El quinto primer ministro francés que pliega en dos años: ¿y ahora qué?
El presidente Macron puede nombrar a un nuevo jefe del gobierno o convocar elecciones legislativas anticipadas
Barcelona/ParísSébastien Lecornu ha decidido plegarse como primer ministro de Francia. Lo ha hecho al día siguiente de haber nombrado al nuevo gobierno galo y tan sólo 27 días después de acceder al cargo. Unas cifras de récord en la historia del país, que ya ha visto cruzar a cinco primeros ministros en menos de dos años. ¿Qué pasará ahora? ¿Por qué los jefes de gobierno terminan dejando el cargo? ¿Qué opciones tiene el presidente Emmanuel Macron?
¿Quién elige al primer ministro?
Lo primero a tener en cuenta es que Francia es una república semipresidencialista. Esto significa que, por un lado, los ciudadanos votan directamente a su presidente, que es elegido mediante doble vuelta y para los próximos cinco años. Actualmente, el presidente y jefe de estado es Emmanuel Macron, que en abril de 2022 fue reelegido en el cargo e inició así su segundo mandato.
El presidente, que también es el jefe de las fuerzas armadas, es la máxima autoridad del país. Y es él el encargado de elegir y nombrar al primer ministro y, a propuesta de éste, a los miembros del gobierno francés. Desde mayo del 2022 Macron ha nombrado ya a cinco primeros ministros que han acabado plegando: Élisabeth Borne, Gabriel Attal, Michel Barnier, François Bayrou y Sébastien Lecornu.
¿Por qué vuelve a caer el gobierno francés?
El motivo principal por el que han dimitido los últimos primeros ministros es la composición de la Asamblea Nacional, en la que Macron no tiene mayoría y que tiene poderes para derribar al primer ministro, principalmente a través de una moción de censura o un voto de confianza. Las elecciones legislativas del año pasado, donde se renovaron los 577 diputados de la cámara baja francesa para los siguientes cinco años, dejó una Asamblea muy fragmentada, con una situación inédita en la V República: ningún grupo dispone de una mayoría clara, lo que obliga a buscar mayorías con los votos de diferentes fuerzas y complica la formación del gobierno, que teóricamente debe ser un reflejo de la mayoría parlamentaria.
A grandes rasgos, la Asamblea se divide en tres grandes bloques: la izquierda, el que agrupa el centro y la derecha, y el bloque de la extrema derecha. Ninguno de los tres tiene una mayoría sólida pero sí sí si el de la izquierda y la extrema derecha suman sus votos. En este segundo mandato, Macron apostó siempre por primeros ministros del bloque de centroderecha, que acabaron tumbados por la izquierda y la extrema derecha. En la actual Asamblea, los partidos de izquierda suman más de 190 diputados, la extrema derecha dispone de 138 diputados y la coalición de Macron, Ensemble (en catalán significa juntos), 150. Macron también ha buscado el apoyo de la derecha tradicional francesa, ahora agrupada bajo la marca de Els Republicans, pero ésta sólo dispone de 46 diputados en la Asamblea Nacional.
¿Qué opciones tiene ahora Macron?
A partir de ahí, el presidente Macron tiene varias opciones sobre la mesa. Por un lado, podría elegir a un nuevo primer ministro y encargarle la formación de un nuevo gobierno. Pero la dificultad es encontrar a una figura que no sea censurada. Que haya habido tantos primeros ministros en su segundo mandato indica que no es fácil. Y aquí podría mirar una vez más hacia la derecha, volver a apostar por un macronista, o confiar en un nombre de la izquierda, una opción reivindicada ampliamente por los partidos del bloque progresista. El problema es que también podría ser rápidamente censurado. Una alternativa -poco probable- sería nombrar a un gobierno tecnócrata, que conduzca al país hasta las próximas elecciones.
Por otra parte, y ante las dificultades de nombrar a un primer ministro que dure en el cargo, Macron también tiene poderes para disolver la Asamblea Nacional, convocar elecciones legislativas anticipadas y dejar en manos de las urnas una mayoría parlamentaria alternativa, un mecanismo que sólo puede utilizar una vez al año. Ésta sería una opción arriesgada para Macron, especialmente ante la actual crisis política y económica que vive Francia, ya que podría castigar aún más la representación de su partido en la cámara. La celebración de elecciones legislativas podría dar la victoria a la extrema derecha.
El último escenario es la dimisión del presidente Macron, que comportaría la convocatoria de elecciones presidenciales en primer lugar y, probablemente, de legislativas después. La Asamblea Nacional también podría destituir al presidente y, de hecho, el partido considerado de izquierda radical, La França Insumisa (LFI), ha presentado una moción de destitución. Sin embargo, el procedimiento es complejo y es altamente improbable que prospere.