Combates intensos en la región rusa de Kursk, donde el ejército ucraniano avanza

Kiiv"La ciudad de Sudja está bajo control de las fuerzas armadas de Ucrania", declara un soldado ucraniano del batallón 99 de la brigada 61, con la estación de gas con el logo de Gazprom al fondo, un punto estratégico que canaliza el gas ruso hacia Europa y está a sólo dos kilómetros del centro de la ciudad. Es la primera confirmación oficial de que tropas ucranianas han entrado en territorio ruso, después de cuatro días de combates intensos. Un anuncio que, hasta hace unos días, habría parecido inconcebible. El soldado ucraniano, con la voz serena, no sólo declara "la calma" en Sudja, sino que también lanza un deseo de "cielos en paz" antes de concluir con el tradicional grito de "Gloria en Ucrania!"

A estas alturas, las fuerzas ucranianas han extendido el control sobre casi 600 kilómetros cuadrados de territorio ruso y han alcanzado a más de una veintena de localidades. Estos datos, sostenidos por informes de funcionarios locales rusos y corresponsales de guerra, así como por análisis de fuentes abiertas, muestran un avance que pocos habrían previsto.

El vídeo, sin embargo, no aclara los objetivos finales de la operación ni el peso estratégico de la captura de la estación de gas para Kiiv. Algunos analistas sugerían este viernes que el avance a lo largo del gaseoducto podría haber sido una táctica para protegerse de posibles bombardeos, aunque Rusia podría explotar esta situación para chantajear y generar incertidumbre en los mercados energéticos. En paralelo, los medios rusos y canales de Telegram han encendido las alarmas sobre la posibilidad de que Ucrania cierre "las válvulas en Sudja". Los expertos ucranianos encuentran esa preocupación infundada.

Sobre el terreno, la situación dista de ser estable: tanques en los campos, vehículos calcinados en las carreteras y voluntarios repartiendo alimentos entre los civiles atrapados en el fuego cruzado. Este viernes, el ministerio de Defensa ruso finalmente reconoció los combates en las afueras de Sudja, y en la región de Kursk se ha declarado un estado de emergencia, primero a nivel regional y después a nivel federal. Ante las declaraciones ucranianas, el alcalde de Sudja, Vitali Slaxchev, negó la presencia de tropas enemigas: “Se está evacuando a la población, Sudja sigue siendo nuestra. Esto es todo lo que tengo que decir”.

Dudas en Moscú

Pese a las negaciones oficiales, parece que uno de los principales objetivos informativos de esta campaña, ya considerada la batalla clave del verano para el ejército ucraniano, ha sido alcanzado: las autoridades rusas aparecen desorientadas y vulnerables, incapaces de proteger sus propias fronteras. Los analistas coinciden en que ésta es la primera invasión en territorio ruso desde la Segunda Guerra Mundial; algunos subrayan la audacia de atacar una potencia nuclear, mientras que otros destacan el efecto de sorpresa operativa que Kiiv ha logrado generar.

Mientras tanto, Rusia sigue perdiendo soldados y equipos. La pasada noche empezaron a circular por canales de Telegram vídeos que muestran una columna militar rusa destruida, presuntamente atacada por las fuerzas armadas de Ucrania. En estos vídeos se ven decenas de cuerpos sin vida. El canal ruso Voienni Osvedomitel afirmó que la columna fue golpeada por misiles Himars, identificados por los restos del armamento, suministrado a Ucrania por Estados Unidos. Sin embargo, todavía no ha sido posible verificarlo.

En cuanto a la ambiciosa meta de la operación citada por los corresponsales militares rusos, que podría convertirse en una moneda de cambio en futuras negociaciones –la central nuclear de Kursk–, parece cada vez menos lejana. Los medios informan de que las autoridades rusas están preparando la planta para defenderla, mientras que blogueros militares aseguran que grupos móviles ucranianos se encuentran a unos 40 kilómetros de la central. La red regional rusa Bloknot informó de que, después del mediodía del viernes, las fuerzas de seguridad bloquearon las entradas en la planta nuclear de Kursk.

En cuanto a los objetivos militares relacionados con desviar la atención de las tropas rusas de los otros frentes, los resultados siguen siendo inciertos. Mientras algunos soldados ucranianos en el Donbás informan de una mejora en la situación en los últimos cinco días, otros afirman no haber notado cambios significativos. Las tropas rusas se acercan peligrosamente a la principal autopista del Donbás, cuya captura amenazaría las líneas de suministro del ejército ucraniano en todo el frente. Para la población civil, la situación sigue empeorando. Este viernes, las fuerzas rusas bombardearon a Kostiantínivka y destruyeron un supermercado y una oficina de Nueva Poshta. Ha habido 14 muertes y 43 heridos.