Francia

Le Pen tumba al gobierno y aboca a Francia a la ingobernabilidad

La Asamblea censura al ejecutivo de Barnier con los votos del bloque de izquierdas y de la extrema derecha

Marine Le Pen durante el pleno en el que debe votarse una moción de censura contra el gobierno de Barnier.
04/12/2024
3 min

ParísEl gobierno de Michel Barnier pasará a la historia como el más breve de la V República. La Asamblea Nacional francesa ha aprobado este miércoles la moción de censura contra el primer ministro y su ejecutivo con los votos de los partidos del bloque de izquierda –socialistas, la Francia Insumisa (LFI), los ecologistas y los comunistas, principalmente– y los de la extrema derecha de Marine Le Pen. Barnier y sus ministros están ahora obligados a dimitir. La moción presentada por el Nuevo Frente Nacional ha salido adelante con 331 votos, muy por encima de los 288 que se necesitaban para que la moción prosperara.

Con la caída del gobierno sólo tres meses después de su nombramiento y con una Asamblea sin mayorías sólidas, Francia se ve abocada de nuevo a la inestabilidad ya la ingobernabilidad. Menos de seis meses después de las elecciones legislativas, el país vuelve a la casilla de salida: el presidente de la República debe buscar un nuevo primer ministro. La tarea no será fácil: dado que ni los macronistas ni los conservadores tienen mayoría en la Asamblea, los partidos de la oposición, si se unen los votos de izquierda y extrema derecha, pueden volver a tumbar al ejecutivo. "Emmanuel Macron es el gran responsable de la situación actual", aseguró Le Pen tras la votación.

Ahora Macron tendrá que tomar una decisión: volver a apostar por un gobierno conservador, con equilibrios similares a los del gobierno de Barnier, o abrirse a negociar con el bloque de izquierdas. Partidos del Nuevo Frente Popular reclaman al presidente que se avenga a negociar con ellos, los ganadores de las elecciones de julio. Los ecologistas proponen "un pacto republicano transitorio" para salir del bloqueo, con un gobierno con ministros de izquierda pero también del bloque central. Las pistas que hay sobre la mesa apuntan hacia otra dirección: Macron volvería a estar buscando a un nuevo primer ministro conservador.

La izquierda pide la dimisión de Macron

El líder de los insumisos, Jean-Luc Mélenchon, que no es diputado, acudió este miércoles a la Asamblea Nacional para asistir al pleno y habló de "jornada histórica". El líder de LFI es uno de los políticos que ha reclamado con mayor insistencia la dimisión del presidente de la República para salir de la crisis, un extremo que Macron también ha negado insistentemente.

Se presentaron dos mociones de censura después de que Barnier decidiera utilizar el artículo 49.3 de la Constitución, que permite dar luz verde a leyes sin someterlas a votación en la Asamblea, para aprobar la partida de la Seguridad Social de los presupuestos de 2025. El gobierno no había encontrado el apoyo parlamentario suficiente para poder sacar adelante la primera pata de los presupuestos. Ahora el proyecto de presupuestos quedará en papel mojado, lo que supone un problema añadido para el país.

Barnier advirtió de una "tormenta" financiera si sacaba adelante la moción porque Francia necesita los nuevos presupuestos para calmar a los mercados. El déficit y la deuda están disparadas y la prima de riesgo también ha crecido en las últimas semanas. Sin presupuestos no habrá medidas de ahorro. Sin embargo, el bloque de izquierdas desdramatiza la situación y niega que la caída del gobierno suponga un "caos" económico. "El caos ya estaba ahí", ha dicho durante el debate el insumiso Éric Coquerel, que ha hecho referencia a la ola de despidos de grandes empresas en los últimos meses. "El barco de Barnier ya se estaba hundiendo", ha insistido.

La líder del Reagrupament Nacional, después de haber promovido la caída de Barnier, se ha mostrado conciliadora. A diferencia de Jean-Luc Mélenchon y France Insoumise, Marine Le Pen ha dicho que no exigirá la dimisión del presidente Macron, aunque le considera "en gran parte responsable de la situación actual". Además se ha comprometido ahora a "dejar trabajar" al futuro primer ministro para rehacer los presupuestos y hacerlos "aceptables para todos".

Francia no sólo se encuentra abocada de nuevo a la ingobernabilidad, sino que está ante una situación casi inédita. En la V República sólo una vez, en 1962, la Asamblea votó una moción de censura contra el gobierno. El resto de veces que se han votado mociones –unas sesenta– nunca han prosperado. En la de este jueves, el ejecutivo de Barnier ha sido censurado por buena parte del arco parlamentario, algo que ilustra el poco peso que tienen en la Asamblea los partidos del gobierno, macronistas y conservadores.

Tras la aprobación de la moción de censura, el presidente de la República ha guardado silencio, pero el Elíseo ha anunciado que este jueves por la noche se dirigirá a los franceses en una alocución que emitirán radios y televisiones. Podría dar alguna pista sobre su intención de nombrar a un gobierno lo más rápido posible.

Barnier, el negociador que no ha podido dominar a Le Pen

El primer ministro francés más breve de la historia de la V República, Michel Barnier, llegó al gobierno con un currículo casi impecable. Había sido ministro en cuatro ocasiones, pero sobre todo destacaba su papel de negociador europeo del Brexit, seguramente el dossier más complicado que nunca ha tenido entre manos la Unión Europea. Barnier demostró su capacidad de negociar y su talante conciliador. El nombramiento como primer ministro de un gobierno que no tiene, ni de lejos, mayoría parlamentaria y donde la extrema derecha tiene más peso que nunca, parecía darle miedo.

Barnier sabía que la tarea que le había encomendado Macron no era sencilla, pero quizá no contaba con que la líder de la extrema derecha, Marine Le Pen, no tenía ninguna intención de negociar con el gobierno. Ni los presupuestos ni cualquier otra ley. Para ella, Barnier era sólo un peón en su camino para intentar llegar al Elíseo. El gran negociador Barnier no pudo con Le Pen.

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