Alemania

Friedrich Merz, el canciller impopular

Después de cien días en la cancillería alemana, el dirigente conservador tiene menos apoyo que su predecesor Olaf Scholz

El canciller alemán, Friedrich Merz, en una reciente imagen en una reunión de gabinete.
Beatriz Juez
13/08/2025
3 min

BerlínEl canciller alemán Friedrich Merz no ha podido disfrutar de una luna de miel con sus compatriotas en los cien días que lleva en el poder. Merz no empezó su mandato con buen pie. Necesitó dos votaciones para ser elegido canciller el 6 de mayo; algo inédito en Alemania, tras una sorprendente derrota en la primera votación del Bundestag, la cámara baja del Parlamento alemán.

Merz no ha tenido el período inicial de gracia del que suelen disfrutar muchos políticos cuando llegan al poder. El 59% de los alemanes se muestra insatisfecho con el trabajo del canciller, según una encuesta del instituto Insa que ha realizado el diario Bild am Sonntag. Sólo el 30% se muestra satisfecho con su labor. El resto de los encuestados no se muestra ni satisfecho ni insatisfecho.

El canciller conservador es más impopular que su predecesor en el cargo, el socialdemócrata Olaf Scholz. Tras cien días en el cargo, el 43% de los alemanes se declaraban, en marzo del 2022, satisfechos con el trabajo de Scholz en la cancillería, mientras que el 41% se declaraban insatisfechos.

El gobierno de Merz, formado por una coalición entre los conservadores de la CDU-CSU y el Partido Socialdemócrata (SPD), también recibe una valoración negativa del 60% de los encuestados, mientras que el 27% están satisfechos con la labor del ejecutivo.

Si se compara con la coalición semáforo de Scholz –formada por el SPD, los liberales del FDP y los Verdes–, el gobierno que dirige Merz sale algo mejor parado que el anterior. El 28% considera que el trabajo del gobierno actual es mejor que el de la coalición semáforo, llamada así por los colores de los partidos que la integraban. El 24% la valoran como peor. El 38% no ven diferencias significativas. La coalición semáforo fracasó por sus constantes rencillas internas.

Promesas completas a medias

Al llegar a la cancillería, Merz prometió que reactivaría la débil economía alemana, sacaría a Alemania de la recesión y de la crisis industrial, combatiría el auge de la extrema derecha y detendría la inmigración ilegal. La coalición logró aprobar con relativa rapidez el paquete financiero para inversiones récord en infraestructura y defensa, y pactó endurecer la política migratoria. Pero el fracaso en la elección de tres nuevos jueces para el Tribunal Constitucional ha provocado tensiones en la coalición de gobierno.

Merz tampoco ha conseguido frenar el avance del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que gana terreno y se sitúa, con un 26%, por delante en intención de voto de la CDU-CSU, que cae al 24%, según una encuesta de Forsa.

"La gente debe notar en verano que estamos avanzando", dijo Merz en su primera declaración de gobierno en el Bundestag. Sin embargo, esto no ocurre. Sólo uno de cada cuatro alemanes (23%) se muestra optimista sobre que el canciller esté tomando las medidas adecuadas para el futuro, según una encuesta de Ipsos. Más de la mitad de los encuestados (53%) se muestran pesimistas, mientras que aproximadamente el 21% se declaran indecisos.

La verdadera prueba de fuego de la coalición entre conservadores y socialdemócratas está aún por llegar. En septiembre se aprobarán en el Bundestag los presupuestos y deberá resolverse la cuestión de los jueces del Constitucional.

Por otra parte, Merz ha estado más activo en política exterior que Scholz. Siguiendo la tradición de otros cancilleres alemanes, su primer viaje fue a París, para saltar a continuación a Varsovia. El canciller tiene mejor relación con el presidente francés, Emmanuel Macron, que Scholz, aunque las relaciones con Varsovia se han resentido a causa de devoluciones en caliente de solicitantes de asilo en la frontera común, lo que ha llevado al gobierno de Donald Tusk a restablecer temporalmente los controles fronterizos con Alemania.

Su encuentro en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue mejor de lo esperado, pero también ha encajado fracasos, como el ultimátum sin consecuencias que el canciller lanzó al presidente ruso, Vladimir Putin, al inicio de su mandato. Ahora bien, con la llegada de Merz a la cancillería, se ha reactivado el grupo E3, compuesto por Alemania, Reino Unido y Francia.

En cuanto a la cuestión palestina, Merz ha elevado el tono con Israel, aunque Alemania no prevé reconocer a corto plazo un estado palestino, a diferencia de Londres y París, que lo reconocerán en septiembre. El canciller alemán ha sido criticado dentro de su propio partido por suspender parcialmente la venta de armas a Israel que puedan ser utilizadas en la Franja de Gaza. La decisión fue recibida con estupefacción por la Unión Social Cristiana (CSU), la hermana bávara de la CDU, puesto que no había sido consensuada con ellos.

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