Macron tensa la cuerda con los golpistas de Níger y se niega a retirar al embajador
El presidente francés denuncia una "epidemia" de golpes de estado en el Sahel y alerta del riesgo "de debilitamiento" de Europa
ParísLa tensión entre Francia y Níger aumenta. Pese al ultimátum que el régimen militar que gobierna el país africano había dado en París para que retirara de Niamey a su embajador, el presidente Emmanuel Macron ha anunciado este lunes que no lo hará. Francia, al igual que los países de la Unión Europea, no reconoce el régimen militar que derribó a la fuerza al presidente del país, Mohamed Bazoum, a finales de julio. El ultimátum venció el domingo por la noche, pero el embajador continuará en su puesto pese a las presiones del nuevo régimen.
"Los golpistas no tienen autoridad", ha dicho contundente Macron en su reunión anual con los embajadores franceses de todo el mundo. La única autoridad que reconoce París es de la Bazoum, que fue elegido democráticamente en abril del 2021, y por ahora rechaza de lleno la retirada del cuerpo diplomático y de las tropas desplegadas en el país para controlar el terrorismo yihadista en la zona del Sahel. "Creo que nuestra política es la correcta. Se basa en el coraje del presidente Bazoum, en el compromiso de nuestro embajador en el terreno, que se mantiene pese a las presiones, pese a todas las declaraciones de autoridades ilegítimas", ha subrayado.
Tal como ocurrió en Burkina Faso y en Mali, el nuevo régimen y los ciudadanos que le apoyan exhiben un fuerte sentimiento anti-Francia, país que es visto como una potencia colonial en África. Desde el golpe de estado de julio, miles de nigerinos pro régimen militar se han manifestado ante la embajada francesa en la capital, Niamey. El domingo por la noche una protesta para pedir la retirada de las tropas francesas del país tuvo lugar cerca de la base militar francesa en Níger. El día antes, unas 20.000 personas se habían manifestado contra Francia en el mayor estadio de fútbol del país.
No a las críticas de "paternalismo"
Sin embargo, Macron ha pedido este lunes "no ceder ante la narrativa utilizada por los golpistas que consiste en decir que el enemigo es Francia" y ha rechazado las críticas de "paternalismo" al tiempo que ha hecho un llamamiento a los gobiernos africanos a hacer una " política responsable". El presidente francés también ha dejado claro que está dispuesto a apoyar una acción militar contra los golpistas de Níger cuando lo decida la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (Cedeao). "Ni paternalismo ni debilidad", ha afirmado.
La llegada al poder del régimen militar, abiertamente contrario a la presencia de Francia en Níger, es un nuevo revés para Occidente, que pierde uno de los últimos aliados en África occidental, pero especialmente para Macron. Occidente ve cómo la inestabilidad política crece en el Sahel –una zona clave para la lucha contra el terrorismo yihadista– a la vez que los países de la zona dan la espalda a Francia, que tiene muchos intereses en la zona, como los energéticos: buena parte del uranio que utilizan las centrales nucleares francesas para poder funcionar proviene de Níger.
"Epidemia" de golpes de estado
El inquilino del Elíseo, que ve con impotencia cómo los golpes de estado se multiplican en países donde están desplegadas tropas francesas, ha denunciado una "epidemia" de rebeliones militares que, según Macron, debilitan al Sahel. "La debilidad que algunos han mostrado respecto a los ataques anteriores ha alimentado las tendencias regionales. Existe una epidemia de golpes de estado en todo el Sahel", ha afirmado el jefe de estado francés.
Níger, uno de los países más pobres de África, sufrirá represalias por el golpe: la ONU decidió suspender su programa de ayuda humanitaria que beneficiaba a 4,3 millones de personas. "El problema de los nigerinos de hoy son los golpistas, que les están poniendo en peligro porque abandonan la lucha contra el terrorismo, porque abandonan una política económicamente buena para ellos y están en proceso de perder toda la financiación internacional que les permitía salir de la pobreza", ha advertido Macron.
Fracaso de la política exterior francesa
Tras la expulsión de las tropas francesas de Burkina Faso y también de Mali, París había optado por mover una parte de los soldados en Níger y Chad. Si la situación política en Níger no cambia, Macron podría verse obligado a retirar las tropas también de ese país. También había tenido que irse de la República Centroafricana, país que se convirtió en el laboratorio del desembarco de los mercenarios de Wagner en el continente. Todo ello certifica el fracaso de la política exterior francesa en África y especialmente en el Sahel. El presidente francés ha intentado en los últimos meses cambiar el enfoque de su política con el continente africano para enterrar el colonialismo y actuar con mayor "humildad" –al menos es lo que prometió–, sin que se vea debilitada su influencia. Sobre todo ahora que Rusia y China pugnan por tener más presencia y poder en la zona.
En el contexto actual, "hay un riesgo de debilitamiento de Occidente y especialmente de nuestra Europa", admitió Macron. En su intento de no perder influencia en África, el presidente de la República realizó en marzo una gira africana en la que reivindicó "una nueva relación equilibrada, recíproca y responsable" y anunció que el número de soldados en los países africanos se reduciría a la vez que se fortalecerían los lazos económicos y culturales. Pero el golpe de estado en Níger vuelve a echar por tierra sus planes.