Inmigración

España y Marruecos convirtieron la valla de Melilla en una "trampa mortal"

Irídia, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos y Border Forensics sacan a la luz nuevas pruebas sobre las muertes de junio de 2022

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Una imagen grabada con el helicóptero de la policía española de los migrantes atrapados en el patio de la frontera bajo control marroquí.

BarcelonaEl día de San Juan de 2022 se escribió uno de los episodios más terroríficos de la historia de las fronteras españolas. Decenas de migrantes –23 según las autoridades marroquíes, 27 según las organizaciones defensoras de los derechos humanos– murieron en un paso fronterizo de Melilla atrapados entre las policías española y marroquí cuando intentaban entrar en la ciudad autónoma. Dos años más tarde, todavía hay setenta desaparecidos. Irídia, la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos (AMDH) y Border Forensics han hecho una reconstrucción de los hechos a partir de todas las imágenes disponibles (policiales, de la prensa, de activistas y de satélites) y de entrevistas con una treintena de testigos presenciales. La conclusión está clara: las muertes no fueron accidentales, sino "el resultado de una estrategia de las autoridades".

Las imágenes y los testigos acreditan que las fuerzas de seguridad marroquíes dirigieron, con la amenaza de la represión, a los migrantes hacia el paso fronterizo del Barrio Chino, donde tanto la policía española como la marroquí les atacaron con material antidisturbios , momento en el que se produjeron las primeras muertes, según los autores. "Después vinieron las palizas, perpetradas principalmente por las fuerzas marroquíes, tanto dentro del puesto fronterizo como contra quienes intentaron abandonarlo, y las fuerzas españolas les devolvieron violentamente [al lado marroquí de la frontera]", aseguran las entidades .

La documentación prueba que en esta segunda fase se produjeron la mayoría de muertes. Es justamente la franja horaria (entre las nueve de la mañana y las doce del mediodía) de la que los ministerios del Interior de Madrid y Rabat no han publicado las imágenes de los hechos. Así que quedan sólo los testigos de los supervivientes que describen todo tipo de abusos.

La investigación también documenta que, si bien los fallecidos se produjeron bajo custodia de los agentes marroquíes, todos se produjeron en territorio español. El ministro del Interior español, Fernando Grande-Marlaska, siempre lo ha negado.

Tal como en su día relataron algunos de los supervivientes en el ARA, fue el acoso de las fuerzas especiales marroquíes lo que desató el intento colectivo de salto, en el que participaron unas dos mil personas, la mayoría chicos jóvenes procedentes de Sudán y Chad. Las imágenes grabadas por los propios agentes marroquíes y también las de los supervivientes a los que tuvo acceso de AMDH, muestran cómo la policía del reino alauí asaltó los campamentos en los que malviven en la montaña del Gurugú, entre Nador y Melilla, e incluso prendió fuego a los alimentos que almacenaban.

Según uno de los testigos recogidos en la investigación, les dijeron: "Si no salís de aquí os dispararemos". De madrugada el grupo se puso en marcha, según dicen, guiados por otros migrantes que podrían ser informadores de la policía y que les recomendaron que no llevaran los zapatos deportivos equipados con ganchos, uno de los métodos que los migrantes utilizan recurrentemente para salvar la valla, una de las más altas de las fronteras europeas.

El grupo era visible, tal y como se documenta en las imágenes, pero la policía marroquí no actuó hasta que estaban junto a la valla. Los agentes marroquíes y la policía española se desplegaron en la zona a las seis de la madrugada, dos horas antes de que el grupo llegara a la frontera. "Los marroquíes pudieron detenernos, nos iban siguiendo, pero por desgracia tenían otro plan", relata en el informe Mahamad Daud, un joven sudanés de 25 años. Al llegar a la valla los recibieron con balas de goma y gases lacrimógenos.

Las imágenes de satélite acreditan que los migrantes fueron conducidos por la policía marroquí hasta la frontera y que el despliegue policial "permitió deliberadamente que se acercaran a la frontera y una vez allí, con la amenaza de represión, les dirigieron hacia el paso fronterizo del Barrio Chino", donde se produjo las muertes.

Trampa mortal

En el desastre habrían jugado un papel migrantes que actuaban como informadores de la policía marroquí a cambio de favores. "Como no teníamos ganchos [para saltar la valla] tuvimos que ir a la garita. No teníamos otra opción que intentar entrar por la puerta. Y entonces nos rodearon y pegaron. Fue culpa del Gawad que no tuviéramos los ganchos. Yo soy veterano y siempre habíamos intentado saltar las vallas, nunca se nos habría ocurrido entrar por la puerta, pero él nos hizo cambiar de plano. supervivientes que ha dado su testimonio a las ONG.

Reconstrucción del momento en que los migrantes llegaron al paso fronterizo del Barrio Chino

El paso fronterizo tiene dos zonas: junto a la valla hay un patio bajo control operativo de las fuerzas marroquíes, donde los migrantes quedaron atrapados y fueron atacados con material antidisturbios (balas de goma, gases lacrimógenos) y piedras, tanto por la policía española como la marroquí. "El uso intensivo de gas en un espacio confinado y el clima de pánico causaron las primeras muertes", concluye la investigación. "La explicación oficial dice que las muertes se produjeron por un alud de personas".

"Pero la actuación policial se caracterizó por un mal uso del material antidisturbios y las personas no tenían escapatoria", destaca Maite Daniela Lo Coco, investigadora del Centro de Derechos Humanos Irídia. "No es que murieran aplastados, es que se construyó una trampa, por el acorralamiento y por el uso de materiales antidisturbios", añade.

La propia Guardia Civil confirmó a la fiscalía que sus agentes utilizaron 86 botes y 41 aerosoles de gas lacrimógeno, 28 de gas, 65 pelotas de goma y que dispararon 270 salvas, durante toda la mañana, en la respuesta en el intento de salto. Las fuerzas marroquíes bloqueaban la salida del patio, mientras que las españolas impedían a los migrantes avanzar hacia la puerta que daba acceso a la parte de la valla bajo su control.

Localización de los migrantes, las fuerzas marroquíes y las españolas en el paso fronterizo del Barrio Chino

Sin imágenes policiales

Después, según el informe, empezaron las palizas de los marroquíes y las devoluciones en caliente por parte de las fuerzas españolas, que devolvían con violencia a los migrantes al lado marroquí de la valla, según acredita el informe. Un relato que se sustenta en los testigos de los supervivientes, porque de esos momentos no hay imágenes policiales, aunque un dron y un helicóptero españoles estaban transmitiendo imágenes en directo. En diciembre del mismo año, seis meses después de los hechos, la fiscalía española archivó su investigación, exonerando a los agentes, la Guardia Civil y el ministerio del Interior y atribuyendo las muertes a un alud humano.

"Después de examinar la información y los testigos disponibles es evidente que los supervivientes y las familias de los fallecidos pueden emprender medidas legales contra España y Marruecos", constatan las entidades, que reclaman una nueva investigación independiente. Irídia, AMDH y Border Forensics recuerdan que más allá de los hechos del 24 de junio de 2022, la violencia en la frontera de Melilla es "estructural" y que según la Organización Internacional de las Migraciones desde 2014 se han producido 900 muertes en las vallas que, por tierra y mar, separan a Marruecos de la colonia española.

Reconstrucción cronológica del salto
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