente, Adams está tratando de reducir el número de sintecho y personas con problemas de salud mental que hay en el espacio público. "Es cruel e inhumano permitir que personas sintecho vivan en el transporte público. También es injusto que lo tengan que pagar los pasajeros y trabajadores que merecen un entorno limpio, ordenado y seguro", dijo cuando anunció la medida, solo un mes después del inicio de su mandato.

Las personas sintecho centran el debate sobre la delincuencia en el metro: mientras el ayuntamiento les imputa parte de la inseguridad que se vive, sus defensores los consideran víctimas de una ciudad hecha a medida de los ricos, que expulsa a los pobres. Entre otras medidas, Nueva York anunció en noviembre que internará a las personas sin hogar con problemas mentales graves en centros psiquiátricos, en contra de su voluntad.

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