OTAN

La OTAN entrena soldados desactivando bombas olvidadas en el fondo del mar

Estos ejercicios, que se llevan a cabo desde hace diez años, son esenciales para evitar posibles sabotajes en un hipotético conflicto con Rusia

BarcelonaLa OTAN llevó a cabo en el 2014 los primeros ejercicios para entrenar a sus soldados en el mar Báltico y, al mismo tiempo, contribuir a la desactivación de las decenas de miles de artefactos, munición y artillería sin explotar que existen en el fondo marino. Estos ejercicios, que desde entonces se realizan anualmente, han tomado cada vez más relevancia en un contexto geopolítico de tensiones bélicas crecientes en Europa. En las tareas suelen participar Estonia, Letonia, Lituania y otros países de la alianza que varían dependiendo del año.

Este año los ejercicios se han realizado en Liepaja, en el este de Letonia y, más allá de los tres países bálticos, también han participado Países Bajos, Estados Unidos y Alemania. Durante los primeros días de las actividades de entrenamiento, que se alargaron hasta el 2 de agosto, los 50 soldados especializados que han participado en los ejercicios pudieron recuperar más de 100 artefactos sin explotar. En declaraciones al ARA, el investigador senior y director del Centro para la Seguridad y la Investigación Estratégica de la Academia de Defensa Nacional de Letonia, Tom Rostoks, detalla que "puede haber algunas minas, pero la mayoría son obuses de artillería de 150 milímetros que pesan bastante, unos 100 kilos más o menos".

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Rostoks destaca que "en la búsqueda de estos artefactos, los buceadores practican sus habilidades y trabajan junto con buceadores de otras naciones". Con las mejoras tecnológicas, los equipos utilizan también robots controlados remotamente, pero, "aunque son muy útiles, es indispensable la implicación humana", indica Rostoks, quien explica que los ejercicios se centran en limpiar puertos y áreas cercanas a la cuesta, donde los buceadores tengan acceso. En los casos en que el material se encuentra demasiado cerca de la costa y es demasiado peligroso colocar las cargas explosivas y llevar a cabo la detonación controlada, los equipos trasladan los artefactos mar adentro, aunque mover los artefactos sea muy peligroso.

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Durante la Segunda Guerra Mundial, el mar Báltico fue el escenario de numerosos enfrentamientos y miles de artefactos de munición terminaron en el mar, algunos sin detonar. Al finalizar la guerra, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la URSS informaron de que habían encontrado un total de unas 300.000 toneladas de material de guerra, con compuestos químicos peligrosos, en las diferentes zonas de ocupación en Alemania, tal y como detalla en un informe la comisión de protección del medio marino del Báltico. Según especifica el mismo informe, mientras las autoridades alemanas e inglesas vertieron el material en el estrecho del Skagerrak, que separa Suecia y Dinamarca, gran parte de las existencias encontradas en la zona de ocupación soviética fue vertida al mar Báltico en ser considerado el sitio más seguro y de más fácil acceso.

A pesar de la extrema dificultad de saber con exactitud el número total de artillerías y material de guerra sin explotar, el vicealmirante Gaidis Zeibots, antiguo comandante jefe de las Fuerzas Armadas de Letonia, aseguró en el canal de televisión lituano TV24 que "en el mar Báltico todavía contamos entre 40.000 y 50.000 minas sin explotar de la Primera y la Segunda Guerra Mundial". La acumulación de armamento, minas y productos de guerra químico ha hecho que el mar Báltico sea uno de los más contaminados del mundo, pero ninguna zona está más minada que las aguas cerca de Tallin, en Estonia. Durante la Segunda Guerra Mundial, la ciudad fue la puerta de entrada a San Petersburgo –entonces llamada Leningrado– ya la flota báltica de la Unión Soviética. La acumulación de artefactos también ha convertido al báltico en uno de los mares más peligrosos del mundo. En 2005 tres pescadores holandeses murieron tras enrollar accidentalmente una bomba americana, que después explotó.

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Con el inicio de la guerra en Ucrania y el aumento de la hostilidad entre Rusia y Occidente, estos ejercicios son más importantes. Rostoks, que es también investigador senior en seguridad en la región báltica, detalla que, en un hipotético conflicto con Rusia, "es muy probable que los rusos intenten utilizar sus propios ojos, operarios y buceadores con fines de sabotaje". "Y los buceadores tendrían ganas de encontrar estas minas en el mar", sentencia el investigador. La ubicación de los ejercicios de este año no es irrelevante, "parte de la razón por la que este año tienen lugar en la parte occidental de Letonia es porque, si existe un conflicto militar importante con la OTAN y Rusia, habrá mucho tráfico naval en el mar Báltico y despliegues militares hacia la parte oriental de los estados bálticos para reforzar la presencia de la OTAN y poder entregar equipamiento y munición a las fuerzas aliadas", explica Rostoks.