Unión Europea

"Acuerdo histórico" sobre Gibraltar

La policía española y la gibraltareña efectuarán los controles fronterizos en puerto y aeropuerto, y la valla que separaba ambos territorios se mantendrá abierta

Albares, Šefčovič, Lammy y Picardo, felicitándose por el acuerdo, esta tarde de Bruselas.
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Bruselas / LondresAcuerdo entre España y Reino Unido sobre Gibraltar en Bruselas. Las partes han anunciado en un comunicado conjunto este miércoles que más de cinco años después del Brexit han cerrado un pacto que regula los controles fronterizos entre el Estado y el Peñón, el punto que había atascado hasta ahora el entendimiento a pesar de que hace ya más de cinco años del divorcio. Así pues, se confirma la retirada de los controles terrestres y que se mantendrá abierta la famosa valla que separaba el Peñón del Estado, y la policía española y la gibraltareña efectuarán los controles en el puerto y el aeropuerto. "Hemos alcanzado un acuerdo histórico y definitivo. Marca un antes y un después para la estabilidad y la cooperación entre Gibraltar y el Campo de Gibraltar", se ha congratulado el ministro de Exteriores español, José Manuel Albares, en una rueda de prensa conjunta -pero separada de las autoridades británicas- con el comisario europeo la encargado de Mar Šefčovič.

La cuestión más espinosa del acuerdo era quién controlaría las fronteras y finalmente se ha establecido que en el puerto y en el aeropuerto –en la práctica, frontera externa de la Unión– la policía española efectuará un control —como el cuerpo encargado de vigilar la entrada en el espacio Schengen— y la británica otro. Las personas que quieran entrar en el Peñón tendrán que pasar dos, pues. Ahora bien, tal y como han insistido las autoridades de todas las partes, la valla entre Gibraltar y el Estado se mantendrá abierta, como hasta ahora, y seguirá facilitando la circulación de los 15.000 trabajadores que entran a diario en el Peñón. Las mercancías que circulen también entre España y Gibraltar tampoco tendrán que pasar ninguna inspección.

Madrid ha preferido esta opción, que posibilita un "Gibraltar abierto en España", según fuentes diplomáticas conocedoras de la negociación, antes que enrocarse en cuestiones como la reclamación de la soberanía, que era un punto innegociable para Londres: la cuestión de la soberanía es especialmente relevante. Y si bien puede levantar acusaciones de rendición dentro de la oposición más ultra en España –y también en Reino Unido, por razones opuestas–, lo cierto es que la letra del pacto político –que ahora debe tomar forma jurídica– está articulada para que en ningún caso Marruecos pueda invocarlo con el objetivo de alzar la voz en sus tradicionales reivindicaciones. Ambas partes mantienen las reclamaciones de soberanía y afirman que el pacto nada cambia en este aspecto. En otras palabras, España reclama la soberanía de Gibraltar, pero Reino Unido no la cederá a menos que la población local lo quiera. Por tanto, Madrid adopta una vía pragmática. El beneficio económico de toda la zona del Campo de Gibraltar lo vale, considera el gobierno de Pedro Sánchez.

El acuerdo se ha anunciado tras el cuarto encuentro en año y medio en la capital belga entre el comisario europeo encargado de las relaciones de Bruselas con Londres, Albares y su homólogo británico, David Lammy, y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se felicitó también por la noticia: "Celebro la conclusión de las negociaciones sobre el futuro acuerdo entre la UE y Reino Unido sobre Gibraltar. Este acuerdo salvaguarda la integridad del espacio Schengen y del mercado único, al tiempo que garantiza estabilidad, seguridad jurídica y prosperidad para la red.

El nuevo contexto que ha permitido el acuerdo

El acuerdo entre España, Reino Unido y la UE sobre Gibraltar era el último detalle del Brexit que quedaba por cerrar y llevaba años del todo atascado, pero el regreso de un gobierno laborista al Reino Unido y la mejora de las relaciones entre Londres y Bruselas en los últimos meses ha contribuido a sellar el pacto. De hecho, la UE y el gobierno británico firmaron un entendimiento para un nuevo acercamiento post-Brexit el pasado 19 de mayo y Bruselas este martes dio un paso clave para abonar el terreno retirando Gibraltar de la lista de paraísos fiscales. Aparecer en este grupo de terceros países de la UE, aunque no implica sanciones, exige a las entidades financieras europeas aplicar más controles a las operaciones y transferencias efectuadas por entidades establecidas en el Peñón.

Fuentes diplomáticas españolas consideran el pacto como la culminación de un proceso de diversos acuerdos en todos los campos. Uno de los más destacados es el protocolo financiero, ya ratificado, y que obliga a Gibraltar a facilitar a España toda la información fiscal de la actividad en la zona. También obliga a que todas las empresas con sede en el Peñón, pero que tienen una mayoría de capital o de socios españoles, deban tributar en Madrid. "Gibraltar ya no supone riesgo fiscal alguno para España", aseguran estas mismas fuentes.

El cierre del pacto confirma su buen momento en las relaciones entre Madrid y Londres. El Reino Unido, de hecho, fue el principal inversor en el Estado el pasado año (12.000 millones de euros), un volumen de negocio que tiene contrapartida española en las islas por las numerosas empresas implicadas en el tejido productivo británico, con Indra, Acciona, Navantia y Dragados, entre otros. España, además, ve con muy buenos ojos una mayor implicación en la industria de la defensa del Reino Unido en unos momentos en los que el rearme del continente es una prioridad.

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