El “caballo de Troya” de Orbán entra en la Eurocámara: xenofobia, 'Bella ciao' y Pegasus
El líder húngaro recibe críticas por su proximidad a Putin y su deriva antidemocrática
BruselasEl primer ministro húngaro, Viktor Orbán, se agrada en el pedestal. Se ha acercado con su talante panzacontento y medio socarrón, sabiéndose el centro de atención y de críticas. Más de 700 eurodiputados y cientos de periodistas llevan meses esperando que compareciera ante el Parlamento Europeo como dirigente del país que ostenta la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea. Y el principal líder de la extrema derecha y pro-rusa de la UE, aunque ha adoptado un tono más institucional de lo que suele gastar, no ha decepcionado a las expectativas y ha aprovechado para cargar duramente contra el bloque comunitario, sobre todo por el con respecto a la agenda ecologista y el reto migratorio.
Orbán tampoco ha sorprendido a la hora de mostrar su habitual xenofobia y ha vinculado sin miramiento alguno la entrada de inmigrantes con "un aumento del antisemitismo, la homofobia y la violencia de género". "Lo dicen los datos", ha insistido el líder ultraderechista, sin mostrar ningún dato ni aportar ningún argumento. Y, de hecho, el gobierno húngaro ha sido continuamente sancionado por la justicia europea por sacar adelante medidas contrarias a los derechos LGBTIQ+ y la igualdad de género. "Qué falta de coherencia", le espetó la portavoz del grupo socialdemócrata, Iratxe García.
Orbán también ha aprovechado el altavoz europeo para volver a criticar la agenda ecologista de la UE. En la misma línea que el global de la derecha y la extrema derecha, aseguró que la transición energética y limpia "impiden una política industrial eficiente" y que esto supone una losa contra la competitividad de la industria respecto a la de Estados Unidos o China. "Estamos perdiendo cuota de mercado en el sector del automóvil europeo y aún vamos a perder más", ha augurado el primer ministro húngaro, si bien las marcas de vehículos de la UE precisamente han quedado atrasados en la carrera del coche eléctrico.
Después de que Orbán terminara el discurso emulando el lema trumpista: "Make Europe great again", un grupo de eurodiputados ha empezado a cantar la canción partisana Hermosa ciao. Hasta que la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, lo ha detenido en seco. "¿Creen que esto es Eurovisión o La casa de papel? Respeten la dignidad de esta casa, por favor", ha pedido. Y, a continuación, ha sido el turno de la presidenta de la Comisión Europea, que ha centrado su intervención en la guerra de Ucrania.
Cara a cara entre Von der Leyen y Orbán
La presidenta de la Comisión Europea ha reclamado al primer ministro magiar contribuir en el apoyo de la UE a Ucrania, comparando la invasión rusa y la resistencia ucraniana con la revolución húngara de 1956 contra la Unión Soviética, lo que ha hecho encender a Orbán. "No manche el recuerdo de nuestros héroes", le respondió el líder de Hungría. Sin embargo, Von der Leyen remarcó "dirigiéndose directamente al pueblo húngaro" de que Hungría y la UE son una "familia" que comparten "historia y futuro". Y ha querido terminar el discurso con una arenga opuesta a la de Orbán. "Larga vida en Europa", ha exclamado entre aplausos de una parte mayoritaria de la bancada.
En la misma línea, el principal líder opositor de Orbán, el conservador Péter Magyar, recordó al primer ministro húngaro que su país "quiere formar parte del club occidental y europeo", y no del lado del régimen de Vladimir Putin. Así, le reprochó que facilite los permisos de residencia de oligarcas rusos en Hungría o que siempre nade a contracorriente en la UE y en la OTAN. "En 20 años, Hungría ha pasado a ser uno de los primeros de la clase a uno de los más pobres, y desde hace 14 años que usted tiene todos los poderes", le espetó Magyar.
El resto de grupos europarlamentarios, salvo la extrema derecha, ha tildado a Hungría de "régimen autocrático" y ha lamentado la deriva antidemocrática de Orbán, que actualmente es el líder europeo que lleva más años en el poder. Una de las más duras fue la portavoz de los liberales, Valérie Hayer, que calificó al estado húngaro del "caballo de Troya" de la extrema derecha dentro de la UE, y acusó a Budapest de acabar con la libertad de prensa y poner trabas a todos los opositores políticos, a los que recordó que espió con el programa Pegasus. "Por eso encadena mayorías absolutas y no está acostumbrado a plenos como los de hoy", aseguró Hayer.