Un ataque a gran escala en Kiiv deja 23 muertes y provoca la indignación europea

La capital sufre el impacto de misiles y drones en más de veinte lugares; decenas de heridos y la sede de la UE y del British Council, también dañados

Veinas de uno de los edificios que fue impactado por un ataque de misiles y drones rusos, en Kiev, Ucrania, el 28 de agosto de 2025.
Ara
29/08/2025
5 min

BarcelonaLa cifra de fallecidos en el ataque combinado de drones y misiles rusos sobre Kiiv del jueves ascendió a 23, según informó el gobernador militar de la ciudad, Timur Tkachenko, en su cuenta de Telegram. No precisó si entre ellos hay algún menor de edad. Estas nuevas víctimas se suman a las anunciadas el jueves, entre ellas cuatro niños y 63 heridos (11 niños). Treinta y cinco de los heridos, incluidos seis niños, han tenido que ser hospitalizados. El balance de víctimas mortales podría aumentar, como lo ha venido haciendo a lo largo de toda la jornada.

El de esta pasada noche ha sido el segundo ataque más mortífero contra Kiiv desde el inicio de la guerra. Los mensajes de condena se han escuchado en todos los rincones de Europa: desde el presidente francés, Emmanuel Macron, hasta las instituciones europeas, el canciller alemán, Friedrich Merz, la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, el primer ministro británico, Keir Starmer, o el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez. La paz parece más lejos que nunca, pese a la alfombra roja que Donald Trump puso a Vladimir Putin en Alaska hace dos semanas. Pero la reacción de la Casa Blanca ha sido bastante tibia y ha argumentado que el ataque forma parte de la acción-reacción de guerra, ya que Rusia ha atacado a Kiiv "al igual que Ucrania asestó recientemente una vez a las refinerías de petróleo de Rusia". Según la jefa de prensa, Karoline Leavitt, Trump "no está feliz" pero también admite que "quizás ninguno de los dos bandos de esta guerra está preparado para terminarla".

De acuerdo con la información suministrada por el jefe de la administración militar de la ciudad, Timur Tkachenko, Rusia ha lanzado durante la noche drones adoquín –para confundir las defensas–, misiles de crucero y misiles balísticos contra una veintena de puntos de la capital. En total, 31 misiles y más de 600 drones. Cerca de un centenar de edificios han quedado dañados, incluyendo un centro comercial, la delegación de la Unión Europea en la ciudad y el inmueble que alberga la sede del British Council, y miles de ventanas se han desmenuzado. Más de 60.000 personas se han quedado sin suministro eléctrico a causa de los daños a diferentes infraestructuras energéticas.

El Foreign Office ha llamado a consultas al embajador ruso en Londres para pedir explicaciones sobre el ataque contra la sede del British Council. Y también lo ha hecho la Unión Europea, que ha convocado al enviado ruso a Bruselas. "Ninguna misión diplomática debería ser nunca un objetivo", ha dicho Kaja Kallas, la máxima diplomática de la UE. Por su parte, esta mañana, Ursula von der Leyen ha dicho que estaba "indignada por el ataque", y ha advertido que "Rusia debe detener de inmediato sus ataques indiscriminados contra infraestructuras civiles".

El ataque ruso sobre Kiiv ha causado al menos ocho muertos y más de una treintena de heridos.

Uno de los impactos más graves ha tenido lugar en el distrito de Darnitski, donde un edificio residencial de cinco plantas ha recibido un golpe directo. "Todo ha quedado destruido", ha dicho Tkachenko. Las llamas también han afectado a una guardería y varios bloques de apartamentos. Los servicios de emergencia trabajan contra reloj en estos momentos para rescatar a personas que puedan estar atrapadas bajo los escombros y para apagar los incendios que todavía arden en más de 20 emplazamientos. El alcalde de Kiiv, Vitali Klichkó, ​​ha informado de que al menos 30 personas han tenido que ser hospitalizadas. "Es un ataque a gran escala que ha sacudido a toda la ciudad", ha declarado.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha condenado la ofensiva y ha pedido "nuevas y duras sanciones" contra Moscú. En un mensaje publicado en X, ha asegurado que "Rusia elige los misiles balísticos en vez de la mesa de negociación; elige seguir matando en vez de terminar la guerra".

