Europa reacciona contra la homofobia de Orbán

El primer ministro húngaro tendrá que dar explicaciones ante el resto de líderes mientras edificios institucionales se tiñen de los colores LGTBI

La presidenta de la Comisión  Europa, Ursula von der Leyen, ayer.
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BruselasViktor Orbán tensa la cuerda. Con una semana de retraso, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha respondido este miércoles con contundencia a la ley que el Parlamento húngaro aprobó para prohibir hablar de homosexualidad en las escuelas o en programas de televisión infantiles. "Es una vergüenza", ha soltado la presidenta antes de anunciar la apertura de un proceso contra el gobierno húngaro. El líder ultraconservador tendrá que dar explicaciones este jueves en una cumbre europea en que se encontrará con una quincena de líderes que pidieron por escrito al ejecutivo comunitario que tome todas las medidas necesarias. Pero Orbán no afloja y a través de un comunicado ha replicado que lo que es "una vergüenza" son las declaraciones de Von der Leyen.

La contundencia de Von der Leyen no ha llegado hasta después de la presión ejercida por una quincena de gobiernos que le pidieron por carta que, como presidenta de la institución guardiana de los tratados de funcionamiento de la Unión, tomara medidas. "La ley discrimina a las personas por su orientación sexual, va en contra de todos los valores fundamentales de la Unión, de la dignidad humana y de la igualdad, y no renunciaremos a estos principios", ha dicho la alemana. El contexto y el momento, sin embargo, están jugando en contra de Orbán, que recibe cada vez más críticas públicamente. Queda menos de una semana para el día del Orgullo LGTBIQ+ y las selecciones nacionales de fútbol masculino de Hungría y Alemania se enfrentan este miércoles a las 21 horas en el estadio Allianz Arena en Múnich.

El conflicto llega al fútbol

El Ayuntamiento de la ciudad germánica había propuesto iluminar la Allianz Arena con los colores de la bandera LGTBIQ+ en señal de protesta contra la ley húngara, pero la UEFA se ha opuesto a ello, lo que ha desencadenado una oleada de reacciones de protesta. La Asociación Bávara de Lesbianas y Gays ha anunciado protestas ante el estadio y Amnistía Internacional distribuirá decenas de miles de banderas para los asistentes. Representantes políticos germánicos de todos los colores se han sumado a las críticas, como también lo ha hecho la misma Comisión Europea, a través del vicepresidente Margaritis Schinas: "Es muy difícil de entender lo que la UEFA intenta hacer yendo en contra de esta iniciativa. No encuentro ninguna excusa razonable", ha remachado.

Fuentes diplomáticas apuntan que en el contexto de la cumbre europea se emprenderá "alguna medida" al respeto. Desde el ámbito comunitario, las fuentes recuerdan que el edificio Europa donde se reúnen los líderes se ilumina de los colores del arcoíris cada vez que se acerca el día del Orgullo LGTBIQ+. "Por descontado, si recibimos cualquier propuesta responderemos", aseguran las mismas fuentes. Es de cara a la hora de la cena cuando se espera que las cabezas de estado y de gobierno de la Unión aborden la cuestión. El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, por su parte, sí que ha decidido recibir a Orbán con banderas LGTBIQ+ en todos los edificios de la institución.

El aviso de la Comisión

Antes de verse las caras, Bruselas ha hecho llegar por escrito el aviso a la ministra de Justicia de Hungría, Judit Varga. El comisario de Justicia, Didier Reynders, y el de Mercado Interior, Thierry Breton, firman una misiva en que enumeran todos los derechos y principios fundamentales que la ley húngara vulnera, como por ejemplo la prohibición de discriminación por razón de sexo y orientación sexual, el derecho a la libertad de expresión e información o el respecto a la vida privada y familiar. El texto presenta, pues, todas las objeciones legales a la legislación que todavía no ha entrado en vigor en Hungría. Pide explícitamente que se frene la aplicación de la ley. "Si entra en vigor, la Comisión Europea no dudará en emprender las acciones necesarias previstas en el Tratado de la Unión Europea", concluye la misiva.

El problema, sin embargo, es que Bruselas ha tardado demasiado a empezar a tomar estas medidas. O, como mínimo, así lo considera el Parlamento Europeo, que ha activado la vía para exigir a la Comisión que sancione a Hungría por incumplir los principios europeos. Hungría y Polonia hace tiempo que tensan las costuras de la Unión con leyes discriminatorias y vulneraciones del estado de derecho. El último ejemplo es el fondo de recuperación ante la pandemia del coronavirus, que bloquearon durante días porque la mayoría de países de la UE insistían en vincularlos al cumplimiento de los valores democráticos y del estado de derecho. A la práctica, Budapest y Varsovia tienen activado el artículo 7, que en último término puede dejar a los dos gobiernos sin derecho a voto en el Consejo, pero nunca se ha llegado hasta aquí porque, como admiten fuentes diplomáticas, esta vía no ha sido "satisfactoria" hasta ahora.

Todo ello ha acaparado la agenda de una cumbre europea en que los líderes europeos tienen sobre la mesa el pacto migratorio a petición de Mario Draghi, a pesar de que evitarán entrar en el fondo de la cuestión y se centrarán solo en la dimensión exterior (es decir, las relaciones con países terceros). Según el último borrador de conclusiones, los líderes condenarán los países que "instrumentalizan" a personas migrantes con propósitos políticos. El otro gran punto de la agenda es la relación con Rusia, que implicará un debate a fondo después de que Francia y Alemania hayan presentado a última hora una propuesta para reavivar el diálogo con Moscú.

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