Reino Unido

El incendio de la Torre Grenfell de Londres fue "fruto de la codicia, la corrupción, la negligencia y la incompetencia"

El informe final de la comisión que ha investigado la tragedia de 2017 habla de "décadas de fracaso" de las autoridades reguladoras

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Una panorámica de la torre de Grenfell, vista desde un barrio vecino

LondresMás de siete años después del incendio de la Torre Grenfell de Londres, en la que murieron 72 personas, las conclusiones del informe final sobre los hechos son devastadoras: negligencia, falta de honestidad profesional, codicia, ausencia de una regulación y de controles adecuados, corrupción política de conservadores y laboristas, carencia de entrenamiento y preparación de los bomberos… El análisis de la comisión de investigación que en su día encargó la primera ministra Theresa May, publicada este miércoles, no ha dejado caña derecha. "Todas las 72 muertes habrían podido evitarse", se dice.

En el informe, de 1.700 páginas, el exjuez Martin Moore-Bick, el presidente de la investigación, hace responsable del infierno que se declaró a "décadas de fracaso" de las autoridades reguladoras, que ignoraron una serie de advertencias sobre el riesgo de incendios causados ​​por el tipo de recubrimientos de los edificios, en principio concebidos para un mejor aislamiento.

El primero de los informes es de 1991, y lo publicó el Parlament. Pero el gobierno del momento, como los que le siguieron, hizo caso omiso. Moore-Bick también destaca que el ministerio de Comunidades y Gobierno Local había recibido "numerosos avisos sobre los riesgos" que suponía el revestimiento con los materiales que se utilizaban en el periodo 2012-2017, sin embargo, se ignoraron.

Los reguladores, se asegura a las conclusiones, antepusieron "los intereses comerciales" por encima de la seguridad del edificio y han sido "cómplices" al permitir a los fabricantes "manipular" los datos sobre las pruebas de seguridad de los elementos utilizados en la construcción.

Los damnificados y los familiares de las víctimas siguen reclamando justicia. Y tras la difusión de las conclusiones exigieron a la Fiscalía "la presentación de cargos contra los culpables de la muerte de nuestros seres queridos", según la portavoz del grupo Grenfell United, Natasha Elcock. Pero, si llega, todavía tardará. Porque el análisis de la comisión investigadora no es jurídicamente vinculante.

Las víctimas también han exigido al primer ministro, Keir Starmer, que "rompa los viejos hábitos e implemente" las 58 recomendaciones del informe sin más demora. "Las recomendaciones publicadas hoy –ha dicho Elcock– son principios básicos de seguridad que ya deberían existir, lo que pone de manifiesto la forma en que el papel, los deberes y las obligaciones del gobierno se han ido vaciando [de competencias] por la privatización y se han creado vacíos a medida que el gobierno externalizaba sus funciones”. Una crítica demoledora en muy pocas palabras al desmantelamiento del estado, y las mencionadas privatizaciones, que empezó en el thatcherismo y que todos los gobiernos posteriores abrazaron.

El primer ministro, Keir Starmer, ha leído en el Parlamento una declaración tras la publicación del informe en el que reconocía implícitamente el carácter de la denuncia del grupo Grenfell United, y en el que admitía, también, las desigualdades enormes que la tragedia puso de relieve. "Grenfell es síntoma de un país donde las voces de la clase trabajadora y las de color han sido ignoradas repetidas veces. Un país donde los inquilinos de un bloque de viviendas sociales en una de las zonas más ricas del territorio [el distrito de Kensington y Chelsea] son ​​tratados como ciudadanos de segunda clase", ha dicho. Starmer, que también pidió perdón, aseguró que las empresas implicadas en el uso de materiales no ignífugos no tendrán más contratos del gobierno.

Todo ello, Grenfell es la historia de un fracaso sistémico de décadas que pone ante el espejo una sociedad y una clase política que en el 2017 prometió una rápida aclaración de los hechos para "aprender las lecciones" –frase recurrente del lenguaje político británico–, y evitar que se repitan en el futuro hechos similares. Pero todavía está llevando a cabo la sustitución de los materiales que causaron la tragedia en cientos de edificios de todo el país, y hace sólo unas semanas tuvo lugar un incidente en otro bloque de pisos en Londres que podría haber terminado igual. El de la Torre Grenfell, de 24 plantas, situada en el oeste de la ciudad, se registró en la madrugada del 14 de junio del 2017. Costó la vida a 54 adultos y 18 menores, de los poco más de 200 vecinos.

