ParísEn el Elíseo, la derrota en la segunda vuelta de las elecciones legislativas se da por descontada. El presidente Macron no logrará ampliar su mayoría a la Asamblea Nacional, ni siquiera revalidarla. Las encuestas apuntan a que la coalición presidencial será la tercera fuerza y que la extrema derecha de Le Pen ganará las elecciones y será, por primera vez, el primer grupo parlamentario. Incluso si las proyecciones se equivocan, algo es cierto: Macron perderá más de la mitad de los actuales 250 diputados porque los candidatos que competirán en la segunda vuelta –teniendo en cuenta los más de 80 desistimientos habidos por el frente republicano– contra la extrema derecha–, no llegan a 250.
Con este panorama tan desolador, el presidente de la República ya se prepara para una cohabitación con un primer ministro de extrema derecha, que con toda probabilidad será el joven Jordan Bardella, la mano derecha de Marine Le Pen, si la extrema derecha alcanza una mayoría suficientemente amplia. La prensa francesa, citando fuentes del Elíseo, asegura que Macron prefiere este escenario que el de una Asamblea sin mayoría sólida que convierta a Francia en ingobernable.
Las mismas fuentes sostienen que el presidente se ha acabado convenciendo de que un primer ministro del Reagrupamiento Nacional (RN) puede "hacer abrir los ojos a los votantes del RN" y que se haga evidente la incapacidad de sus líderes. De esta forma, Macron podría desactivar la llegada de Le Pen al Elíseo en el 2027. "Cree que dándoles la mitad del poder hoy impedirá que tengan todo el poder dentro de tres años", resume una fuente citada por Le Monde. La alternativa es una gran coalición en la Asamblea contra la extrema derecha o un gobierno tecnócrata hasta la convocatoria de nuevas elecciones legislativas, que no podrían celebrarse dentro de un año.
Ola de nombramientos
En los últimos días, y especialmente en el último consejo de ministros antes de la primera vuelta, el jefe del estado ha hecho una ola de nombramientos en puestos clave de la administración y de empresas públicas, como el gobernador militar de París, el director de asuntos europeos del ministerio de Exteriores y tres embajadores, entre otros. El gobierno enmarca estos nombramientos en la rutina gubernamental.
Le Pen ha acusado al presidente a France Info de estar haciendo un "golpe de estado administrativo" por estos nombramientos, que, según la líder de la RN, "tienen como objetivo impedir que Jordan Bardella pueda gobernar el país a su manera". Según Marine Le Pen, "hay rumores" que afirman que el presidente también nombrará este miércoles a algunos cargos importantes como el director general de la policía o el de la gendarmería. "Teniendo en cuenta que son personas que dan lecciones de democracia a todo el mundo, es sorprendente que actúen de esta forma", espetó la líder de extrema derecha.
El Elíseo no ha tardado en reaccionar en un comunicado recordando a la líder de extrema derecha que la única persona con capacidad para nombrar a un primer ministro y un gobierno es el presidente de la República. Y que lo hará después de las elecciones legislativas. Bardella aún no es primer ministro. La misma nota también recuerda que cada semana existen nominaciones de cargos públicos y "especialmente en verano, independientemente del momento político".
Comisario europeo
En el último Consejo Europeo en Bruselas, el 27 de junio, el presidente de la República comunicó oficialmente a sus colegas europeos que Thierry Breton, actual comisario europeo de Mercado Interior, volverá a ser el candidato francés a la Comisión Europea. El nuevo ejecutivo europeo no tomará el relevo del actual hasta noviembre, pero Macron ha querido dejar cerrada su nominación antes de la hipotética llegada al gobierno de la RN. El nombramiento del candidato francés es una decisión que deben tomar conjuntamente el presidente y el primer ministro.
Entonces la líder de la RN ya protestó y advirtió a Macron de que la decisión "corresponde al futuro primer ministro, en caso de cohabitación". Marine Le Pen aseguró que si gana las elecciones legislativas, no apoyará la continuidad de Breton –que tiene doble nacionalidad, francesa y senegalesa– como comisario. Una de las promesas electorales más polémicas de la extrema derecha es impedir que las personas con doble nacionalidad accedan a sitios importantes y estratégicos de la administración.
Según Le Monde, Macron también ha maniobrado para que su antiguo consejero de asuntos europeos, Alexandre Adam, sea el jefe de gabinete de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en el nuevo ejecutivo comunitario. Sería la condición que habría puesto Emmanuel Macron a cambio de apoyar a Von der Leyen para que repita mandato.
210 renuncias para hacer funcionar el frente republicano
Mientras, el frente republicano sigue trabajando para intentar evitar una mayoría sólida del partido de Le Pen. Más de 210 candidatos del Nuevo Frente Popular (NFP) y la coalición del presidente Macron han renunciado finalmente a concurrir a la segunda vuelta. Son candidatos que habían quedado en tercera posición en su circunscripción y que se retiran para que los duelos estén entre sólo dos candidatos. De esta forma, el candidato que se enfrenta a uno del Reagrupament Nacional (RN) puede aglutinar todo el voto anti extrema derecha y tendrá más fácil vencer.
Este martes, de hecho, se ha cerrado el plazo para renunciar a la segunda vuelta y hasta el miércoles no habrá cifras oficiales, pero según el recuento de Le Monde, ha habido 218 desistimientos, de los que 131 son de la alianza de las izquierdas y 82 de la coalición de Macron. También desistieron, por otras razones, al menos 4 candidatos de la derecha y la extrema derecha.
El llamado frente republicano había generado reticencias por parte de algunos macronistas, que se habían negado a desistir si era para facilitar la elección de un candidato de La Francia Insumisa (LFI), partido liderado por Jean-Luc Mélenchon y considerado de izquierda radical. Sin embargo, la llamada del presidente de la República a construir el frente común contra Le Pen ha tenido bastante éxito. Según cifras no oficiales, sólo 25 candidatos macronistas que habían quedado terceros no renunciaron. La incógnita es ahora saber si el alud de renuncias para evitar las triangulares servirá de algo.