Macron acepta la dimisión de su gobierno pero le mantiene en funciones

El presidente quiere evitar que la Asamblea tumbe al ejecutivo y garantizar que dispone de los votos de los ministros

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Gabriel Attal y Emmanuel Macron en las celebraciones del 14 de julio.

ParísLos Juegos Olímpicos de París, que comienzan en poco más de una semana, se celebrarán con un gobierno francés en funciones. El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, ha aceptado este martes por la tarde la dimisión del primer ministro, Gabriel Attal, y de su gobierno. El ejecutivo estará en funciones hasta que exista un nuevo gobierno. Macron había rechazado la dimisión de Attal la semana pasada, pero finalmente ha decidido aceptarla por una cuestión puramente táctica: evitar que se vote una moción de censura contra el gobierno –no se puede derribar a un ejecutivo en funciones– y que los ministros puedan votar en la sesión constitutiva de la Asamblea, prevista para este jueves, para elegir al nuevo presidente de la cámara.

La normativa prohíbe que los miembros del gobierno que son diputados voten en la Asamblea. En el nuevo hemiciclo, 17 de los ministros y ministros delegados son también diputados macronistas. Con mayorías tan poco claras, Macron necesita esos 17 votos para intentar conseguir que la presidencia vuelva a caer en manos de su formación, Renacimiento. Aspira a que Yaël Braun-Pivet repita en el cargo. Según la interpretación que Macron hace de la norma, sí que pueden votar si el ejecutivo está en funciones.

En cualquier caso, lo que parece claro es que la Asamblea no puede derribar a un gobierno en funciones. La maniobra del presidente garantiza que durante los Juegos Olímpicos haya un ejecutivo, algo importante si se tiene en cuenta que es un acontecimiento mundial que plantea un reto enorme en cuestiones de organización y seguridad. Francia, además, se encuentra en el mayor nivel de alerta terrorista.

Tensión a la izquierda

Las negociaciones para poder formar una mayoría suficientemente amplia en la Asamblea para nombrar a un primer ministro van muy lentas. Los partidos del Nuevo Frente Popular (NFP), la alianza de las izquierdas, llevan días debatiendo –sin ponerse de acuerdo– el nombre del primer ministro que propondrán al presidente de la República. La tensión entre los partidos es tan evidente que La Francia Insumisa, el partido de izquierda radical liderado por Jean-Luc Mélenchon, ha asegurado que se retira de las conversaciones. Sin embargo, los socialistas anunciaron este martes que la NFP acordó el nombre de su candidato a presidir la Asamblea, que no desveló.

Los cuatro partidos –los insumisos, los socialistas, los ecologistas y los comunistas– también han hecho un llamamiento a través de una carta a hacer un cordón sanitario en la Asamblea para evitar que la extrema derecha de Marine Le Pen, Reagrupamiento Nacional (RN), obtenga un puesto en la mesa. La llamada de la izquierda ha enervado a Le Pen. "Todos están unidos, pero sólo en el odio a la democracia, al pluralismo ya casi el 40% del pueblo francés", ha escrito la líder del RN en X.

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