El ataque ruso

Escenas de dolor y huida con los primeros reservistas rusos llamados a filas

La movilización se nota sobre todo en las regiones periféricas y en pequeñas ciudades y no todos tienen experiencia militar

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Cartell para reclutar soldados a Russia

BarcelonaLos primeros reservistas rusos movilizados por el decreto que Vladímir Putin firmó el jueves ya han sido llamados a filas para ir a hacer la guerra en Ucrania. Minutos después del discurso televisado del presidente ruso, miles de funcionarios municipales han empezado a llevar las temidas cartas puerta a puerta. Algunos las han recibido en casa, otros en el trabajo o incluso los han parado por la calle. En la carta les indican el día que se tienen que presentar al cuartel más próximo a su localidad, y los que hace tiempos que no han ido al frente se tienen que someter a una revisión médica antes. Los hombres, cargados con bolsas y mochilas, han sido trasladados en autobuses (también escolares) a centros de entrenamiento antes de ser conducidos a Ucrania. Las escenas de madres, hijas y hermanas llorando mientras despiden a los reclutas han llenado las redes.

El portal Meduza explica cómo se ha producido el reclutamiento en Buriatia, en la zona sur central de Siberia, a unos 4.400 kilómetros de Moscú, donde los hombres subían a autobuses y recibían las primeras instrucciones de los mandos militares. Aunque Putin aseguró que la movilización sería "parcial" y que se limitaría a los hombres con experiencia militar, no queda claro que este requisito se cumpla. La mayoría de vídeos que han circulado en las redes son de pequeñas ciudades periféricas, y ya se oyen las voces que acusan al Kremlin de usar a las minorías como carne de cañón. La gente en las grandes ciudades como San Petersburgo, Moscú o Kaliningrado tiene más opciones para protestar. En Chechenia se han visto imágenes de centenares de jóvenes andando para dirigirse a los cuarteles. Según un diario local, los reclutas se han instalado en un cuartel muy cercano al lugar donde se celebran los funerales por los soldados muertos en Ucrania.

"Ya tengo cuatro hijos ahí [en Ucrania] y ahora se llevan a mi yerno", explicaba una mujer mayor de Ulan-Ude, la capital de Buriatia. "Le digo que explique a todo el mundo que tiene cuatro hijos, a ver si lo dejan irse", añadía.

Tampoco parece que se esté cumpliendo el requisito prometido por Putin de que solo enviará al frente a los reservistas con experiencia militar. Yanina Nimaieva, periodista de Buraitia, ha explicado que su marido, que trabaja en el departamento de emergencias de la capital regional, también ha sido movilizado a pesar de que nunca ha servido. Lo citaban a las cuatro de la madrugada para subir a un tren que tenía que llevar a los reservistas a la ciudad de Chita. La pareja tiene cinco hijos.

Los analistas alertan sobre el impacto de la militarización civil. "La última vez que hubo una movilización masiva en Rusia fue hace más de 50 años, y muchos funcionarios, incluidos los oficiales militares, simplemente no saben cómo tiene que funcionar. Habrá muchos excesos y muchas violaciones de derechos humanos. Esto solo generará rabia y emociones negativas", escribe la politóloga Margarita Zavadskaia.

Los que no quieren ir a luchar a Ucrania tienen dos opciones: esconderse o huir del país. La tercera, declararse objetor de conciencia, es un derecho reconocido en la Constitución rusa... que decae en tiempo de movilización, y los que lo hagan además se exponen a una pena de dos años de prisión.

Los hay que han optado por marcharse, cosa que por ahora no es ilegal. Uno de los países que está notando la huida de jóvenes rusos es Finlandia, que comparte más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia. Según la Guardia Fronteriza finlandesa, ayer (el día en el que Putin anunció la movilización) 4.824 rusos entraron en el país, un 53% más que el miércoles de la semana pasada. "Ayer el tráfico aumentó, pero la cantidad todavía es pequeña, si se compara por ejemplo con el fin de semana y, por lo tanto, no se trata de un incremento dramático", ha explicado el organismo al ARA. 

La primera ministra, Sanna Marin, ha admitido que la situación hace que se tenga que evaluar si han aumentado las amenazas a la seguridad. "Hay que hacerlo deprisa", ha dicho, a la vez que ha considerado que se tienen que restringir los visados turísticos para los ciudadanos rusos, como han hecho otros países fronterizos, como los bálticos. "Tenemos que poner fin a los viajes y al turismo rusos, cómo hacerlo es una cuestión más complicada", ha señalado. 

Después de que ayer Letonia avisara de que no daría asilo a los rusos que huyeran después del anuncio de movilización de Putin, este jueves Alemania ha afirmado que sí ofrecerá refugio a los desertores (cosa que, de hecho, prevé la ley internacional). "Cualquiera que se oponga con valentía al régimen de Vladímir Putin y que, por lo tanto, se ponga en peligro, puede solicitar asilo en Alemania por motivos de persecución política", ha dicho la ministra del Interior, Nancy Faeser.

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