Pese a la devastación del ataque, y las acusaciones de Zelenski, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov aseguró este mediodía del jueves que Rusia sigue "interesada" en alcanzar la paz, pero que seguirá dirigiendo su ofensiva sobre objetivos militares. Sin embargo, los bombardeos de esta noche han dado como resultado la muerte de civiles.

Otras regiones afectadas

Las primeras explosiones se escucharon sobre las 21.30 h, hora local, de ayer miércoles, cuando las defensas antiaéreas empezaron a actuar sobre el cielo de la ciudad de Kiiv. Poco después de la medianoche, una nueva ola de drones se acercó a la capital y las defensas volvieron a activarse. El ejército ucraniano ha confirmado también que decenas de drones sobrevolaron en enjambres regiones centrales y del sur del país, como Jitómir, Odessa y Mikolaiv; y también se emitieron alertas aéreas en el oeste del país, incluyendo Ternòpil, Lviv e Ivano-Frankivsk. Más tarde, Rusia ha lanzado misiles balísticos hacia el centro de Ucrania.

Sobre las tres de la madrugada, la administración militar de la capital ha confirmado un nuevo ataque con misiles balísticos. Y sólo un par de horas después, a las 5.30 h, mientras los equipos de rescate todavía buscaban supervivientes entre los escombros de los edificios destruidos, Moscú lanzó otra ola de misiles de crucero contra Kiiv y otras regiones del país.

Uno de los impactos más graves de esta noche se ha producido en Koziatin, en la región de Vinnitsia, donde ha sido atacado el depósito de trenes de alta velocidad Intercity+. Según la compañía ferroviaria estatal Ukrzaliznitsia, uno de los convoyes ha quedado gravemente dañado y han tenido que modificarse las operaciones. La plantilla se había refugiado con antelación y no hubo víctimas.

En respuesta a la ofensiva, Polonia ha activado su aviación militar, junto con aviones de la OTAN, para garantizar la seguridad del espacio aéreo polaco. El secretario general de la alianza atlántica, Mark Rutte, indicó que la muerte de "civiles inocentes" demuestra que los socios no pueden ser "ingenos respecto a Rusia, después de que recientemente pidiera garantías de que el ejército ruso no se está reforzando. Los bombardeos de esta noche confirman el incremento de la frecuencia y el ataque 2025. El 29 de julio Moscú perpetró el ataque más mortífero contra la capital este año, con 31 civiles fallecidos en una ofensiva combinada.

Esfuerzos diplomáticos inútiles

El de esta noche es el primer ataque combinado de gran magnitud contra Kiiv desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, se reunió en Alaska con Vladimir Putin para explorar una posible salida al conflicto. Trump ha defendido la celebración de una cumbre directa entre Putin y Zelenski, pero el presidente ucraniano reclama garantías de seguridad de los aliados occidentales para evitar nuevas agresiones si se alcanza un acuerdo de paz. Por otra parte, Moscú ha reiterado que no se dan las condiciones para una cumbre, lo que pone de relieve el fracaso de la estrategia de Trump.

El presidente se reunió con líderes europeos en Washington hace diez días, para discutir cómo avanzar hacia la paz y cuáles garantías de seguridad necesita Kiiv. Pero todo fue pirotecnia sin resultado concluyente alguno, como demuestran los hechos y las palabras de condena, que también son de impotencia, que los propios líderes han lanzado este jueves.

Mientras tanto, el enviado especial de EEUU, Steve Witkoff, ha confirmado este martes en una entrevista en la cadena Fox que mantiene contactos diarios con representantes rusos y que tanto él como el propio presidente confiaban en resolver el conflicto antes de fin de año. La jefa de la diplomacia europea, Kaja Kallas, advirtió de que una cesión de territorio ucraniano sería una "trampa", según sus palabras en declaraciones a la BBC.

La nueva ofensiva llega después de que ayer miércoles más de 100.000 hogares ucranianos se quedaran sin luz por los ataques rusos contra la infraestructura energética. Tres años y medio después del inicio de la invasión a gran escala, la guerra en Ucrania sigue sin perspectivas claras de desescalada. Trump ha regalado tiempo a Putin, los ucranianos siguen muriendo en la retaguardia y Europa sigue impotente ante el Kremlin, y militarizándose como única alternativa.

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