La inteligencia artificial amenaza las elecciones de Estados Unidos

Puntos de votación del país se preparan para la ola de desinformación que tiene por objetivo confundir a la ciudadanía

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Montaje con dos fotografías falsas generadas con inteligencia artificial

WashingtonMuchos de los ciudadanos de Nuevo Hampshire, pocos días antes de las primarias, recibieron una llamada automática donde la voz del presidente Joe Biden les pedía no acudir a votar. "Tu voto marcará la diferencia en noviembre, no el martes". El mensaje no tenía sentido porque no era real, se trataba de un deepfake generado con la inteligencia artificial (IA).

La semana pasada por las redes corría una foto de Donald Trump rodeado de chicos negros. La imagen era un intento por despertar simpatías entre los votantes de esta comunidad. También era falsa.

Las fake news y los deepfakes (imágenes y vídeos generados por IA) ya hace tiempo que se esparcen por internet. En las últimas elecciones de 2020 Facebook ya notificó un aumento de la desinformación durante la campaña. Pero este año suponen todavía una mayor amenaza en una sociedad polarizada y en la que muchos ciudadanos siguen convencidos de que las elecciones del 2020 fueron un fraude.

El rápido desarrollo de la IA permite crear vídeos y fotos cada vez más realistas, los cuales amenazan con alimentar aún más la polarización durante la campaña. "Cada vez estas herramientas son más accesibles y baratas para el público general. Se está volviendo más fácil que cualquiera pueda crear este tipo de contenidos para influir a la opinión pública", explica McKenzie Sadeghi, editora de NewsGuard, una empresa especializada en detectar y desmentir deepfakes y fake news.

La IA está al alcance de todos. No sólo se ha dado el caso de ciudadanos creando deepfakes para favorecer a su candidato (como fue el caso de las fotografías de Trump con los votantes negros), sino que también los propios partidos han utilizado la herramienta como arma para atacar al contrincante. El pasado junio, el equipo de campaña del candidato republicano Ron DeSantis lanzó un vídeo con imágenes generadas con IA donde salía Trump besando y abrazándose al dr. Anthony Fauci, un personaje poco popular en el país a raíz de su gestión de la pandemia.

La amenaza de los deepfakes se extiende más allá de las fronteras del país. En febrero la inteligencia estadounidense publicó un informe advirtiendo de que Rusia, China e Irán intentarán influir en la opinión de la ciudadanía de cara a las elecciones. "Es algo que ya está pasando. Hace algunas semanas circulaba una imagen hecha con IA de Biden vestido de militar y la gente lo compartía avisando de que había una escalada en la guerra de Israel y Hamás. Nosotros detectamos que muchos de los medios rusos compartían y amplificaban éste deepfake. En total contabilizamos 700 páginas donde aparecía", detalla Sadeghi.

El voto, en el centro de la diana

En el mismo momento en el que una imagen (sea real o no) entra en internet se convierte en incontrolable. La rapidez con la que les deepfakes se pueden esparcir es abrumadora. "Solo se tardan veinte segundos en decidir si se hace retuito o no. Nadie puede leer un artículo en veinte segundos y menos contrastarlo", explica Nathan Walker, profesor de la Northwestern University y director del Centro de Psicología de los Medios e Influencia Social.

Donald Trump en un mitin reciente en Georgia. El expresidente ha demostrado una gran capacidad para circular hechos alternativos.

Pero la batalla parece perdida. "Es muy difícil rastrear todos los deepfakes que hay, sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los vídeos se comparten de forma privada a través de apps de mensajería. Estos ni siquiera podemos seguirlos y desmentirlos", asegura Carah Ong Whaley, doctora en política americana de la Universidad de Virginia y miembro de la plataforma no partidista Issue One.

Uno de los grandes temores de las elecciones es que , más allá que con los deepfakes se intente cambiar el sentido del voto, también se cree confusión durante la jornada electoral. "Pongamos por caso que alguien esparce uno deepfake diciendo que las urnas ya se han cerrado y eso hace que mucha gente no vaya a votar", comenta Sadeghi. Se trata de un escenario que Whaley ve muy posible: "Creo que nos vamos a encontrar muchos deepfakes que intentarán impedir que las personas vayan a votar en su colegio o directamente diciendo que ya no pueden ir. Es muy peligroso y creo que será uno de los grandes retos de las elecciones".

La confianza en las instituciones, amenazada

Los deepfakes caen en un suelo abonado desde hace tiempo. "Las elecciones del 2020 tuvieron toda la transparencia posible. Y hay grabaciones de Trump y algunos de sus seguidores llamando a los legisladores estatales alentándoles para que influyan en el recuento electoral. No había deepfakes. Eran personas reales, políticos, diciendo que el resultado electoral era falso. Esto es peor que cualquiera deepfake", explica Walter. "El gran problema de fondo es que se ha perdido confianza en las instituciones", apunta el profesor de comunicación. Coincide Whaley: "Tengo un grupo foco de votantes republicanos, todos ellos tienen estudios superiores, pero la su gran preocupación en estas elecciones es el voto por correo. No confían en ello. Si no confías en el sistema de votación, ya no hay más. Hay un riesgo que [con los deepfakes] se acabe destruyendo por completo la confianza en el sistema".

Walter ve la preocupación de los políticos por la IA como un "jefe de turco" para el principal problema de la sociedad estadounidense: la polarización y desconfianza en las instituciones. "Hay políticos que quieren prohibir TikTok, pero no va a funcionar. Necesitamos soluciones tecnológicas, pero no sólo. Necesitamos repensar nuestra educación y nuestra economía. Mientras la economía siga basada en torno a los clics y laengagement, todos los incentivos que hay facilitan dar alas a la desinformación", sentencia el profesor de la Northwestern University.

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