Alemania

"¿Por qué tu madre tiene un número de teléfono en el brazo?"

80 años después de la liberación del campo de concentración nazi de Auschwitz, los supervivientes y sus familias reivindican su memoria

Albrecht Weinberg, superviviente del Holocausto, en la Escuela Judía de Leer.
Beatriz Juez
26/01/2025
3 min

Berlín"¿Por qué tu madre tiene un número de teléfono en el brazo?". Es la pregunta que la psicoterapeuta británica Maya Lasker-Wallfisch ha tenido que enfrentar en más de una ocasión cuando otras personas veían el número que le tatuaron en el brazo a su madre, superviviente del Holocausto, en el campo de concentración de 'Auschwitz. Su madre, Anita Lasker-Wallfisch, de 99 años, era violonchelista y formó parte de la Orquesta de Mujeres de Auschwitz. "Decía que los nazis no pudieron destruir la música. Lo intentaron, pero no pudieron", explicaba en Berlín la psicoterapeuta, que se ha especializado en el tratamiento del trauma transgeneracional, unos días antes de la conmemoración del 80 aniversario de la liberación de Auschwitz.

Tras la liberación de Europa, y del fin del dominio nazi, Anita emigró a Inglaterra y fue una de las fundadoras de la Orquesta de Cámara Inglesa de Londres. En 1997, la violonchelista de Auschwitz publicó sus memorias con el título Inherido a truth [Herita la verdad]. Para superar sus traumas, Maya empezó a escribir cartas a sus abuelos asesinados por los nazis, una forma de crear un diálogo con el pasado. La psicoterapeuta ha publicado dos libros en Alemania que cuentan su historia.

Junto con su madre, Maya trabaja para mantener viva la cultura de la memoria histórica y la lucha contra el antisemitismo. "Creo que hay un deseo de poner punto y final cuando los últimos supervivientes, de los que mi madre forma parte, ya no estén físicamente en este mundo –lamenta Maya–. Estoy aquí tanto por mi madre como por mí misma, porque a través de las palabras ella me ha pasado el testigo para que se siga explicando qué fue el Holocausto", dice la psicoterapeuta.

El reto de mantener viva la memoria

Mantener viva la memoria de la Xoà [la catástrofe de los judíos] es lo que también intenta el superviviente judío Albrecht Weinberg. Sus padres fueron asesinados en Auschwitz. Su hermano Dieter, su hermana Friedel y él sobrevivieron al Holocausto. Frente a la casa familiar en Rhauderfehn (en el noroeste de Alemania) hay cinco stolpersteine, las placas de latón situadas en el suelo que homenajean a las víctimas del Holocausto. Su hermano Dieter murió en 1947 en un accidente. Albrecht y Friedel emigraron en 1947 a Estados Unidos y vivieron 60 años en Nueva York. Habían jurado que nunca volverían al país que asesinó a parte de su familia. Pero en 2012 tuvieron que volver porque Friedel estaba enfermo y no podía hacer frente a los altos costes médicos en Estados Unidos. Su hermana falleció en marzo del 2012 en una residencia de ancianos a 20 kilómetros de lugar en el que nació. Tenía 88 años.

Albrecht, que en marzo cumplirá 100 años, lleva tatuado en el antebrazo el número 116927 del campo de Auschwitz, aunque con el paso del tiempo el tatuaje ha perdido color. En su clase, en la antigua Escuela Judía de Leer, este superviviente del Holocausto explica con todo tipo de detalles las vicisitudes de su familia en la Alemania nazi y el calvario por el que pasó a los tres campos de concentración donde estuvo antes de que los británicos le liberaran. Ochenta años después de la liberación de Auschwitz por parte del ejército soviético, Albrecht considera que es importante seguir contando, hasta que todavía tenga fuerzas, su historia y la de su familia a las nuevas generaciones "porque el recuerdo [del Holocausto] no se desvanezca como el número de mi brazo", tal y como recoge el título de su autobiografía.

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