Malas prácticas y complicidades

El juez Moore-Bick indica que una de las razones muy significativas por las que la Torre Grenfell se revistió con materiales combustibles fue que los constructores "participaron en estrategias deliberadas y sostenidas para manipular los procesos de pruebas de los materiales, tergiversar los datos y engañar al mercado". Y, aún más grave: El Building Research Establishment, uno de los reguladores que debía velar por las condiciones de seguridad, "fue cómplice de esa estrategia".

Las autoridades fracasaron igualmente a la hora de ofrecer una asistencia adecuada a los vecinos que, de la noche a la mañana, se quedaron sin hogar. Moore-Bick ha puntualizado que "las víctimas fueron abandonadas a su suerte" por las administraciones, empezando por la local, que "debería haber tenido planes en marcha que le permitiera responder eficazmente a la emergencia". Moore-Bick también arremete contra los Bomberos de Londres, los arquitectos implicados en la reforma y la autoridad local.

Hasta ahora no ha habido ninguna imputación ni proceso judicial para depurar responsabilidades. A partir de ahora, las conclusiones serán analizadas por la policía y la fiscalía. Sin embargo, la justicia que piden los supervivientes no llegará, en el mejor de los casos, antes de dos años, hacia finales del 2026, cuando la policía cree que habrá podido evaluar el más de un millón de palabras del informe.

¿Qué ocurrió?
  • El primer aviso de un incendio en la torre Grenfell tuvo lugar a las 00:54 h, hora local. El vecino del apartamento 16 del cuarto piso informó a las emergencias de que se había declarado un fuego en la cocina. La investigación posterior determinó que el fuego fue causado por una nevera congelador defectuosa.

  • Seis minutos después de la primera llamada, los bomberos llegaron al sitio de los hechos. Pero las llamas se extendieron rápidamente desde el interior del edificio y se propagaron hacia el exterior, en la cara este de la torre. El revestimiento, apenas instalado como parte de una reciente reforma reciente, hizo de la construcción una antorcha con más de 200 vecinos en su interior.

  • La investigación también ha determinado que unos 30 minutos después de la llamada inicial, el fuego alcanzó el último de los 24 pisos del rascacielos, un ejemplo de vivienda social en un barrio del oeste de Londres –Kensington & Chelsea– muy acomodada, pero también muy mezclado socialmente. Desde el último piso, el fuego se propagó horizontalmente en el resto del edificio. El fuego subió 19 pisos en tan sólo 18 minutos, gracias al revestimiento.

  • En los pisos superiores del edificio se veía a los residentes llamando socorro frenéticamente desde las ventanas. Los pasillos y las escaleras interiores, que eran las únicas vías de escape, habían empezado a llenarse de humo y llamas. En el exterior, el revestimiento empezó a fundirse.

  • A las 02.33 de la madrugada, el fuego se extendió a tres lados del edificio. Los bomberos tenían dificultades para ir más arriba del piso 15. Los residentes –en una política que resultaría trágica– habían recibido un aviso de que estarían más seguros quedándose en el interior de los pisos. La llamada política de permanecer en el edificio fue revocada por los bomberos después de las 02:35 hora local. Los residentes recibieron instrucciones para salir de ella. Sin embargo, en ese momento unos 63 pisos estaban en llamas y más de cien personas permanecían en la torre.

  • A las 4 de la madrugada, el fuego había tragado completamente el exterior de la torre Grenfell. A partir de ese momento se perdió el contacto con los residentes por encima del piso 14º. Los bomberos continuaron con sus esfuerzos por contener el incendio, pero crecieron los temores de que toda la estructura se hundiera.

  • Cuando a las 5 de la madrugada ya había luz de día suficiente, se pudo captar la verdadera magnitud del desastre. La torre Grenfell había quedado reducida a un armazón de hormigón carbonizado. Un humo espeso aún salía de la estructura a las 08.07 horas de la mañana, cuando el último superviviente fue evacuado. 72 personas murieron en el peor incendio registrado en Londres desde la Segunda Guerra Mundial.

    Hasta ahora no ha habido ninguna imputación ni proceso judicial para depurar responsabilidades. No se espera que la policía pueda imputar a nadie hasta finales del 2026, una vez haya digerido las conclusiones del informe.

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