Mamdani arrasa en las elecciones de Nueva York con la promesa de cambio contra Trump
El demócrata socialista ha movilizado una participación histórica y será el primer alcalde musulmán de la capital financiera mundial
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ENVIADA ESPECIAL A NUEVA YORK"Esta ciudad le pertenece", ha proclamado triunfante Zohran Mamdani tras obtener una abrumadora victoria en las elecciones municipales de Nueva York. El demócrata del ala izquierda, que ha protagonizado una campaña fulgurante contra el establishment del partido, se ha convertido en el alcalde de la capital financiera del mundo. Con el 91 por ciento escrutado, Mamdani obtuvo un 50,4 por ciento de los votos, muy por delante de su principal rival, el ex gobernador demócrata y candidato independiente Andrew Cuomo, que pese a haber tenido el apoyo de Trump, no superó el 41,6 por ciento. La participación ha sido históricamente alta, obteniendo el demócrata más de un millón de votos, más que todos los demás candidatos sumados.
En el discurso de victoria en Brooklyn, el demócrata socialista se ha dirigido directamente a Trump y ha prometido contrarrestar desde el Ayuntamiento las políticas de división del presidente: "Donald Trump, sé que me estás viendo. Tengo tres palabras para decirte: sube el volumen". El republicano se ha limitado a enviar un mensaje desafiante a su red Truth Social: "Y así comienza todo". El resultado de Nueva York no es sólo la victoria de un político carismático, sino el germen de un movimiento que promete ir más allá de la figura de Mamdani. Porque quien ha hecho posible el ascenso meteórico del nuevo alcalde es la gente y las bases del partido.
Hacía cuarenta minutos que habían cerrado los colegios electorales y que el recuento se proyectaba en las pantallas de la sala 9 Bob Note de Brooklyn, donde los demócratas socialistas (DSA) habían montado una de las fiestas para seguir la noche electoral. Muchos aguantaban la cerveza o el combinado con una mano mientras con la otra refrescaban la página del recuento. De repente, un chico ha empezado a gritar "¡Ha ganado, ha ganado!", mientras enseñaba eufórico la página del directo del New York Times. Enseguida, los altavoces anunciaban el triunfo. Gritos y más gritos y muchos abrazos, como si fuera una fiesta de Fin de Año.
La canción Don't stop believin' de Journey ha empezado a sonar para celebrar la victoria del candidato improbable que ha convertido la preposición a pesar en su marca. Pese a ser un desconocido hace un año, a pesar de ser un socialista en la capital financiera del mundo, pese a ser musulmán, a pesar de su poca experiencia, con 34 años Mamdani se convierte en uno de los alcaldes más jóvenes que ha tenido la ciudad más poblada de Estados Unidos en más de un siglo.
Sensación de alivio
Más allá de la euforia, se respira una sensación de alivio: todavía hay esperanza tras el descalabro de las presidenciales y de nueve meses de Donald Trump en el poder. "Dios mío, han parecido nueve años", dice Peter, uno de los 100.000 voluntarios que han estado recorriendo las calles de Nueva York para hacer llegar las propuestas electorales del demócrata a todos los rincones. "Qué alivio. Ha merecido la pena. No me lo creo, todo el trabajo de un año. Y mañana empieza un nuevo episodio. ¿Y sabes lo mejor de todo? Que ahora empezarán a aparecer otros Mamdanis en otras ciudades y estados. Tenemos que seguir luchando por frenar a Trump".
En la fiesta del DSA la sensación es del inicio de un movimiento que va más allá de Mamdani. Carr y Brendann, antes de que empezara el recuento, ya llegaban con las bolsas de campaña de Zohran explicando que se acababan de afiliar. "Mira, me gasto 15 dólares con la suscripción al New York Times. ¿Por qué no debería hacerlo por eso?", dice bromeando el Brendann. Ambos rozan la treintena y sienten que Mamdani no es sólo un político. "Debemos recordar que los políticos siempre pueden fallar, pero eso es un movimiento y tenemos que seguir luchando una vez gane. Que llegue a la alcaldía no es el fin, sino el inicio. Y sabemos que los de arriba y especialmente Trump no se lo pondrán fácil".
La histórica participación –más de dos millones de personas han acudido a las urnas– supera con creces los comicios para la alcaldía de la ciudad del 2021 y aún refuerza más el meteórico ascenso de Mamdani. especialmente sus bases. La expectación no era en vano: la contienda entre Mamdani, Cuomo y el republicano Curtis Sliwa prometía un desenlace que podría redefinir las estructuras de poder de la ciudad.
El resultado de Mamdani, y la gran participación en Nueva York, también marca la magnitud del seísmo que lleva meses sacudiendo el establishment del Partido Demócrata. Las elecciones de la ciudad, así como las estatales de Virginia y Nueva Jersey (donde también han ganado las candidatas demócratas a gobernador), marcan las dos posibles líneas de acción a seguir de cara a las legislativas de 2026. También se leen como un pequeño referéndum sobre los primeros nueve meses de Trump.
Tras la derrota de Kamala Harris en el 2024, el senador independiente Bernie Sanders reflexionaba: "No debería sorprendernos mucho que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora le ha abandonado a él". Mamdani, cuya campaña en las redes ha revolucionado la comunicación política, ha recogido el análisis. El joven candidato ha insistido a diario en su batería de propuestas para hacer que Nueva York vuelva a ser una ciudad habitable para las clases medias y trabajadoras: congelar alquileres, poner autobuses gratuitos o crear supermercados de propiedad municipal.
El resultado ha sido que muchos de sus votantes contaban durante la jornada que volvían a sentirse ilusionados y esperanzados con su candidato. El Partido Demócrata empieza a levantar cabeza con la ola de victorias clave que se llevó el martes. El triunfo de Mamdani es histórico en Nueva York, pero sigue sin hacer el peso en el establishment del partido, que estaba más pendiente del resultado de las campañas estatales de Virginia y Nueva Jersey. Allí, las candidatas demócratas Abigail Spanberger (Virginia) y Mikie Sherrill (Nueva Jersey) también han logrado imponerse con unas campañas más moderadas, pero que ponen el foco en reducir el coste de vida de los ciudadanos.
La resaca de la noche de euforia de un partido que llevaba un año vagando por el desierto deja paso a una nueva pregunta sobre la esencia misma de los demócratas: escuchar el movimiento que ha llevado a Mamdani a la alcaldía de Nueva York –y seguir el análisis de Sanders–, o bien volver a las campañas condiciones materiales de la gente. La resurrección de los demócratas también ha supuesto la cristalización de las dos almas de la formación política y el reto de recordar que la lucha está en la Casa Blanca y no en los pasillos del partido.